Vilaño, un pequeño municipio rural que forma parte de A Laracha (A Coruña) vive en vilo desde hace más de una semana por la desaparición de uno de sus vecinos más especiales: Curro. Se trata de un loro amazonas predominantemente verde, y con la cabeza de tonos amarillos y azulados, que tiene microchip y está anillado de ambas patas. Sus propietarios han pedido ayuda en redes sociales y también a través de la radio, donde entre diferentes datos descriptivos han aportado que el animal dice "Hola" a la perfección además de que también canta temas como "La Cucaracha" o "Alabaré, alabaré".

Según cuenta Rosa María, familiar de la dueña del loro, Curro se escapó aprovechando un breve descuido de su cuñado, que "dejó una puerta un poco más abierta de lo habitual", una ventaja que el animal aprovechó para salir al exterior de la casa donde reside la familia. Además, concreta que habitualmente lo sacan de la gran jaula donde lo tienen tres veces al día para que vuele por el interior de la vivienda y destaca que "es un loro joven y fuerte que en agosto cumple dos años" y al que consideran "el bebé", ya que incluso cuidaron su huevo durante meses hasta que nació.

El lunes pasado Curro consiguió volar hasta unos montes cercanos a la casa de sus propietarios, una vivienda en medio de la naturaleza, y sus dueños estuvieron buscándolo aquel día hasta que se hizo de noche. Las siguientes jornadas han salido a diario a por él y han avisado a los vecinos para que estén pendientes, una advertencia que ayer tuvo cierto éxito ya que Rosa María cuenta que les avisaron los propietarios de un huerto de la zona de que habían visto a Curro sobre un árbol. "Ellos escuchaban que alguien les decía "Hola" y creyeron que eran niños hasta que miraron en lo alto de un árbol y allí estaba Curro", dice, sobre lo que añade que tras ese momento se dio aviso a Protección Civil y la policía municipal "pero no hubo manera de volver a verlo".

Esta mañana la familia lleva buscando desesperada por la zona a Curro desde primera hora y calculan que "debe de estar cerca de las casas porque va a empezar a tener hambre", aunque son conscientes de que también es importante que "si alguien lo encuentra que lo quiera entregar", pero se muestran esperanzados. "Hasta ayer sabemos que está bien y que no lo tiene nadie porque lo vieron estos vecinos. Estará a unos tres kilómetros de nuestro hogar", detallan con optimismo e infinitas ganas de recuperar a este ave tan especial.