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La Barbería, un "collage" de gastronomía, música y cultura
Hablamos con Xabi y Salva, dueños del local de hostelería que se ha convertido en un punto de reunión único y bohemio
12 abril, 2019 14:26No, no es un sitio para cortarse el pelo, más bien para desmelenarse. Pese a que su nombre puede llevar a equívocos, La Barbería es un bar. Y vaya bar. Desde que abrió sus puertas allá por las navidades del año 2013, esta local- "la furgo", como lo llaman sus dueños- se ha convertido en uno de los locales de moda de A Coruña.
Después de nuestra primera visita a la Urbana la semana pasada, hoy nos acercamos al barrio de la Pescadería, en concreto a la calle del Orzán número 15. Allí nos esperan Xabi y Salva, dos profesionales de la hostelería que, sin conocerse previamente pese a haber trabajado en locales contiguos, decidieron emprender, junto con Juan- que ya está fuera de este proyecto- un nuevo concepto que aglutinase gastronomía, música y cultura, todo un "collage".
La Barbería se ha convertido en un punto de reunión único, bohemio y con todo el encanto de lo retro. La calidad en los platos y tapas, junto con una decoración que nos remonta a los años 80, convierten el paso por este local en algo absolutamente inolvidable.
¿Te imaginas poder disfrutar de un menú degustación, de una copa y de una sesión DJ en un mismo espacio? Aquí es posible.
Es la hora de la sobremesa y en su interior llama la atención que prácticamente todos los clientes están sentados en la barra. Cafés e infusiones es lo que más abunda a estas horas. Una imagen muy diferente a la que nos podemos encontrar si nos acercamos a La Barbería por la noche, cuando la gente que cena en las mesas comparte espacio con aquellos que están tomando ya su primera copa. Allí, en la mesa pegada a la ventana, nos sentamos a charlar con Xabi y Salva.
La Barbería, el proyecto de dos profesionales hosteleros
-¿Cómo surgió el concepto de La Barbería?
Xabi: Tanto Salva como yo estuvimos desde siempre vinculados a la hostelería. Los dos trabajamos en Orillamar en locales distintos, ni siquiera nos conocíamos. Él era el chico del bar de al lado y yo era también el chico del bar de al lado. Digamos que la conexión fue Juan, el ex jefe de Salva. Él trabajaba en el Maricastaña y yo en el Patachín y en El Mentireiro. Por un casual, por malentendidos, yo decido dejar eso y Juan se entera que me quedo disponible. Me dice que acaba de coger este local, que no tenía proyecto…
Salva: Yo no lo tenía muy claro porque asociarme con el que antes era mi jefe…Además, de primeras, Juan me propuso hacerlo con él, pero después cuando me enteré que también entrada él (Xabi) me envalentoné más. “Si hay un persona en el medio que haga de equilibrio, me la juego”, dije.
Xabi: Al fin y al cabo, estaba Juan, que era alguien que cogía locales sin miedo, más echado para delante; y luego estábamos Salva y yo, que veníamos de trabajar muchos años pero nos faltaba alguien que nos animase. Los dos teníamos inquietud de tener nuestro propio proyecto. Siempre tuvimos la chispa de que nos gustaría tener algo propio. Coincidimos en un porcentaje muy elevado, no coincidimos en matices; pero teníamos claro lo que queríamos tener: con comida, música, con cultura de por medio. Al final es un collage de cosas, de viajes, de bares que te gustan. Teníamos un concepto en mente sin definir y poco a poco fue saliendo.
Salva: La experiencia en Orillamar nos ayudó a ver que, por ejemplo, el concepto del Maricastaña, que daba tostas de comer, funcionaba muy bien pero una vez cerrabas cocina se vaciaba el bar. Sin embargo en el Patachín y en El Mentireiro pasaba al revés: la gente iba a partir de las 12.00.Viendo un poco la experiencia de estar allí, vimos que era interesante que hubiese comida para atraer a la gente pero también nos interesaba el formato pub, copas…
Vimos las patas cojas de los locales en los que trabajábamos en ese momento y decidimos unificar esa fórmula. Así propusimos atraer a la gente a primera hora y si hay ambiente igual conseguimos arrastrarlos y que se queden más tiempo. Lo que empezó a pasar es que venía gente a comer y otra, solo a tomar una copa.
