El municipio de A Coruña que oculta una increíble fervenza y un dolmen muy bien conservado
Situado cerca de la frontera con la provincia de Lugo, la localidad de Toques puede presumir de albergar una enorme riqueza natural, histórica y paisajística en rincones como la Fervenza de Brañas
6 abril, 2024 05:00Desde los bellos rincones de la costa hasta el interior más rural, la provincia de A Coruña alberga en todo su territorio un sinfín de pueblos con encanto que ofrecen al viajero una mezcla extraordinaria de naturaleza, gastronomía, historia y tradición. De todos cuantos existen, muy próxima a la frontera con Lugo se localiza un pequeño municipio que esconde entre sus límites una de las cascadas más bonitas de Galicia y un tesoro del patrimonio con más de cinco milenios de vida que merece mucho la pena descubrir. Se trata de la población de Toques, enclavada en plena Terra de Melide y muy cerca del lugar donde el río Ulla encuentra su nacimiento.
Como dato curioso cabe señalar que esta localidad coruñesa era llamada antiguamente como San Antolín de Toques, nombre que todavía conserva su primigenio monasterio, cuyos orígenes se remontan al siglo X. De hecho, el crucifijo románico que todavía conserva este viejo templo monacal está considerado uno de los más devotos e impresionantes de toda la región. Además, el Camino Primitivo hacia Santiago de Compostela atraviesa también el municipio coruñés. Lo cierto es que esta primera ruta Xacobea de la historia procede de la ciudad asturiana de Oviedo y entra en la provincia de A Coruña a través de los montes de Toques.
Un auténtico espectáculo de la naturaleza
Uno de los secretos mejor guardados del municipio de Toques tiene a una cascada como protagonista: la conocida como Fervenza de Brañas, un extraordinario salto de agua (casi vertical) que roza los 40 metros de altura. Este verdadero espectáculo de la naturaleza es fruto de la unión de las aguas de los regos da Salgueira y Porto Salgueiro, cuyo camino en común da forma al río Furelos. El curso fluvial en cuestión discurre entre valles y cumbres que sobrepasan los 500 metros, serpenteando entre los frondosos bosques de ribera y formaciones rocosas como la del entorno de esta cascada de la parroquia de Brañas.
Además, junto a la Fervenza de Brañas se enclava un antiguo molino a medio restaurar, el bautizado como Muíño da Fervenza. Cabe destacar que dicha construcción tradicional aprovechó la fuerza de bajada del río Furelos para hacer funcionar sus mecanismos hasta la década de los setenta del siglo XX. Lo cierto es que se trató de uno de los molinos de agua más importantes del municipio y sus alrededores, pues hasta él llegaban personas procedente de otras localidades para llevar a cabo el proceso de la molienda. De hecho, en épocas de fuertes lluvias, las aguas del río toquense lograban sobrepasar la cubierta del molino, dando lugar a una estampa realmente sorprendente. Por otro lado, en las cercanías del salto de agua también se enmarca un pequeño área recreativa donde poder pararse a descansar o simplemente disfrutar de una jornada en plena naturaleza.
Historia y patrimonio en Toques
Al margen de la riqueza natural y paisajística del entorno de la Fervenza de Brañas, el municipio de Toques también puede presumir de albergar entre sus límites un ingente patrimonio y legado histórico relacionado con el arte, la arquitectura o la propia historia. Sin ir más lejos, el dolmen de Forno dos Mouros es uno de los mejor conservados que podemos encontrar en toda Galicia y distinguido como Bien de Interés Cultural. Situado en la sierra do Bocelo, muy cerca del Camiño Real, este monumento megalítico esconde más de cinco milenios de historia a sus espaldas, pues su origen se sitúa en torno al 3000 a.C. El dolmen cuenta además con representaciones pictóricas dentro de su cámara, si bien a día de hoy se encuentra tapada con el fin de preservar su conservación.
Más allá del dolmen de Forno dos Mouros, existen también otros interesantes vestigios primitivos en Toques, como es el caso del castro celta de A Graña. También conocido como A Cibdá (ciudad en castellano antiguo), se trata de uno de los poblados castrexos más antiguos de Galicia. Sus orígenes se remontan al siglo VIII a.C y el recinto en cuestión se mantuvo ocupado hasta al menos el siglo II d.C. Por otro lado, en lo que respecta a la arquitectura religiosa, los restos del antiguo Monasterio de San Antolín de Toques son otras de las paradas obligatorias a la hora de descubrir la historia y el patrimonio de esta localidad coruñesa. Lo cierto es que el interior de este templo monacal ―también declarado Bien de Interés Cultural ya en 1994― todavía conserva un calvario rodeado de murales pictóricos datados del siglo XV y restaurados en 2015. De hecho, las esculturas prerrománicas y las pinturas góticas de la iglesia conforman un conjunto artístico de gran singularidad.