El Aquarium Finisterrae de A Coruña abrirá este fin de semana un nuevo tanque de aguas profundas en su Sala Maremagnum. Los ciudadanos que visiten las instalaciones desde el domingo 5 de junio, cuando se cumplen 23 años desde su apertura, podrán ver de cerca especies como el pez trompeta y el ochavo o el cangrejo sastre.

El ayuntamiento coruñés efectuó una remodelación en la sala Maremagnum que finaliza con la apertura de este tanque en el que se recrea un ecosistema de fauna profunda, con especies que viven entre los 100 y los 400 metros de profundidad, en agua fría y con escasa luz. Así, el acuario contará con diferentes animales atlánticos y próximos a las costas gallegas adaptados a vivir en aguas profundas.

¿Qué especies se incorporan al nuevo tanque?

El Concello da Coruña indica que, entre los peces que pasan a formar parte de la familia del Aquarium Finisterrae, se encuentran "algunos realmente curiosos" por su morfología como el pez trompeta, el trompetero o pez músico (Macrorhamphosus scolopax), que llama la atención por su boca con forma de tubo. El pez de las tres colas (Anthias anthias) se caracteriza por sus grandes y delicadas aletas y su cuerpo ovalado, mientras que el ochavo (Capros aper) tiene forma redondeada y ojos grandes.

Las instalaciones de este museo también contarán con un nuevo invertebrado: los cangrejos sastre (Galathea strigosa), reconocibles por su color rojo con bandas transversales en el dorso de color azul. Un particular animal que los ciudadanos que se acerquen a disfrutar del Aquarium Finisterrae, que recibió 70.615 visitas en los cinco primeros meses de 2022, podrán ver desde el domingo.

Una nueva población de sepias para el tanque cilíndrico

El Aquarium incorporó estos días nuevas especies en su tanque cilíndrico, también en la Sala Maremagnun: es una población de sepias (Sepia officinalis) nacidas en las instalaciones. Los cefalópodos están ahora en su época de reproducción, momento en el que los machos adquieren la coloración de galanteo y exhiben un patrón de rayas parecidas a las de una cebra.

Las sepias se caracterizan por su capacidad de camuflaje, ya que pueden cambiar tanto de color como de textura de piel gracias a unas células con pigmento que les permite adquirir la coloración del entorno, lo que las hace muchas veces invisibles a simple vista. Estos animales que habitualmente nadan con tranquilidad tienen un sistema de propulsión que les permite impulsarse a gran velocidad y, además, se defienden lanzando un chorro de tinta para formar una nube oscura en el agua y huir.

El ayuntamiento indica en una nota que en la costa gallega viven tres especies de sepia que se diferencian por el número de filas de ventosas de los tentáculos y por la forma del borde del manto. La sepia común (Sepia officinalis) tiene cuatro filas longitudinales de ventosas y el borde del manto forma un ángulo obtuso con la cabeza, mientras que el castaño, chopiño o choquiño (Sepia elegans) se caracteriza por sus dos líneas longitudinales de ventosas y el hecho de que el borde del manto forme un ángulo agudo con la cabeza. El choquito picudo o chopito (Sepia orbignyana), por último, se distingue por la espina que le sobresale entre los lóbulos de la parte posterior del manto.