Entrada del Hospital Psiquiátrico de Conxo.

Entrada del Hospital Psiquiátrico de Conxo. Quincemil. Santiago de Compostela.

Salud

Baile o debate: Programas para los pacientes del Hospital Psiquiátrico de Conxo, en Santiago

Club de lectura, clases de baile o debate son algunos de los talleres impartidos por las diferentes asociaciones que reivindican más atención a las enfermedades mentales en la ciudad

1 agosto, 2024 05:00

La salud mental es un componente esencial del bienestar de una persona que, a menudo, ha sido descuidado. Los trastornos mentales pueden afectar a cualquier individuo sin importar su edad, género o condición social, y su impacto puede llegar a ser incluso mayor que el de cualquier enfermedad física grave.  

En ello, los hospitales psiquiátricos desempeñan un papel crucial tratando y rehabilitando a personas con trastornos mentales severos. Y es que estos centros especializados proporcionan un entorno seguro y controlado donde los pacientes pueden recibir atención médica, además de ayuda para reintegrarse en la comunidad.  

La historia de los manicomios, predecesores de los actuales psiquiátricos, está marcada por una evolución significativa en la comprensión y tratamiento de estas enfermedades. Originalmente, se confinaba a estas personas, muchas veces en condiciones deplorables y con tratamientos inhumanos.  

Con el tiempo, y gracias a los avances en la psiquiatría y los movimientos de derechos  humanos, estos centros comenzaron a cambiar sus prácticas. Algo que vemos, muy de cerca, con el Hospital Psiquiátrico de Conxo, en cuya historia, evolución y consecuencias han querido profundizar.  

La historia del psiquiátrico de Conxo  

El primer manicomio de España se fundó en Valencia en el año 1404, y no fue hasta casi cinco siglos más tarde cuando se construyó el siguiente. Antes, los enfermos mentales eran encerrados en calabozos o vagaban libremente por la calle sin ningún tipo de supervisión.  

El 1 de julio de 1885 abría sus puertas el "manicomio" de Conxo, primero y único de Galicia hasta 1953. Este fue construido en una parte deshabitada del convento del monasterio, pero la importante demanda de plazas pronto hizo necesaria una ampliación.  

Pese a que el centro fue publicitado como un lugar de lujo para el relax, las condiciones no eran iguales para todos los ingresados. Hasta 1972, los enfermos estuvieron divididos en clases, dependiendo la calidad de la atención de la cuota diaria que pagaran. 

Aportando doce pesetas diarias tenían derecho a habitación independiente en la segunda planta, servicio propio y desayuno y con tres platos y postres. Mientras, los  que pagaban dos pesetas estaban en dormitorios comunes, con una alimentación basada en sopa y cocido para desayunar y un solo plato a la cena.  

Las clases con dinero usaron el manicomio como lugar de descanso o de refugio en situaciones socialmente comprometidas. Las personas pobres, en cambio, a menudo morían por las malas condiciones higiénicas y la escasa manutención. 

El psiquiátrico de Conxo en la actualidad  

La Ley General de Sanidad, aprobada en 1986, acabó con los antiguos hospitales psiquiátricos, entonces llamados manicomios. El objetivo de esta medida era acabar con la estigmatización de las enfermedades psiquiátricas, pasando a atender a los pacientes de patologías mentales en hospitales tradicionales dándole normalidad.  

Pese a esto, Conxo todavía sigue abierto y no parece que vaya a cerrar sus puertas en un futuro cercano. Aunque este nada tiene que ver con el centro que era. Los tratamientos de ahora se adecúan más a la nueva filosofía de atención psiquiátrica. Además, Conxo cuenta con distintos programas de ayuda entre los que se encuentra un centro de día, talleres o pisos protegidos.  

Plaza exterior del psiquiátrico en la actualidad.

Plaza exterior del psiquiátrico en la actualidad. Quincemil. Santiago de Compostela.

El Hospital es, en la actualidad, un centro destinado a la ayuda psiquiátrica, pero, dicen sus profesionales, con mucho margen de mejora. El personal ha reivindicado en numerosas ocasiones las malas condiciones en las que se encuentra el centro, lleno de humedades y estancias muy deterioradas que, esperan, pronto sean reformadas. 

Una ciudad volcada con la ayuda psicológica  

Si bien la mejora de los tratamientos y las técnicas sanitarias usadas en el hospital es un gran avance, también lo es el cambio en la percepción que tienen los compostelanos sobre las enfermedades mentales. Lejos de estigmatizarse, ahora existen multitud de iniciativas y asociación que se vuelcan en apoyar a pacientes y familias en todo el proceso.  

Una de estas asociaciones es la asociación Itínera, que nació en 2005 como resultado de las experiencias de varios voluntarios en el hospital desde 1993. Lo vivido en el centro durante años motivó la creación de una entidad que busca conseguir un mayor nivel de socialización entre las personas con trastornos mentales severos.  

Itínera ofrece programas muy diversos que van desde grupos de apoyo al estudio, hasta clubes de lectura, escritura o cine. Sin olvidar otros aspectos como el debate, la educación medioambiental o los roles de género. 

Miembros Asociación Itínera.

Miembros Asociación Itínera. RRSS Itínera. Santiago de Compostela.

El propio Hospital Psiquiátrico de Conxo, en colaboración de la Universidad de Santiago, también brinda la posibilidad de realizar labores de voluntariado con pacientes y familiares en diferentes programas educativos y recreativos. 

Entre estos programas se encuentran coro, baile, inglés o informática, entre otras.  También existe un programa especial llamado el Programa Amigos. En él los voluntarios realizan acompañamientos en la comunidad con personas con enfermedad mental.  

Cabe destacar además la asociación Andaina Pro Saúde Mental, una asociación que pretende cubrir el vació en la atención a personas con problemas de salud mental en las zonas rurales próximas a Santiago. O la asociación Fonte da Virxe, creada en 1994 con la finalidad de promover la recuperación de los enfermos y mejorar su calidad de vida.