Manuel Viso (foto: Fundación San Rafael)

Manuel Viso (foto: Fundación San Rafael)

Salud

Los 10 consejos del médico gallego Manuel Viso para que la Navidad no te pase factura

El doctor Manuel Viso, Jefe de Urgencias del Hospital San Rafael de A Coruña y colaborador en radio y televisión, nos da algunos consejos para que nuestra línea no se resienta tras las fiestas

24 diciembre, 2022 06:00

El Hospital San Rafael de A Coruña tiene un mediático hematólogo y Jefe de Urgencias. Se trata de Manuel Viso, que además de médico es colaborador en Radio Voz, Televisión de Galicia, Cuatro y Telecinco. Desde este hospital situado en As Xubias, han elaborado esta lista de 10 consejos para no perder la línea ni la salud en las celebraciones navideñas.

1. Celebrar estas fechas en los días establecidos 

Existe una tendencia mayoritaria a adelantar el comienzo de las Navidades. Los  supermercados han adelantado la venta de los dulces navideños, las ciudades encienden  cada vez más temprano sus luces decorativas y la lotería de Navidad puede adquirirse  desde el mes de julio. 

"Ojo con las Navidades, porque son cinco días, seis a lo sumo. No pueden empezar a  mediados de noviembre, pues eso no hay cuerpo que lo aguante, ni báscula que lo  soporte", precisa Manuel Viso. 

Según los estudios, durante este período las personas ganan entre tres y cinco  kilogramos. Y perderlos puede ser una tarea ardua. De todos modos, Viso señala que  un leve aumento no es realmente dañino: "Es inevitable aumentar un kilo, pero cinco es una cantidad importante. Y es muy fácil si te descuidas, por lo que hay que tener mucho  cuidado". 

2. No ayunar en las comidas previas 

Llegar a las grandes comidas o cenas con hambre es un error crítico. "Es habitual que la  gente no desayune o no coma, y se guarde todo para la cena. Entonces llegas con un  hambre voraz, empiezas a picotear antes y no te sacias", asegura el facultativo. 

En los días de celebración, es más importante que nunca desayunar y comer con  normalidad. Aunque, en línea con la Navidad saludable, se puede variar el menú para  apostar por alimentos más ligeros

En el desayuno, en lugar de consumir una tostada de pan con aceite o mermelada, se  podría tomar varias piezas de fruta, yogur… A la hora de la comida, en vez de freír  croquetas o comer quesos, se puede cocinar un puré, un pescado o gambas a la plancha,  unas tostas de salmón ahumado… 

Por otra parte, es conveniente comer una o dos piezas de fruta antes de iniciar la  cena. Esto genera una leve sensación de saciedad, y provoca que desaparezca el ímpetu  de devorar con ansiedad la comida. Pero compensar el ayuno de todo el día con un  atracón antes de dormir es, sin duda, uno de los mayores enemigos de la Navidad  saludable

3. Conocer el aporte calórico de cada alimento 

Durante las comidas o cenas principales se deberían evitar las frituras, puesto que son  muy calóricas. En lugar de freír las carnes o los pescados, se pueden cocinar al horno, a  la plancha, e incluso a la brasa. Y, en vez de acompañarlos con patatas fritas, se podría  

escoger una guarnición compuesta por vegetales. Asimismo, tampoco se debe abusar  del pan, otro alimento muy calórico, especialmente si se moja en salsas. 

Sin embargo, los postres son el verdadero peligro. "Hay que tener cuidado con lo que se  pone en las mesas, porque asociamos que una barrita de turrón, un polvorón o un  mazapán son poca cosa", subraya el Jefe de Urgencias del Hospital San Rafael de A  Coruña. Pero la realidad no es así. 

Un polvorón ronda las 160 calorías. Un mazapán, 60. Una tira de turrón, 180. Un trozo  de panettone, 300. Una porción de roscón de reyes, 200. Y no solo se come uno, sino  varios, que se van sumando entre ellos y alcanzan cantidades muy considerables. 

Una persona corriente que realiza actividad física no debería ingerir más de 2000  calorías diarias. Y un descontrol en los postres puede hacer que se supere esta cifra con 

mucha facilidad. Ser conscientes de las calorías de cada alimento es crucial para  disfrutar de una Navidad saludable sin doblegarse ante los dulces. 

4. Retirar la bandeja de los postres 

Es muy frecuente que, una vez haya finalizado la comida, los platos con los turrones y  los polvorones permanezcan encima de la mesa. Esto atenta contra los principios de la  Navidad saludable, pues las sobremesas suelen ser muy largas, y la presencia de los  dulces es una tentación, que incita a los comensales a continuar picando. 

"La gente está charlando, comiendo y bebiendo. Ahora un mazapán, ahora un trozo de  roscón, ahora un pastel… Al final no sabes lo que has comido", indica el doctor Viso.  Un ejercicio tan sencillo como retirar todos los platos que contienen postres es un gran  avance para no dejarse llevar por los alimentos menos sanos y evitar que las calorías  ingeridas se disparen. 

Se puede seguir hablando y celebrando durante horas, pero no comiendo. 

