Los patos del Auditorio de Galicia de Santiago de Compostela
Santiago es una ciudad repletas de zonas verdes y algunas de ellas cuentan con habitantes. Los más populares son, sin duda, los patos del estanque que separa el Auditorio de Galicia y el Parque da Música.
28 marzo, 2021 17:26Santiago es una ciudad repleta de zonas verdes y, como no podría ser de otra forma, algunas de ellas tienen habitantes, algunos eventuales, como las palomas que se dan un festín con las terrazas de los bares, y otros fijos.
Los más populares son, sin duda, los patos, ocas y cisnes que habitan en el estanque que separa el Auditorio de Galicia y el Parque da Música, que además gozan de una protección especial debido a su ubicación cerca de la carretera.
Origen
El propio parque con su configuración actual tiene su origen en la construcción del Auditorio de Galicia, encargada en 1986 al arquitecto Julio Cano Lasso, quien la planteó como un homenaje a la arquitectura gallega.
El proyecto de construcción del Auditorio incluía también el desvío del arroyo cercano para crear un estanque artificial que sirviese a su vez de espejo de la espectacular fachada del edificio.
Aunque inicialmente se pensó en utilizar los terrenos colindantes como jardines del Auditorio, en 1991 se adaptaron para convertirse en un parque, en lo que actualmente se conoce como el Parque da Música.
Así, en la ubicación del antiguo Burgo das Nacións, el primer parador de Santiago de Compostela, pasó a existir esta zona verde, habitada por patos, ocas, cisnes y, de forma eventual, palomas y alguna que otra gaviota.
Situación
La situación de las aves ha sido de lo más polémica a lo largo de los años: la convivencia de especies de diferentes tamaños, algunas con un sentido de la territorialidad muy desarrollado, han dado lugar a conflictos entre ellas.
Sin embargo, el principal enemigo de patos, ocas y cisnes ha sido siempre el incivismo: en el estanque suele aparecer basura de todo tipo y es frecuente que se formen auténticas montoneras en sus bordes, lo que empeora la calidad de vida de los animales.
Por si fuera poco, en ocasiones se han llegado a sustraer ejemplares del estanque, aunque los que lo hacían acostumbraban a devolverlos días después en malas condiciones. Peor suerte han corrido en la última década sus congéneres de la Alameda, donde es más habitual que desaparezcan en extrañas circunstancias.
La situación de las aves en el Auditorio llegó a ser insostenible, con una suelta de ejemplares en 2012 que llevó a que se masificase y a que el Concello de Santiago se plantease retirarlas a todas, ante la imposibilidad de que mantuviesen unas condiciones de vida dignas.
En lugar de ello, en 2016 las aves se hicieron famosas gracias a la instalación de una señal en la carretera cercana que, con el texto “déixaos cruzar” y la imagen de una pata guiando a sus crías, buscaba evitar incidentes mientras familias enteras cruzaban de una zona verde a otra.
A día de hoy la población de aves está más estabilizada, aunque el estanque, más limpio que en otros momentos, sigue teniendo unas condiciones muy mejorables.