El jefe de Paliativos del Chuac de A Coruña: "Hay que fortalecer la red de apoyo social"
En el Día Mundial de los Cuidados Paliativos, charlamos con el doctor Juan Sanmartín, quien apuesta por extender este servicio de atención sanitaria para atender la demanda poblacional
10 octubre, 2020 06:00Hoy, segundo sábado de octubre se celebra el Día Mundial de los Cuidados Paliativos, una modalidad terapéutica poco difundida y que busca apoyar a los pacientes terminales y sus familias. El jefe del Servicio de Cuidados Paliativos del Compleo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) sostiene que es necesario fortalecer el "apoyo familiar y social" pues este servicio, ubicado en el Hospital de Oza, es testigo de la carencia que sufren muchos de sus pacientes.
Hace 30 años en España apenas se oía hablar de los cuidados paliativos, una rama sanitaria que se enfrenta al futuro con el reto de extenderse dentro del sistema de salud para poder satisfacer la demanda poblacional, marcada por el envejecimiento.
El COVID ha dejado en la retina de los profesionales de palaitivos imágenes muy duras. Imágenes de una soledad familiar suplida por sanitarios que sobrepasaban sus labores y actuaron de hilo conector entre el paciente y su familia.
– Trabajar con gente que se va a morir tiene que ser muy duro, ¿cómo se sobrelleva?
Con mucha madurez personal, en primer lugar. Después, preparándote y formándote con el paso del tiempo; pero sobre todo apoyándote en el ambiente laboral y en tu entorno personal. Y si además eres capaz de tener aficiones y distracciones que te puedan ayudar a sobrellevar tu cotidianidad… es lo aconsejable.
-La muerte sigue siendo un tema tabú. ¿Cómo cree que podría normalizarse?
Es un prototipo. Hay que intentar prepararse y adaptarse a ella. La humanidad intenta evitar la muerte pero es un un fenómeno natural. Cuanto más nos aproximemos y nos concienciemos de que eso va a suceder, estaremos mejor preparados. La muerte es un acto único.
-¿Seguimos teniendo miedo a la muerte?
Sí, es un miedo muy natural. Es algo inevitable y necesitamos muchas tareas alrededor de este proceso final que va a ser inevitable. Y para ello, son necesarios los cuidados paliativos.
-¿Cómo han cambiado los cuidados paliativos en estas últimas décadas?
Hemos avanzado mucho, siendo humilde. Cuando empezamos en España éramos muy pocos y veníamos con las ideas de los hospice ingleses y eso dio pie a que el sistema nacional de salud de España tuviese la buena idea de aplicarlo. Esto fue hace 30 años con un programa. Fue un momento de desarrollo y de incorporación de nuevos profesionales, porque cuidados paliativos no es una especialidad. En 30 años hemos generado mucho conocimiento, dejando un gran bagaje científico y técnico, pero ahora quizá estemos un poco estancados.
–¿Cuál es el futuro de los cuidados paliativos?
Nos tenemos que reorganizar. Tenemos una experiencia acumulada interesada, pero ahora (con el COVID) hemos vivido un cambio sanitario que ha supuesto una modificación global del sistema de salud. Tenemos que adelantarnos. Yo le llamo reorganización, pero sencillamente tenemos que ser lo suficientemente competentes, inteligentes e intentar hacer proyectos novedosos. Tenemos que ser creativos. El futuro de los paliativos lo veo con mucho optimismo. Paliativos es, al igual que otras, un área esencial.
-¿Hasta qué punto uno puede decidir cómo morir?
Estamos bastantes condicionados. Por un lado, los límites personales y por otro el condicionante de tus cuidadores, que vemos que últimamente la red de apoyo tanto familiar como social se necesita fortalecer. Y en tercer, y último lugar, está limitado por las estructuras asistenciales del sistema sanitario.
-Las restricciones del COVID obligaron a que muchos enfermos muriesen solos. ¿Cómo se vivieron estos momentos?
Lo vivimos con muchísimo dolor. Somos grandes promotores del acompañamiento permanente. Pero en este caso había que avisar a la gente por carteles o avisos telefónicos. Fue traumático. Pero lo cierto es que como todo estaba invadido por la emergencia, las familias lo aceptaron como pudieron; pero sí fue un momento de mayor sufrimiento.
Es dolorosísimo ver como los familares tienen que salir de la habitación. Fue un drama que estamos intentando ver cómo resolver. En cuidados paliativos hicimos una excepción e, incluso en momentos críticos, permitimos la permanencia de la familia en el hospital si el pacientes está clasificado como paliativo. Esta normativa más laxa se consigue con un esfuerzo de organización.
-Entiendo que tuvieron que vivirse momentos muy emotivos, ¿alguno que recuerde?
Tenemos muchos, pero yo lo que he visto son gestos muy heroicos. Todo el personal sanitario hizo esfuerzos a mayores para suplir la falta de compañía haciendo videollamada, llamando por teléfono… Hubo un gran engranaje para suplirlo.
–¿Cómo es la situación de los cuidados paliativos en Galicia y, en concreto, en A Coruña?
En el Sergas, cada área sanitaria tiene sus propios cuidados paliativos y, aunque son áreas muy pequeñas, son muy eficaces. En A Coruña, cumplimos el ratio de 80 camas por millón de habitantes. Estamos en mejor posición.