El 22% de los gallegos lleva una alimentación libre de lactosa, lo que sitúa a este régimen de exclusión como "el más seguido" en la comunidad, según desprende el primer informe Tendencia de exclusión alimentaria en la población española, elaborado por la Fundación Mapfre en colaboración con la Academia Española de Nutrición y Dietética.

Este estudio también revela que el 5% de los ciudadanos gallegos evita los alimentos con gluten. Algo que tampoco no es de extrañar, ya que en los últimos años ambos se han ganado la fama de "nutrientes poco saludables", aunque esto no sea del todo cierto.

De hecho, este estudio alerta de que las personas que siguen una dieta sin lactosa, sin un diagnóstico de intolerancia total o parcial, "podrían incrementar el riesgo de ingesta inadecuada de calcio, impactando negativamente en la salud general y, de forma particular, en la salud ósea", según recoge.

Además, una dieta baja o sin gluten "podría conllevar una menor ingesta de fibra, de vitaminas de los grupos B12 y D, así como de minerales, como el hierro, el calcio, el zinc y el magnesio", añade este mismo estudio.

Otras dietas de exclusión presentes en los hábitos de los gallegos y del resto de españoles son la flexitariana (7%), que se caracteriza por una baja ingesta de carne; la vegetariana (4%), que excluye carnes y pescados; y finalmente, la vegana (0,8%), que no admite ningún alimento de origen animal, como el queso o los yogures.

Los gallegos dicen "no" al aceite de palma y a las grasas trans

Los alimentos, los nutrientes y los ingredientes percibos como "menos saludables" por los gallegos son el aceite de palma y las grasas hidrogenadas o trans (90%), las bebidas azucaradas (79%), los aditivos (77%), las bebidas edulcoradas (77%); las galletas, la bollería y los dulces (67%), y las bebidas con alcohol (66%).

La Fundación Mapfre destaca que "resulta curioso el caso de los aditivos", ya que a pesar de estar autorizados por la Asociación Europea en Seguridad Alimentaria (EFSA), "y que en muchos casos sirven para mejorar la seguridad en los alimentos", son percibidos "como malos" y evitados por un 77% de los encuestados gallegos.

En el ámbito nacional, estos alimentos son eliminados "por una reflexión personal" al no considerarse "saludables", por recomendación de profesionales de la salud, por influencia de la familia y por la labor de concienciación que realizan los medios de comunicación.

La preocupación por eliminar de la dieta los alimentos considerados como "menos beneficiosos para la salud" afecta en su gran mayoría a las mujeres y la población de mediana edad, más concienciados por su alimentación y estado físico.