La Sirenita de Copenhague tiene una gemela oculta en una pequeña isla de Galicia
Las leyendas marinas recorren Galicia de norte a sur, siendo el mito de la sirena de la isla de Sálvora uno de los más conocidos y el lugar donde se encuentra una escultura dedicada a esta criatura mitológica
10 septiembre, 2023 05:00No hace falta viajar hasta Dinamarca para saber que uno de los símbolos más importantes de la capital danesa y el monumento más visitado de la ciudad es su Sirenita de Copenhague. Esta singular y minúscula figura de bronce descansa sobre unas rocas de granito que se adentran en la bahía del puerto pesquero, con su mirada melancólica y eterna perdida en el horizonte del mar Báltico desde un 23 de agosto de 1913. La historia de su creación resulta curiosa, pero lo cierto es que hoy por hoy la escultura conforma para lugareños y visitantes un emotivo homenaje al afamado escritor Hans Christian Andersen, quien dedicó toda su vida y carrera profesional a escribir cuentos infantiles basados en las tradiciones locales, entre ellos La Sirenita.
Lo más curioso de todo es que Galicia también alberga una enorme tradición relacionada con las sirenas ―o maruxainas― y las leyendas marinas. Estas criaturas mitológicas surgidas del mar forman parte de la cultura y el patrimonio gallego, esculpidas en forma y esencia en elementos de la imaginería religiosa (en capiteles, canecillos…) y hasta en la heráldica y los escudos familiares. De hecho, uno de los mitos más famosos de estos seres místicos en la región es el de la sirenita gallega que vivió entre las aguas de la ría de Arousa. Según cuenta la leyenda, los Mariño de Vilaxoán (Vilagarcía de Arousa) serían los descendientes de esta criatura que habría tenido un romance con un caballero en la isla de Sálvora. Es por ello que en la actualidad esta isla de las Rías Baixas también puede presumir de tener su particular sirena esculpida en piedra sobre uno de sus arenales.
Las historias detrás de las sirenita danesa y gallega
A la pequeña isla de Sálvora la han hecho grande sus historias y leyendas, desde invasiones de vikingos y refugios de piratas hasta fatales naufragios como el del Santa Isabel en el año 1921. De entre la multitud de relatos de este enclave mágico situado en la bocana de la ría de Arousa, una de las narraciones más famosas de la isla atañe a una sirena y la estirpe de los Mariño. Según la tradición oral, los propietarios del Pazo de Sobrán en Vilagarcía de Arousa deben su apellido y heráldica a la sirena que en el presente reposa esculpida en piedra sobre uno de los arenales de la isla.
Este relato popular cuenta la historia de un caballero que naufragó en Sálvora quedó totalmente prendado de la belleza de aquella criatura de los mares. Fruto de aquel amor incandescente, el caballero quiso convertir a su enamorada en humana y le arrebató todas sus escamas, sin embargo, la sirena enmudeció para siempre. Para lograr devolverle la voz a la nereida, el caballero ideó un plan que consistía en correr hacia la hoguera de San Juan con el primer hijo de ambos en brazos (Mariño). Aquel acto provocó que la sirena, presa del pánico, lanzase un ensordecedor grito al aire para evitar el peligro. Después de aquello, juntos criaron a varios descendientes más hasta la muerte del caballero, momento en el que la sirena de Sálvora regreso a los mares dejando en tierra firme una advertencia: en cada nueva generación de los Mariño nacería un varón de ojos azules y escamas en los muslos que le debería ser entregado. Y mito o realidad, lo cierto es que más de un Mariño desapareció sin dejar rastro entre las aguas.
En el caso particular de la Sirenita de Copenhague, su razón de ser no es tan épica como la de la criatura gallega, aunque sí que guarda algún que otro guiño a las leyendas locales danesas. La sirena danesa fue realizada en 1913 por el escultor Edward Erkiksen a petición del empresario Carl Jacobsen, fundador de la cerveza Carlsberg. El magnate en cuestión quería representar a la danesa Ellen Price, una famosa bailarina del Ballet Real que había cosechado grandes éxitos representando a La Sirenita de Hans Christian Andersen. Esta sirenita de bronce apenas mide 125 centímetros, pesa 180 kilos y su cuerpo y rostro se encuentran inspirados en dos personas diferentes: el busto pertenece a la mujer del escultor y la cara representa a la famosa bailarina. Otro dato bastante curioso sobre la escultura es que la Sirenita de Copenhage viajó a Shanghái en marzo de 2010 para representar a Dinamarca en el pabellón de la Expo, donde permaneció durante seis largos meses. En su ausencia, la capital danesa colocó una pantalla sobre la roca para retrasmitir en directo la participación de la sirenita en la ciudad china.
Las otras sirenas gallegas
Más allá de la famosa sirena de Sálvora, el grueso de la geografía gallega también esconde otras leyendas e incluso estatuas relacionadas con este fascinante ser mitológico de los océanos. De hecho, uno de los mitos más conocidos del norte gallego nos traslada hasta la localidad lucense de Cervo: allí su sirenita es más bien conocida como A Maruxaina y tiene hasta una fiesta en su honor en la villa marinera de San Cibrao. Según esta leyenda gallega, A Maruxaina habitaba en la cueva de Xan Vello, en el islote de la Sombriza situado en el archipiélago de Os Faranllóns. Se dice que desde este punto estratégico el ser mitológico atraía a los marineros con su voz, provocando vientos y tempestades que los hacían naufragar en estas costas. Es por ello que los lugareños, cansados de aquella catastrófica situación, decidieron capturar a la sirena y llevarla a puerto para ser juzgada; un acto que hoy en día recrean en la emblemática fiesta de Cervo, presentando tanto a detractores como defensores de la criatura que justificaban sus cantos como avisos para alertar a los marineros de la bravura del mar.
También en Lugo, aunque en la localidad de Sober, destaca la historia de las sirenas de agua dulce del regato do Bao, unas mujeres-pez que también son nombradas en ocasiones como xacias (anfibios de aspecto humano). En la costa coruñesa, la sirena del Orzán es una de las esculturas más icónicas de la playa del Matadero. Lo cierto es que la criatura de la ciudad herculina también tiene su propio mito, pues según parece esta sirena habría sido una joven que murió ahogada en el arenal y surgió del mar convertida en este ser místico para quedar petrificada para la eternidad recordando a todo el mundo los peligros del mar. Como estas otras historias y leyendas se extienden por localidades como Ares y su sirena de las islas Mirando o Marín y su criatura de Mogor, formando parte durante décadas de la cultura popular y marinera de Galicia.