Xabi: Durante semana no hay DJs pero los viernes, sábados y vísperas de festivo, sí. Lo que buscábamos era un poco la combinación de alimentación y música. Sabíamos que el negocio de copas era muy arriesgado, por el tipo de clientes con el que trabajábamos.
– ¿Por qué el nombre La Barbería?
Xabi: Fue resultado del famoso brainstorming. Un día quedamos los tres en traer apuntados nombres… Yo llevaba con la barba muchos años, Salva y Juan también tenían barba. De hecho, hasta mi propia hermana me vacilaba: “El día que tengas un local tiene que…” Cogimos una libreta y empezamos a proponer nombres.
Salva: La primera opción era “Bar-budo”, jugando con lo de las barbas y también queríamos ponerle el nombre del barrio, la Pescadería. Pero yo dije que mejor no utilizar Pescadería porque la gente iba a pensar que solo habría producto de mar. Al final lo de Barbería fue por esa mezcla, por lo de la gracia.
Xabi: Cuando decidimos llamarlo La Barbería ni siquiera existía el concepto hipster. Nunca quisimos ser un bar hipster ni mucho menos, pero justo aparece lo de La Barbería y el primer cliente en entrar fue Carles Suñé, del blog “No sin mi barba”. Aparece en Coruña un chico de Barcelona, presenta su libro aquí… Fue todo casualidad. Al año, en todas las revistas de tendencias se estaba hablando de la barba y los hipster. Fue todo muy casual.
Hay una anécdota en cuanto a lo del nombre. Un día cuando estábamos pintando el local se acercó un hombre y nos dijo que había sido el último empleado de una colchonería que hubo en este local en los años 80. Si supiésemos lo de la colchonería, igual el bar se hubiese llamado La Colchonería y estaría decorado de otra forma. Pero fue tarde, ya estaba el concepto registrado.
-¿Por qué está ubicación?
Xabi: Fue casual. No creemos en locales malditos y en teoría este era un local maldito porque hubo anteriores experiencias que no funcionaron, creo que llevaba cerrado unos 6 u 8 meses cuando lo cogimos. Estamos en el centro de A Coruña. Además, la ubicación resulta cómoda para quien viene a cenar, porque es práctico para quienes vienen de las calles de la Franja o la Barrera y quieren subir a la zona de marcha de Montealto. Esta gente se toma aquí la primera (copa).
– Y si hablamos de comida, ¿Cuál es la propuesta gastronómica que ofrecéis?
Salva: Empezamos con un formato de no carta: era ir al mercado y ver un poco lo que había y sacar cinco o seis tapas diarias. Así fueron los cuatro primeros meses buscando lo que podría funcionar, pero siempre apostando por cocina de autor, sin fritos y saliendo del “sota, caballo, rey” de tortilla, calamares y raxo. También viendo la experiencia del Maricastaña, comprobamos que había más gente que demandaba comida vegana y vegetariana, lo que nos animó a incluir algún plato para abarcar al mayor público posible.
– Es muy conocido vuestro menú degustación, ¿En qué consiste?
Salva: El menú degustación surgió por una cuestión de logística. Tenemos una cocina muy pequeña y muy poco espacio de almacenaje en nevera. Al principio cuando arrancamos estábamos trabajando los dos solos y Juan venía solo los fines de semana por la mañana. Al principio yo me encargaba de atender el comedor y cocinar, y la única manera posible de que funcionase era elaborando un menú degustación. De esta forma la gente no escoge lo que come, tú le das a escoger una comida.
Con el boom Tripadvisor venía mucha gente de todas las edades que venían a probar. Al principio se acercaba gente un poco más mayor y de una clase social un poco más alta. Llamaba la atención cuando entraban en el local, se notaba que pensaban que iba a entrar en un gran restaurante y cuando veían el “bareto” al que venían…. Al principio era como que la gente estaba un poco fría. Después, al probar, les gustaba la comida y, además, el precio estaba bien. Al final acaban contentos y, entonces, se empezó a correr la bola del menú degustación de La Barbería. Teníamos el precio de bar de tapas pero con platos que puedes tomar en un restaurante.
