Laura de Santiago: "No me imaginaba que las redes llegarían a ser un trabajo más para mí"

Su sencilla forma de ser y sus vibraciones positivas, unidas a su estilo personal y su pasión por la moda han hecho a Laura de Santiago una de las coruñesas más populares en instagram entre la gente de la ciudad y de Galicia. Su día a día y su vida en general son un cúmulo de actividades y experiencias continuas que lleva sin estrés y con mucho amor por su trabajo, tanto que hasta tiene dos clínicas de psicología repartidas entre Viveiro (Lugo) y la ciudad herculina y ha aprovechado la cuarentena para comenzar un consultorio online para clientes habituales y otros nuevos.

A de Santiago le encanta viajar, apoya firmemente el comercio local y en su maleta nunca faltarían unos pantalones vaqueros Levi’s, tres características que definen bien su personalidad y que forman parte de la esencia que ha conquistado a los casi 58.000 seguidores que tiene en instagram. En su perfil se define como una "live lover y magical girl de positive mind" y recibe a la gente en su perfil con un amable "Buenos días mundo". Para ella, el desayuno "es una parte fundamental del día" y suele contar en sus historias de instagram los sitios que visita también para hacer brunch, cenar o tomar copas, ya que como ella misma reconoce, "a la gente le gusta saber lo que haces y adónde vas".

Su relación con las redes empezó en 2014 cuando creó un blog y aunque ahora se relaciona con su comunidad por instagram, en su interior reconoce que conserva la esencial inicial de todas las chicas que empezaron al mismo tiempo que ella, las denominadas "bloggers". "No me gusta el término influencer y las que venimos del blog seguimos llamándonos bloggers", explica, a la vez que asegura que se considera "una persona normal con su propio estilo" y no ninguna referente en este ámbito. "Hay gente que está muy focalizada en el tema de la moda pero yo lo estoy en el estilo de vida en general. Intento que mis seguidores vean el mundo desde mi punto de vista y también mi rutina diaria o si me voy a un viaje. Todo lleva el toque Laura, que al final es lo que te diferencia, hacer una cuenta personalizada 100% que a la gente le transmita buen rollo o le guste el contenido porque le alegra el día", cuenta.

De Santiago confiesa que empezó en las redes como un hobby "porque la moda le gustó desde siempre" y porque hace años trabajaba en Inditex y tenía más acceso a las tendencias de cada momento. "Ni de broma pensaba hace tiempo que las redes llegarían a ser un trabajo más para mí. Siempre me gustó la ropa y sacar fotos y las redes eran la unión de dos cosas que me gustan mucho", dice, al mismo tiempo que apunta que "no existen secretos para que un perfil vaya bien". "Antes la gente entraba en las redes como hobby, sin visión de negocio ni de futuro y no como un fin como pasa mucho hoy en día. Al final la esencia real de todo esto de las redes es hacer las cosas porque te gustan y no porque quieras ser influencer", aclara.

"Es surrealista la relación que creas con alguien que no conoces"

La instagramer se muestra muy orgullosa de sus seguidores, a los que define como "una comunidad bonita de gente buena que te apoya". "Es surrealista la relación que creas con alguien que no conoces pero que en parte sí conoces. Tengo llorado con mensajes de mis seguidores cuando me pillan en momentos bajos y me ponen alegre los mensajes de apoyo y de gente que me cuenta que le alegro los días", señala.

De Santiago es una persona muy activa, estudió psicología en Santiago de Compostela y eso le ha permitido abrir las dos clínicas que tiene y que combina con el trabajo en las redes "que es más laborioso de lo que aparenta", según la instagramer. "Hay un paralelismo entre ambos trabajos que es el de hacer que la gente se sienta bien. En ambas facetas me acabo llevando el trabajo a casa pero estoy contenta porque ahora mismo he alcanzado un equilibrio y llevo la rutina sin agobios y sin querer morir de cansancio todos los días", admite entre risas, a la vez que asegura que "no tiene mucho tiempo libre pero el que tiene lo disfruta al máximo".

"Ser autónoma me permite teletrabajar y organizarme mis propias tareas, además de que las labores de las redes sociales se pueden hacer desde cualquier sitio. Puedes estar de viaje y trabajando creando contenido para tu cuenta", ejemplifica. "Mi madre me dice que soy como un caracol yéndome siempre con la casa a cuestas. Estoy en un momento en el que necesito moverme más y no quiero dejar las dos clínicas y las redes porque suponen un cansancio grande pero me gratifica tanto el trabajo que no me cuesta", cuenta.

A su vez, uno de los puntos a favor de De Santiago en las redes es su transparencia, ya que asegura que si tiene un día malo no le importa reconocerlo. "Cuando no me apetece aparecer en las redes lo digo o cuando hay momentos que no quiero compartir porque son muy personales o confidenciales. Las redes no las considero como un confesionario de Gran Hermano y si necesito una desconexión la hago", afirma.

Sus básicos son unos Levi’s y prendas de Vintage and coffee

De Santiago admite que "no iría a ningún lado sin un básico como son los vaqueros Levi’s" y es fiel al comercio local "ya que en las pequeñas tiendas puedes conseguir prendas únicas". En la ciudad herculina una de sus tiendas de referencia en este sentido en Vintage and Coffee, donde le encanta "bichear" entre las prendas y los complementos.

Su plan perfecto en la ciudad a nivel de planes consistiría en una caminata mañanera con su perra por el Paseo Marítimo, desayunar o hacer un brunch a continuación, tomar unas cañas al mediodía al sol en una terraza, ir a casa a descansar y recargar pilas y luego vivir la tarde noche y la madrugada si se tercia yendo de cañas por Monte Alto, la calle de la Barrera o de La Franja. A nivel de estilo, para esta intensa jornada, De Santiago afirma que escogería para por la mañana unas zapatillas, sudadera y vaqueros que para la noche cambiaría por vestido y botas o "botas militares grandes a juego con una chupa de cuero".

Una veintena de tatuajes en su piel

La instagramer tiene una veintena de tatuajes que ella describe como "pedazos de su vida y de personas", entre los que destaca uno en el que puede leerse "luz" y otro que pone "bonita" y que está escrito con las letras de su abuela, una persona muy especial para ella.

El primero se lo hizo cuando fue a Santiago a estudiar "en plan rebelde" y tuve un parón hasta 2016, momento en que tenía sólo cinco. Un número que aumentó rápidamente en estos últimos cuatro años gracias a su buena sintonía con un estudio de tatuajes coruñés.