La eólica marina a Galicia solo llegará escuchando al territorio
El oceanógrafo y fundador de Greenpeace España urge a ser respetuosos con la implementación de la eólica marina en la comunidad gallega y aboga por una regulación estricta para minimizar los efectos adversos sobre el medio ambiente
La transición energética es una realidad global, pero, a su vez, también local. Es una emergencia que se debe abordar con la mayor celeridad posible y poniendo el foco en el territorio. Es el momento de exigir una gran sensibilidad empresarial, política y social para hacer posible el cambio de modelo en cómo abordar este tipo de proyectos. Es un reto de país que incumbe a políticos, empresarios y organizaciones de la sociedad civil.
Con la publicación de los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) y el marco legal que regulará los criterios de los concursos públicos de los proyectos de eólica marina flotante, Galicia y el resto del país tienen la oportunidad de que empresas y gobiernos no repitan los errores del pasado y afronten la emergencia climática con la mayor integración posible de todos los agentes locales. Deberá ser obligatorio que los criterios de los concursos que han de decidir qué proyectos se desarrollarán en mares como los de Galicia exijan a los promotores unos estándares que garanticen un acercamiento efectivo a los ciudadanos de los territorios afectados.
La administración debe ser muy clara en la redacción de los criterios socioeconómicos de adjudicación. Se debe requerir a los promotores un ejercicio de transparencia que facilite el libre acceso a toda la información relativa al proyecto; una vía abierta de diálogo temprano llevado a cabo antes de la adjudicación del concurso que garantice la interlocución entre todas las partes y que adquiera el compromiso de escuchar al territorio para incorporar, en la medida de lo posible, sus demandas.
Al tiempo, es imprescindible que los movimientos ciudadanos reflexionen sobre el impacto que la inacción frente al cambio climático que tiene sobre los propios paisajes, ecosistemas y zonas agrícolas que se quieren proteger.
La eólica marina: compatible con el cuidado del medio ambiente
La implementación de la eólica marina en Galicia y en el resto de España debe ser extremadamente respetuosa con el entorno y la biodiversidad, y su regulación debe ser especialmente estricta con la necesidad de minimizar efectos adversos sobre el medio ambiente.
Aunque la implantación de las energías renovables sea una herramienta totalmente necesaria para la descarbonización y contribuya a la conservación de los ecosistemas, se deben exigir todos los estudios medioambientales necesarios que aseguren el mínimo impacto posible de los proyectos y que garanticen un elevado nivel de compromiso por parte de los promotores.
A pesar de la urgencia con la que se debe actuar, no es aceptable avanzar en el despliegue de la eólica marina sin lograr demostrar su sostenibilidad medioambiental y su baja afección a los diferentes ecosistemas de cada territorio. De otro modo se estaría incurriendo en prácticas y errores del pasado. El rigor en el análisis y las correcciones de los problemas detectados no deben llevar, sin embargo, a dilaciones inaceptables.
Como sociedad, tenemos la responsabilidad de confeccionar normas que estudien cada una de las propuestas en base a estos criterios, logrando que los proyectos que consigan superar los requerimientos de la administración tengan también una voluntad sincera de diálogo con los actores implicados (como puede ser en Galicia el caso del sector de la pesca).
Los proyectos que lleguen a buen fin deben integrar las demandas y sensibilidades del territorio de una forma transparente. Solo deben pasar los filtros aquellos que estén más comprometidos con la sostenibilidad medioambiental. En definitiva, se debe determinar qué proyectos podrán aportar un mayor valor a la región, contribuir a frenar el cambio climático y hacerlo minimizando el impacto ambiental de todos sus elementos.
Este cambio de modelo no podrá tener éxito si no se sustenta en la obligación de demostrar, previamente a la adjudicación del concurso, resultados tangibles e informes contrastados que respondan a las exigencias de los criterios socioeconómicos de la convocatoria. Sólo se deberán considerar los proyectos que hayan avanzado considerablemente en esta materia y posean la voluntad real de transitar bajo los preceptos de este nuevo modelo.
El diálogo, la transparencia y la integración social y medioambiental deberán ser el motor que empuje la transición energética. El objetivo es común. Hay mucho en juego y queda muy poco tiempo para actuar.