-¿De qué está compuesto el menú?
Salva: El menú está compuesto de seis platos y el postre.
– Y siguiendo con gastronomía ¿Cuál es el plato estrella de La Barbería?
Salva: Cuando empezamos era el lagarto de cerdo, que ahora no lo estamos trabajando, y otro de los platos clásicos es el pulpo a la plancha y una setas confitadas con una crema de patatas con espinacas. Digamos que son los que hemos mantenido desde el inicio y son firma de La Barbería. Después por temporadas tenemos platos con productos de temporada, tenemos nuestra versión del lacón, por ejemplo.
-Comida, bebida, música… Abarcáis prácticamente todas las franjas horarias.
Xabi: Lo único que no damos son desayunos y brunch. Damos de comer, también es agradable para la sobremesa… Hay gente que viene a trabajar con el portátil mientras se toma una infusión con música de tarde. También ofrecemos cañas después del trabajo, el “afterwork”, y de nuevo las cenas por la noche y las copas.
Esto en cuanto a la oferta gastronómica, en materia cultural hay conciertos, sesiones DJ, presentaciones de libros… No nos obligamos a tener una programación cultural pero estamos abiertos a cualquier propuesta. A veces incluso animamos a nuestros clientes a que pinchen o presenten libros. Nos gusta ver el bar como un polo cultural, por nuestras propias inquietudes.
Salva: Por ejemplo, no queríamos tener prensa, pero sí alguna revista especializada. Al cabo de un par de años empezamos con nuestra propia biblioteca comprando algunos libros..Últimamente compramos un par de libros cada mes y los tenemos en la barra para que los puedan leer nuestros clientes. Buscamos más formato cómic y visual para poder ojear. Todo esto influye en nuestro concepto de bar y animó a muchas editoriales a presentar sus libros aquí.
–No os consideráis un bar hípster ni moderno. ¿Cómo definiríais al público que viene a vuestro local?
Xabi: A día de hoy es un público de una media de edad de 35 años, tenemos gente desde los veinti largos hasta los cuarenta. Para mí una de las cosas más gratificantes de los primeros días fue ver en una mesa un grupo de chicas jóvenes y en la mesa contigua dos parejas de señores, que podrían ser mis padres, ambos disfrutando del mismo local, la misma cena, hablando e intercambiando opiniones. En ese momento pensé: “Algo estamos haciendo bien”.
Salva: Creo que también somos un poco “bar de barrio”. Conocemos al 80% de la clientela por su nombre y ellos nos tratan por el nuestro. La imagen que se puede dar, que no lo niego, es un bar hípster o moderno. Otros locales que se asocian a esta tendencia son más impersonales, pero aquí- en La Barbería- es diferente: es bar de barrio porque hay mucha gente que son clientes habituales.
-La decoración es una seña de identidad de La Barbería. Así, a primera vista, vemos muchas referencias a la literatura y en particular a Bukoswki…
Xabi: Sí, a mi me gusta, aunque yo cada vez tengo menos tiempo para leer. Es una afición. También la música, traeríamos nuestra colección de vinilos pero no nos cabe.
Salva: También tenemos muñecos Playmobil y juguetes que son nuestros, no los hemos comprado. Es un rollo nostálgico de la infancia.
-¿La decoración es fruto de la improvisación o sigue una linea marcada?
Salva: Empezamos con una linea. Empezamos con objetos de barbería antigua, con la silla de barbero y luego empezamos con los playmobil. Traje unos Playmobil con barba que utilizamos para nuestras redes sociales. Esto empezó a ser un icono del bar y empezamos a traer más Playmobil. Y después empezamos con una decoración retro. En definitiva, son cosas muy dispares pero juegas con la nostalgia de la clientela, esa que entiende estas cosas de cuando eran jóvenes.
