Río Eo, entre Asturias y Galicia, cerca de San Tirso de Abres.

Río Eo, entre Asturias y Galicia, cerca de San Tirso de Abres. Shutterstock

Escapadas

Vía Verde del Eo: tras las huellas mineras de la frontera entre Galicia y Asturias

El pasado y la historia cobran vida a orillas del río Eo en un itinerario que descubre el patrimonio y la naturaleza que se extiende por la antigua línea del ferrocarril minero que unía San Tirso de Abrés con Vilaoudriz

18 febrero, 2024 05:00

Entre las vetustas huellas del pasado, los antiguos trazados ferroviarios esconden entre sus vías abandonadas cientos de kilómetros de historia a lo largo y ancho de España. Lo cierto es que desde el año 1993, más de 7.600 kilómetros de líneas en desuso, o que nunca llegaron a prestar servicio, atraviesan el país de norte a sur. En el presente, muchos de estos caminos de hierro han sido recuperados de su silencioso destino para convertirse en itinerarios no motorizados que invitan a las personas más intrépidas a recorrerlos a pie o en bicicleta, descubriendo a su paso no sólo un importante legado ferroviario sino también cientos de tesoros de la naturaleza, mágicos paisajes y hasta una enorme riqueza cultural que abraza a estas infraestructuras olvidadas

Entre los límites serpenteantes de Galicia y Asturias, enmarcado en el corazón de unas tierras que desde el 2007 forman parte de la Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Terras de Burón, un viejo trazado del ferrocarril alberga a día de hoy la extraordinaria Vía Verde del Eo. Se trata de una ruta transfronteriza que avanza a lo largo de 12 kilómetros (solo de ida) por las entrañas mineras de ambas regiones, sobre un trayecto que en el pasado sirvió para dar salida al valioso mineral desde las antiguas explotaciones de Vilaoudriz (en A Pontenova, Lugo) hasta el puerto de Ribadeo. Cabe señalar que dicho itinerario se mantuvo en activo desde el año 1903 hasta 1964, habiendo sido por aquel entonces la primera gran infraestructura de comunicaciones de toda esta comarca galaico-asturiana. Ya en la actualidad, el encanto de esta Vía Verde española radica tanto en su alto valor histórico y cultural como en la enorme riqueza natural y paisajística que impregna cada rincón del camino. 

Una ruta por los lazos mineros entre Galicia y Asturias

Uno de los túneles que atraviesan la Vía Verde del Eo. Foto: Turismo de Asturias

Uno de los túneles que atraviesan la Vía Verde del Eo. Foto: Turismo de Asturias

Con los murmullos del río Eo como principal banda sonora de esta Vía Verde galaico-asturiana, el recorrido por las viejas vías del tren minero da comienzo en los alrededores de San Tirso de Abres, elegido Pueblo Ejemplar de Asturias en el año 2011. Si bien la ruta completa se prolonga hasta la localidad lucense de A Pontenova, existe una variante más corta que encuentra su final en el entorno del arroyo de O Cairo, justo en el límite natural entre Asturias y Galicia. En cualquier caso, en los 12 kilómetros que separan ambos extremos del total de la senda, los viandantes o cicloturistas tendrán que atravesar hasta seis túneles y un viaducto, densos bosques de ribera, puentes colgantes e incluso importantes elementos del patrimonio industrial como la Escala de Salmones, el horno de Boulloso o las ruinas de la central hidroeléctrica do Louredal, cuyo origen se remonta al año 1932. 

Al margen de las maravillas naturales que envuelven a esta Vía Verde a su paso por Galicia y Asturias, uno de los elementos más llamativos de la ruta tiene que ver con sus túneles. Sin ir más lejos, el primero de estos pasos subterráneos, el de San Tirso, alcanza los 90 metros de longitud y se localiza en los primeros metros del itinerario. Más adelante también irán apareciendo las siluetas del túnel da Volta (de otros 90 metros), el de la central (el más corto y que ronda los 65 metros), el de Pedrido (de unos 100 metros), el de Carriceiro (con 130 metros) y por último el túnel de Asela, el más largo de todos gracias a sus 173 metros de longitud. Además, cabe destacar que todos ellos se encuentran iluminados con luces alimentadas por paneles solares y un mecanismo de encendido mediante el ―aunque es recomendable portar también una linterna por si surgiese algún fallo en su funcionamiento.

Señalización a lo largo de la Vía Verde del Eo. Foto: Guía Repsol

Señalización a lo largo de la Vía Verde del Eo. Foto: Guía Repsol

Por su parte, la naturaleza es otro de los aspectos más destacados de la Vía Verde del Eo. Lo cierto es que existen hasta cuatro Espacios Naturales Protegidos dentro de los límites de esta senda, entre ellos la ya mencionada Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Terras de Burón; el Lugar de Importancia Comunitaria del Eo, la Zona de Especial Protección de los Valores Naturales de Carballido y la Zona de Especial Protección de los Valores Naturales del Río Eo, perteneciente también a la Red Natura 2000. De hecho, todo el cauce fluvial del río Eo se encuentra sumergido entre frondosos bosques de ribera en los que se pueden apreciar distintos ejemplares de sauces, fresnos, alisos y hasta castaños. También las plantaciones de eucaliptos resultan abundantes en esta zona transfronteriza. 

A lo largo de la ruta, el patrimonio industrial y cultural de ambas regiones irá emergiendo del mismo modo a orillas del Eo. Una central eléctrica, puentes y varios casetos de mampostería que eran utilizados antaño para el almacenaje del carbón que servía de combustible al ferrocarril son sólo algunos de los elementos más interesantes del recorrido. De hecho, merece la pena tomar algún que otro pequeño desvío para descubrir pintorescos rincones como el puente colgante de Piago Mayor o la singular Escala de Salmones. Ya dentro de la senda, en una de las zonas de mayor espesor del bosque se encuentra otro lugar fascinante: el aliviadero, una estructura hidráulica que se construyó bajo las vías del tren para dar salida a un pequeño arroyo. Los últimos seis kilómetros de la Vía Verde del Eo avanzan desde el entorno de O Cairo hasta A Pontenova, donde se encuentran los hornos de calcinación (se conservan hasta cinco) que transformaban el mineral para su posterior transporte