La sombra de la Tercera Guerra Mundial

La sombra de la Tercera Guerra Mundial

La tribuna

La sombra de la Tercera Guerra Mundial

Jesús Suárez reflexiona sobre la tensión que se vive en el estrecho de Taiwán tras las elecciones presidenciales y el papel que juega Estados Unidos

27 enero, 2024 10:57

En el inestable escenario global, las tensiones en el Estrecho de Taiwán son como recuerdos perturbadores del pasado. La posibilidad de un conflicto, en esta ocasión, tiene un protagonista que, lamentablemente, no ha aprendido de sus errores: Estados Unidos. La pregunta que nos atormenta es si las ansias intervencionistas llevarán nuevamente el caos a Europa, un continente que siempre paga las cuentas de las ambiciones bélicas de otros.

La sombra de las dos guerras mundiales se proyecta sobre la idea de que China quiera apoderarse de Taiwán. Y, como si se tratara de una película ya vista, la intervención estadounidense parece inevitable. ¿Pero qué tienen que ver los problemas asiáticos con Europa? Nada, excepto que Estados Unidos, con su historial intervencionista, arrastra a todos hacia el abismo de la guerra.

Es fácil olvidar que Estados Unidos, desde su posición privilegiada, rara vez siente en carne propia las consecuencias devastadoras de los conflictos que desencadena Europa; por otro lado, ha sufrido las secuelas de múltiples guerras. Por eso, ¿por qué permitir que la arrogancia estadounidense decida el destino de naciones lejanas, mientras ellos observan cómodamente desde su pedestal?

En esta época de supuesta "iluminación" y "diplomacia", Estados Unidos debería reconsiderar su papel como gendarme global, evitando llevar la tormenta de la guerra a otros continentes. Europa no merece ser un campo de batalla por decisiones que no le incumben. Es hora de que Estados Unidos deje de ser el instigador de conflictos y asuma la responsabilidad de una diplomacia verdaderamente pacífica.

En conclusión, la incertidumbre en el Estrecho de Taiwán no solo debería hacernos temer por la paz mundial, sino también cuestionar el papel de Estados Unidos como el autor de conflictos que, una vez más, podrían dejar cicatrices en nuestro propio patio trasero, mientras ellos observan desde la comodidad de su distancia geográfica.

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