-También vemos fotografías vuestras en la pared…
Xabi: Empezamos con una fotos que me envío mi hermana que es fotógrafa, pero después pensamos en hacernos un homenaje vacile y le propusimos a dos clientes que nos sacasen unas fotos en formato retrato. Y así empezamos, en la parte de abajo- de la pared- está el plantel operativo- y arriba están aquellos que se fueron marchando por orden de antigüedad. Cuando marchó Juan pensamos que quedaría feo sacar su foto, así que pensamos en situarlo más arriba en pequeño. Y así surgió todo.
–Hoy en día vemos que muchos negocios de hostelería no sobreviven, cierran al poco tiempo de haber abierto sus puertas. ¿Cuál es el truco de La Barbería par seguir teniendo el mismo éxito cinco años después de su apertura?
Salva: Currar como cabrones.
Xabi: Por suerte, entrecomillas, no abrimos con una inversión muy grande, no tuvimos que tirar de préstamos. Abrimos con lo que teníamos, que era capitalización del paro y ahorros, y sin empleados. Trabajamos muy duro los dos primeros años y después fuimos creciendo. Ahora somos cinco en el equipo. También influye la trayectoria, llevamos entre 12 y 15 años trabajando en hostelería.
Salva: Yo empecé en hostelería con 15 años. Al tener negocio familiar desde tan joven ves los puntos oscuros de este gremio. Detrás de montar un bar hay muchas cosas…
Xabi: Puede haber un porcentaje que sea suerte, pero en realidad es trabajo, trabajo y trabajo. Un bar lo puede abrir cualquiera y cerrarlo, también.
Salva: Yo muchos de los bares que he visto que han cerrando es porque lo montan sin tener mucha idea y si la tienen, según abren uno se pone de gerente y va de campeón por la vida. Si no hubiéramos tenido éxito al año de abrir, igual solo trabajaríamos de noche u otra forma pudieses llevar solo los dos, sin necesidad de contratar empleado. Pero al final vas creciendo en función de la marcha.
-Si tuvieseis que definir a La Barbería con una palabra, ¿Con cuál os quedaríais?
Salva: Yo antes le llamaba “la furgo”, porque lo veo tan pequeño (el espacio) que me parecía como un foodtruck.
Xabi: Para nosotros era como si nos hubiésemos comprado una furgoneta de segunda mano y poco a poco la fuésemos mejorando. Este año cambiamos la rueda, ahora le cambiamos el aceite… Y fue así: empezamos con mobiliario de segunda mano y poco a poco fuimos mejorando. De hecho, ahora, después de Semana Santa vamos a cerrar unos días para mejorar mesas y cocina. Como si fuese un vehículo, si tú vives de un vehículo siendo transportista o taxista hay que mantenerlo para que funcione. Así que sí, “la furgo”.
– Tras el éxito logrado con el concepto de La Barberia, ¿Tenéis algún otro proyecto en mente?
Salva: Mil, pero hay tener el dinero.
Xabi: Hay que ahorrar para ellos. Este es el quinto año, cumplir cinco años no es fácil, así que es toda una satisfacción. Probablemente en 10 años este ritmo de vida no sé si podremos soportarlo. Por ello nos gustaría ir visibilizando lo que nos queremos hacer dentro de este sector, porque ya es una enfermedad, tenemos claro que nos queremos dedicar a esto. Será más tranquilo, pero la gastronomía , la cultura y la música van estar siempre porque no sabemos hacer otra cosa. Sería un negocio vinculado a gastronomía y la música.
Salva: Por ahora la furgo tira, pero, claro, sueñas con tener algún día un Mercedes o un Bmw. Pero por ahora es más un sueño que un proyecto real.
Como expertos en hostelería…
¿Sóis de caña o de vino?
Salva: Me gustan las dos cosas, pero me tira más la caña.
Xabi: Cada vez soy más de vino, lo disfruto más y me gusta más.
¿Café o infusión?
Salva: Café, solo y con gotas
Xabi: Cafe, café.
La Tortilla, ¿con o sin cebolla?
Salva: Con cebolla siempre.
Xabi: Con mucha cebolla y crudita, no como la de Betanzos.