Concha Rivas, propietaria de O Portiño

Concha Rivas, propietaria de O Portiño Cedida

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Concha Rivas, dueña de O Portiño: "Cuando el sol toca el mar, ponemos un temazo y subimos el volumen"

Tras aterrizar en los años 80 en A Coruña, esta madrileña decidió dejar atrás su carrera en la enseñanza y abrir este local "ecléctico" donde ver las mejores puestas de sol de la ciudad.

28 agosto, 2019 20:03

"Aquí manda el sol". Así de tajante se muestra Concha Rivas, propietaria de O Portiño, uno de los locales clásicos de A Coruña que se ubica en la costa de Visma y que, tal y como ya anunciamos, tiene previsto echar el cierre en la primera quincena de octubre.

Rivas, madrileña de nacimiento, lleva más de 37 años viviendo en A Coruña, 17 de los cuales se los ha dedicado a O Portiño, un local que define como "ecléctico" y en el que siempre se quiso seguir "la cultura de club".

Solo había visitado en dos ocasiones esta zona alejada del Paseo Marítimo de A Coruña cuando decidió dar un giro a su vida y montar un local de hostelería, algo que Rivas nunca se habría imaginado.

Tras 22 años de dedicación a la enseñanza, esta mujer, con un espíritu joven, se aventuró a abrir un local donde en aquella época ni siquiera había farolas y mucho menos llegaba el actual Paseo Marítimo. Pero su "entusiasmo" por ofrecer a la ciudad de A Coruña un espacio diferente la llevó a luchar por lo que hoy es O Portiño.

Sin embargo, tras llevar casi un año meditando qué hacer en el futuro, Rivas ha decidido "cerrar una etapa" de su vida. Se despide de O Portiño, un local que, como ella dice, es "toda una referencia", también fuera de las fronteras coruñesas. O Portiño siempre quedará en la memoria de todos los coruñeses por ofrecer una de las mejores puestas de sol. O Portiño es y será la imagen del atardecer perfecto.

Rivas, que se muestra "abrumada" ante las reacciones que está teniendo entre el público el anuncio del cierre de su local, ha sacado un hueco para hablar con Quincemil y contarnos cómo lo está viviendo.

Adiós a un espacio "multidisciplinar"

¿Cuáles son los motivos del cierre?

Es una decisión que ya tengo en mente desde hace unos 10 meses. Se trata de cerrar una etapa de la vida, es ese el motivo. No estamos en Cabo de Gata, sino en A Coruña. Aqui hay muchos meses de lluvia y niebla. O Portiño es un rollo mítico, que la gente lo vive, aunque no se corresponde con la asistencia.

¿Cómo será la fiesta de despedida?

Todavia estoy pensando cómo organizarlo, pero mi idea es que haya zona de día y de noche. Va a venir mucha gente, no solo de A Coruña, y quiero que pueden disfrutar de la fiestas. Pero no sé, todavía estoy pensando cómo hacer. Lo que está claro es que será un cierre como se merece.

¿Sabes si alguien tomará el relevo?

No tengo ni idea. Si hay alguien que se atreve a cogerlo, solo puedo decirle que es complicado mantener este bar. Aquí el invierno es muy solitario, es como subir el Everest. Todo son dificultades en invierno. Y es que aquí manda el sol. Si se nubla, la gente se marcha.

¿Cómo surgió la idea de montar este bar?

Por casualidades de la vida. Yo me dediqué 22 años a la enseñanza y a la producción de cine y, sin tener intención, al final cogí este local. Yo lo conocí cuando lo regentaban un vecino de la zona que hacía alguna mariscada por encargo. Era una zona super deprimida. Cuando yo conocí el local tenía cuatro mesas de plástico en la terraza y otras cuatro dentro.

¿Cómo fueron los inicios?

Al principio fue una etapa difícil, porque allí frecuentaba una gente que no era la que quería para el bar. Al principio de todo cuando nos preguntaban qué era el Portiño, decíamos que se trataba de un espacio multidisciplinar. De aquella sonaba como a chino. Pero después de mucho pelear hemos conseguido que la gente valore mucho la comida, que es algo que está creciendo. Se ha conseguido que haya un ambiente sano.

Hacemos dies fiestas al año, aunque de formar secreta hacemos 5.000 -bromea-. La gente se cree que es un after pero eso no es verdad.

"Aquí manda el sol"

O Portiño se ha convertido en un lugar de referencia.

Sí, aunque dé un poco de corte decirlo, O Portiño se ha convertido en referencia en muchos sitios, como Madrid, Barcelona… Y todo porque hemos sido fieles a la cultura de club.

En O Portiño me lo he pasado muy bien, aunque también he sufrido mucho. Ha sido muy intenso. Al final la vida son etapas y aquí, en O Portiño, hemos conseguido una mezcla que es muy difícil de conseguir: en la terraza podemos ver gente de 60, 70 e incluso 20 años. La esencia está en que está bien compaginado.

"O Portiño se ha convertido en referencia en muchos sitios, como Madrid, Barcelona…"

¿Qué tienen de especial las puestas de sol en O Portiño?

Todas son distintas. La terraza es lo que más gusta, de hecho cada vez está adquiriendo un aire más cosmopolita. Aquí no es la puesta de sol lo que gusta, sino lo que se crea a su alrededor. Yo siempre digo: Cuando el sol toca el mar, pon un temazo y sube el volumen.

¿Cómo defines el Portiño?

Es un lugar ecléctico.

Después de 17 años en O Portiño, ¿alguna anécdota que se pueda contar?

Bufff… miles. Estaría hablando hasta mañana (se ríe). Lo que sí destacaría es que aquí nunca hubo ninguna pelea, pudo haber algún encontronazo pero no pelea como tal.

También, según los comentarios de muchas de las personas que vienen, resulta muy difícil salir de aquí. Yo he visto matrimonios de Córdoba y Santiago que llegaron al local a la 2 del mediodía para comer y no se marcharon hasta las 7 de la tarde.