Los síntomas premenstruales son comunes pero a veces pueden ser incapacitantes

Los síntomas premenstruales son comunes pero a veces pueden ser incapacitantes Shutterstock

Salud

Belén Viñas, ginecóloga del CHUAC de A Coruña: "Las patologías femeninas se estudian menos"

Una gran mayoría de mujeres padece el llamado síndrome premenstrual en los días previos a la menstruación, pero algunas padecen unos síntomas que son más intensos e incluso incapacitantes. Este cuadro recibe el nombre de "trastorno disfórico premenstrual" y aún se sabe poco sobre él

19 septiembre, 2024 05:00

Se llama síndrome premenstrual (SPM) al conjunto de síntomas físicos y emocionales que se producen en los días previos a la menstruación. "Es algo frecuente en las mujeres", asegura Belen Viñas, responsable del servicio de ginecología del CHUAC de A Coruña. Sin embargo, a veces los síntomas pueden ser más intensos e incluso afectar gravemente a la calidad de vida, un cuadro al que se ha bautizado como "trastorno disfórico premenstrual" y del que aún se sabe poco porque "las patologías femeninas se estudian bastante menos que las masculinas".

A lo largo del ciclo menstrual se liberan distintas hormonas que tienen efectos concretos sobre el organismo de las mujeres. El final de la fase lútea, más conocida como fase premenstrual, se caracteriza, a grandes rasgos, por una disminución progresiva de los estrógenos y un aumento de la progesterona, y es en esas semanas cuando se manifiesta el muchas veces temido SPM.

En esos días antes de que "baje la regla", es habitual que las mujeres padezcan "retención de líquidos que produce un aumento de la hinchazón", indica la ginecóloga, lo que puede provocar a su vez "aumento de peso y tensión mamaria, que puede ser más o menos molesta". Además, muchas mujeres también presentan "cambios de humor", con sensación de "irritabilidad" o incluso de "inquietud".

En algunos casos, esos síntomas pueden llegar a ser tan intensos que afecten de forma grave a la calidad de vida. "En algunas pacientes estos síntomas se multiplican, son más intensos, y sí que supone una afectación para la calidad de vida de la mujer durante esos siete o diez días previos a la regla", indica Viñas.

Ese agravamiento de los síntomas asociados al SPM es lo que se ha denominado "trastorno disfórico premenstrual", un síndrome premenstrual que se presenta con síntomas parecidos pero de mayor intensidad, especialmente los psicológicos. "Fundamentalmente son los mismos síntomas pero a veces hay más ansiedad, tristeza y desánimo", explica.

"Hay muy poquita información"

Preguntada sobre las causas que se encuentran detrás de este trastorno, la ginecóloga lamenta que "hay muy poquita información" ya que "desgraciadamente las patologías femeninas se estudian bastante menos que las masculinas". Así, lamenta que "hay muchos menos estudios sobre patologías que se consideran exclusivamente femeninas", como es el caso de este trastorno.

Con todo, sí se conoce más acerca de los mecanismos que producen el síndrome premenstrual y esa hinchazón habitual, lo que puede permitir dar algunas indicaciones para intentar reducir esos síntomas y hacerlos menos incapacitantes.

En ese sentido, la ginecóloga detalla que "antes de tomar medicaciones", es mejor comenzar por un "manejo higiénico dietético" de los síntomas. "Ya se sabe que el ejercicio físico es lo que más eleva la dopamina, que es la hormona que está en relación con la mejora del estado de ánimo, igual que la serotonina, con lo cual, la práctica de ejercicio regular es un buen método para prevenir la aparición de este síndrome", señala.

Una mujer practicando deporte en su casa.

Una mujer practicando deporte en su casa. iStock

Además, aconseja "hacer una una dieta equilibrada, consumiendo todo tipo de alimentos", así como "evitar la ingesta excesiva de sal, además del alcohol y el tabaquismo". "Llevar una vida sana y, a ser posible, sin estrés, nos va a ayudar muchísimo a reducir tanto el síndrome premenstrual como el trastorno disfórico", asegura Viñas.

En los casos en los que sí que se pauta medicación "solemos empezar con anticonceptivos", indica, si bien insiste en intentar antes mejorar los hábitos de vida y "escuchar al cuerpo cuando te pide parar". "No hay que seguir forzando la máquina, es fundamental para que no aparezcan ni esta ni otras muchas patologías que están relacionadas con el estrés", añade.