La cuarta ola de calor del verano ha llegado con fuerza a la capital gallega. En Santiago de Compostela se han registrado hoy unas temperaturas máximas de 37,11ºC sobre las 16:40 horas según MeteoGalicia, una situación que mañana irá a peor y que ha obligado a subir el nivel de alerta en el área de influencia de la ciudad.

La capital gallega, que hoy se encontraba en alerta amarilla, pasará al siguiente nivel, la alerta naranja en la jornada de mañana miércoles. Según ha comunicado la Consellería de Sanidade, los municipios interiores de la provincia de A Coruña entran en el nivel 2 de alerta sanitaria a la espera que se alcancen los 40ºC en Ourense. Los municipios que se verán afectados de la zona de influencia incluyen: Ames, Arzúa, Boimorto, Boqueixón, Brión, Frades, Melide, Negreira, Ordes, Oroso, O Pino, Santiago de Compostela, Santiso, , Teo, Toques, Tordoia, Touro, Trazo, Val do Dubra y Vedra.

En la estación de MeteoGalicia en San Lázaro, en Santiago de Compostela detectaron la marca más alta del mercurio esta tarde sobre las horas 16:40 horas. En la estación de San Lázaro la cifra más cercana esta es la alcanzada en septiembre de 2016, cuando se llegaron a los 37,8ºC. El año pasado el pico de temperaturas se registró en julio.

Las altas temperaturas por esta ola de calor han obligado a toda la comunidad autónoma a estar en alerta amarilla, menos en Ourense, que se subió el nivel de alerta.

La predicción de la agencia de meteorología gallega auguraba que se podrían llegar a alcanzar unos 35ºC, una cifra que finalmente se superó. Para mañana se prevén máximas similares aunque también subirían las mínimas, que hoy se registraron en 18ºC. El jueves es cuando, según la Xunta de Galicia, "as temperaturas iniciarán o descenso, sobre todo as máximas, soamente superándose os 36ºC en puntos da provincia de Ourense, rematando a semana cun progresivo descenso."

Paraguas y soportales para protegerse del sol

Los cielos despejados y el calor obligaron a muchos turistas a huir de las conocidas plazas del casco histórico, como el Obradoiro o la Quintana, donde el sol pega más fuerte, llegando a refugiarse del sol en los soportales del Pazo de Raxoi. En la ciudad antigua, protegida por las sombras de los estrechos callejones, lo peregrinos además hicieron uso de abanicos, sombrillas y paraguas para evitar los efectos más negativos del calor.

Las zonas verdes y arboladas de la capital gallega fueron también populares a las horas centrales del día, donde se podían ver a muchos a la sombra, especialmente en varios lugares de la Alameda. Por las calles del Ensanche compostelano, sin embargo, muchos hicieron caso de la recomendación de los expertos y se quedaron en casa o en el interior de los locales, con aire acondicionado.

Estar a la sombra, además de beber mucha agua y usar ropa ligera son algunas de las recomendaciones de la Xunta de Galicia para evitar los mareos, cansancio y deshidratación que peude causar la exposición a altas temperaturas.