Parrillada Rodicio: cocina brasileña de gallegos que volvieron a Coruña
20 años ofreciendo a los coruñeses toda la carne que puedan comer.
27 septiembre, 2019 14:58Fotografías de espectaculares paisajes de Río de Janeiro colgadas en las paredes, el Cristo Redentor y el Pan de Azúcar, con decoración simple, de mesas de madera y detalles morados, además del olor de la brasa que viene de la cocina y conversaciones en portugués que suenan desde la barra. Es fácil notarlo: estás en un restaurante brasileño.
Entre las calles Olmos y Galera, en un callejón por la zona de tapeo tradicional en A Coruña, está ubicada la Parrillada Rodicio (Calle Álvaro Cebreiro, 7), local especializado en carnes que abrió las puertas hace más de 20 años. Ha sido fundado por emigrantes gallegos que retornaron de Brasil.
Y estos gallegos son los padres y tíos de Carlos Calviño, hoy el responsable del restaurante. Sus padres se habían marchado de Galicia en los años 60 por motivos económicos -igual que millones de españoles que emigraron entre 1860 y 1970 a toda América latina-. Esta familia cruzó el charco hacia las tierras de Iberoamérica para empezar una nueva vida en la ciudad de Río de Janeiro, donde nació Carlos.
"En Brasil ya habían trabajado en la área de restauración”, explica el actual dueño del establecimiento. La pasión por los sabores del país tropical ha vuelto con ellos casi 30 años después. Así que apostaron por un nuevo negocio en la ciudad herculina dedicado a comida brasileña. En el mismo edificio del restaurante también funciona el Hostal Linar, todo propiedad de la familia.
¿Qué significa ‘rodicio’?
El nombre Rodicio viene de la palabra en portugués "rodízio", cuyo significado es un bufé libre con carne a la brasa. Las típicas "churrascarias", como son llamados estos tipos de restaurante en Brasil, sirven en las mesas las carnes en la espada. El cliente puede probar los más variados tipos de churrasco por un precio fijo por persona.
Lo mismo se ofrece en el Parrillada Rodicio, que presenta un menú compuesto por ocho clases de carne a la parrilla (churrasco de cerdo, chuletón de vacuno, picaña, entre otros cortes), ensalada, patatas fritas, arroz, alubia negra, farofa (acompañamiento tradicional hecho a base de harina de mandioca), plátano frito y piña a la parrilla.
En el rodicio se puede comer todo y repetir cuanto quieras, pues no hay límite de cantidad. El precio: 19 euros para adultos y 9,90 euros para niños entre 4 y 9 años.
Aperitivos típicos y caipiriña
Después de disfrutar la comida o para acompañar un aperitivo, una buena opción es la caipiriña, un cóctel típico de Brasil que consta de cachaza, lima, azúcar y hielo. "Y tenemos Guaraná [Antarctica] también", señala Calviño, como si no pudiera olvidarse.
El guaraná es un fruto típico de algunas zonas de Sudamérica y muy popular entre los brasileños porque una marca del mismo nombre ha creado una bebida gaseosa a base de este producto.
La casa también sirve pescados y, como tienen sangre gallega, no podría faltar el pulpo. Son nueve los empleados que trabajan día a día en el restaurante, "uno es de São Paulo y dos camareros son de Rio Grande do Sul", añade Carlos. Esta última es una región conocida por la tradición del churrasco, originario de las comunidades indígenas que fueron catequizadas por los Jesuitas en el siglo XVII.
Los clientes que frecuentan el local no son solo brasileños que echan de menos los sabores de su hogar: también van muchos gallegos y turistas amantes de la carne. "Viene todo tipo de gente. Aquí en Galicia comen mucha carne", dice Calviño muy convencido.