Sara Pérez, la tatuadora gallega que triunfa en redes sociales y cierra agenda en minutos
Hace tan solo año y medio que Sara Pérez empezó a subir sus creaciones "micro realistas" a redes sociales. Ahora suma 25.000 seguidores en Instagram, ha tatuado los aros olímpicos a Ana Peleteiro y sus padres y la última vez que abrió agenda recibió 1.300 peticiones en cuestión de minutos
3 noviembre, 2021 17:03Hace cuatro años Sara Pérez, natural de Boiro (A Coruña), no había empezado a tatuar profesionalmente. Hace año y medio no tenía una cuenta en redes sociales para mostrar su trabajo. Sin embargo, hoy suma 24.600 seguidores en Instagram y la última vez que abrió su agenda recibió 1.300 mensajes en cuestión de minutos.
Su estilo "micro realista", con tatuajes de trazo muy fino, han hecho que se interesen por su trabajo en estudios de fuera de Galicia o que hayan acudido a ella desde conocidos influencers hasta Ana Peleteiro, quien acudió junto a sus padres para tatuarse juntos unos aros olímpicos.
Así, esta joven boirense de tan solo 23 años ha pasado de dedicarse al maquillaje a triunfar como tatuadora, abriendo su propio estudio en Cabo de Cruz, en su Boiro natal. "Estou cumplindo un soño: fago as tatuaxes co estilo que a min me gusta, tratando sempre de que todos sexan especiais, e estou moi contenta cos clientes que teño", celebra Sara Pérez en una entrevista concedida a Quincemil.
Origen
A Sara Pérez siempre le gustó -y se le dio bien- dibujar, pero de pequeña ni se había planteado ser tatuadora: en aquel momento no había ninguna referencia, más allá de tatuajes callejeros o de marineros, estilos que no le gustaban demasiado.
"No instituto insistíanme en que non desperdiciara o meu talento e fora por Artes, que tiña nivel de dibuxo de final de carreira, pero por influencia do que ía dicir a xente fun pola rama de Economía", relata.
Un día, sin embargo, vio la luz en una charla en la que preguntaban a los alumnos qué era aquello a lo que se querían dedicar, aquello que los hacías felices. "A min o único que me fai feliz é debuxar", pensó entonces.
Así, se cambió a Artes y siguió, como siempre, dedicando su tiempo libre a hacer retratos con bolígrafo. La gente le pedía que retratase a sus familiares y le empezaba a sugerir que se dedicase al tatuaje.
"Dicíamo tanta xente que quixen probar, pero por unhas cousas ou por outras, porque na miña casa non querían, funme por outra rama, que tamén ía de pintar corpos: a maquillaxe, a caracterización e o body painting", detalla.
Tras formarse en el Escuela Stick Art Studio Barcelona, Pérez se encontró con que en Galicia "non se podía vivir diso", ya que el trabajo se concentraba en verano, en fin de año, en cenas o con novias e invitadas. Ante esta situación, a finales de 2018 se decidió a, definitivamente, lanzarse al mundo del tatuaje.
"En Galicia non había formacións, así que faleille a moitos tatuadores para que me deixaran estar no seu estudo e aprender; ninguén aceptara ata que atopei a David Coello, de Siete Gatos, en Gondomar, a quen lle pareceu ben", prosigue.
De su mano aprendió cómo funcionaba el proceso, cuáles eran los materiales necesarios o cómo se preparaba la mesa de trabajo. Así, con esta formación y su curso Higiénico Sanitario, se lanzó a tatuar.
"Non me cría preparada, pero empecei con amigos, veciños e amigos de amigos que se fiaban de min e, aínda que ó principio dicía que mellor nun sitio onde non se vira por se saía mal, resultou que foron todos xenial", explica.
El estilo
Tras estos primeros trabajos, Pérez empezó a investigar para dar con la forma más adecuada de plasmar el estilo que a ella le gustaba, con trazos muy finos: el "micro realismo".
"Había quen me dicía que o estilo tan fino non podía funcionar, que se borraba co tempo, pero non: pódense facer cunha agulla moi fina e, se sabes como executalo, evolucionan moi ben e quedan como no primeiro día", detalla.
Así, apostó por creaciones que alguna gente piensa que "son pegatinas" o que "están feitos con boli", ya que, acostumbrados a ver tatuajes más grandes, "cren que é imposible" algo así.
Con su estilo ya muy definido se decidió a empezar a subir sus creaciones a su cuenta personal, donde hasta el momento tan solo había compartido trabajos de maquillaje. Sus creaciones hicieron que el estudio pontevedrés Pxa Body Art decidiese contar con ella.
"Quixeron contar comigo dentro do seu equipo de tatuadores, no que hai 55 colaboradores que son dos mellores de España: coñecín a algúns dos meus ídolos e para min foi un orgullo enorme que algúns deles me dixeran que querían que os tatuase", prosigue.
El éxito
En marzo de 2020 llegó un importante punto de inflexión: Sara Pérez abrió una cuenta de Instagram exclusivamente para mostrar sus tatuajes, @sarapereztattoo, que tuvo un éxito inmediato.
"Fixen o Instagram en plena cuarentena e cinco meses despois xa tiña 8.000 seguidores", relata la tatuadora, quien por aquel entonces abría su agenda cada tres meses y cogía a los primeros que le escribían hasta llenar esos tres meses.
Sin embargo, cada nueva apertura de agenda había más y más gente que se quedaba fuera: si abría a las 12:00 horas, los correos que llegaban un minuto más tarde ya no conseguían su cita.
Una vez en ese punto, Sara lo vio claro: ya tenía trabajo asegurado para varios meses -e incluso años- y podía lanzarse a abrir su propio estudio. "Quería algo que fora moi bonito e todo en rosa, algo especial que lle chamara a atención á xente que o vira: agora teño o estudo dos meus ollos e a xente flipa cando o ve", apunta.
Su estudio lleva abierto en Boiro desde el pasado mes de julio y cuenta con tres cabinas donde, además de trabajar ella misma, también se ponen piercings y planea traer a profesionales de otras partes de España para tatuar como invitados.
"Agora ata hai xente que colle un avión só para vir a que a tatúe: estou cumplindo un soño, estou nunha burbulla", relata Pérez, por cuyo estudio han pasado desde Cristina Cerqueiras hasta Marta Riumbau o Michenlo, pasando por la atleta Lucía Rodríguez.
Cuando recibe a personas tan conocidas y con tanto seguimiento en redes todavía se pone nerviosa, "coma un flan", por lo que van con pies de plomo y le lleva más tiempo, ya que "as liñas son moi finiñas".
Hace escasos dos meses Ana Peleteiro acudió a su estudio con sus padres para conmemorar su medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokyo tatuándose los tres los aros olímpicos. "Tatueina a ela e tamén os seus pais e despois subiu un vídeo que se fixo moi viral", recuerda.
Ahora cuenta con 24.600 seguidores en Instagram y el pasado mes de septiembre, la última vez que abrió su agenda, recibió una auténtica avalancha de peticiones.
"Decidín cambiar o de abrir axenda de tres en tres meses e o que fixen foi abrir media hora: collín a todos os que se escribiron nese tempo, concertei citas para os tres primeiros meses e despois xa irei programando seguindo esa orde", precisa.
En esa media hora recibió nada menos que 1.300 mensajes, aunque hay trampa: "En moitas mensaxes piden cita para máis dun e incluso para catro ou cinco". Sara hizo el cálculo y, de cerrar todas esas citas, estaría ocupada hasta mediados de 2023.