5. Ser cautos con las bebidas alcohólicas 

El alcohol, debido a su alto componente calórico, es otro de los grandes responsables de  los aumentos de peso que se producen en esta época. Las cervezas o el vermut del  aperitivo, las copas de vino para acompañar la comida, el champán para brindar y los  licores y las cremas que se sirven en el postre van acumulándose, y pueden pasar factura  más adelante. 

Consumir estas bebidas de modo responsable es esencial. Y, de la misma manera que no  se puede llegar con hambre a las cenas, también se debe evitar llegar con sed. Por este  motivo, hay que beber agua con regularidad durante todo el día. 

Manuel Viso asegura que una Navidad saludable no implica privarse de las bebidas  alcohólicas, sino tratarlas con moderación: "El cordero lo puedes tomar con una copa de  vino, pero no debes beber cinco o seis copas, que equivalen a unas 500 calorías". En las  bebidas espirituosas, la traducción calórica es todavía más alta. Tan solo 100 mililitros  pueden rondar entre las 250 y las 350 calorías. 

6. Cocinar para la cantidad exacta de comensales 

"En Galicia, cenan cinco personas y preparamos para veinticinco. A la hora de cocinar,  hay que preparar las comidas para la gente que vaya a comer", aconseja el doctor Viso.  Esto tiene más importancia de la que parece en un principio, pues generalmente quedan  sobras que se consumen durante los días venideros.

Si se prepara la cantidad exacta de comida, el resto de las Navidades se podrá recuperar  una dieta más saludable, y compensar los excesos de carnes y azúcares con vegetales,  purés o legumbres. Por el contrario, si sobra una gran cantidad de alimentos calóricos,  se mantendrá esta clase de alimentación a lo largo de varios días. 

Es primordial tener esto en mente a la hora de realizar las compras. Y es que una  Navidad saludable comienza en el supermercado. Se debe planificar el menú con  antelación para solo adquirir los productos necesarios y no rendirse a los atractivos de  los postres industriales. 

7. Utilizar los platos de forma inteligente 

Hasta los aspectos más nimios como los platos desempeñan un rol fundamental. Su  correcto uso resulta de gran ayuda para aprender a vivir una Navidad saludable.  ¿Cómo? 

Es preferible servir la comida en platos pequeños. En los platos de mayor tamaño, la  misma ración parece más pequeña, ya que hay más espacio vacío. Por otra parte, es  recomendable no comer directamente de las fuentes. Servir la comida directamente en el  plato permite llevar un control más fiable de todos los alimentos que se han ingerido. 

8. Comer a un ritmo adecuado 

"A veces vemos las comidas tan ricas y sentimos la necesidad de comer deprisa,  metiendo grandes cantidades de comida", señala Manuel Viso. Pero esto resulta muy  perjudicial. Para comenzar, es conveniente masticar bien los alimentos, pues su  digestión será más ligera

Además, la velocidad a la que se come condiciona el volumen de comida que el cuerpo  es capaz de aceptar, pues la saciedad está regulada por dos hormonas. La grelina  estimula el apetito, mientras que la leptina genera la sensación de saciedad, y se  libera a los veinte minutos después de haber comenzado a comer. 

Si en ese período de tiempo una persona ingiere los entremeses, el primer y el segundo  plato, habrá introducido muchas calorías en su cuerpo como consecuencia de ese atracón. Por el contrario, si va masticando con tranquilidad y charlando mientras come,  su digestión será menos pesada, y cuando se sacie habrá consumido una menor cantidad  de calorías.

9. Practicar ejercicio físico con regularidad 

Incluso las personas más activas se toman un descanso del deporte durante estas fechas,  cuando una Navidad saludable está asociada a la realización de ejercicio físico. Al  fin y al cabo, este es el mejor aliado para combatir los excesos en las comidas y cenas. 

No es necesario ser deportista de alto rendimiento para quemar las calorías extra: se  pueden poner en marcha actividades tan sencillas como dar un paseo. "Después de  comer, en vez de quedarse de sobremesa, se puede salir a dar una caminata con los  niños", sugiere Manuel Viso

Al mismo tiempo, esta es una técnica muy eficaz para luchar contra el sedentarismo que caracteriza a las Navidades, cuando las reuniones en interiores son más habituales y  el descenso de las temperaturas induce a permanecer en el hogar. 

10. Atender a las recomendaciones de los médicos para disfrutar de una Navidad  saludable 

No practicar una Navidad saludable acarrea descompensaciones por el exceso de  calorías, de sal, de carnes rojas o de alcohol. Y esto entraña todavía más peligro en personas con un estado de salud débil e inestable, como aquellas con problemas  cardíacos, renales o hepáticos. Todas ellas tienen una mayor probabilidad de acabar  ingresadas en el hospital debido a un achaque. 

"La gente sin estas patologías también puede sufrir problemas de digestión y de  estómago, ardores, hinchazón, gastritis y vómitos. Los pacientes hipertensos se  enfrentan a subidas de tensión, y los diabéticos pueden incluso llegar a un coma  diabético", apunta el doctor Viso. Muchos de estos pacientes ya están aleccionados por sus médicos, pues deben tener un  nivel de precaución más alto, al igual que las personas de edad avanzada. No obstante,  todos los que deseen vivir una Navidad saludable deben prestar atención a los  consejos de los profesionales de la salud