El cirujano coruñés Diego González Rivas

El cirujano coruñés Diego González Rivas cedida

Salud

El gallego Diego González Rivas: "Operar casos tan difíciles me ha dado una experiencia única"

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Diego González Rivas (A Coruña, 1974), se ha convertido en un cirujano de fama mundial. Él es el creador de una técnica quirúrgica mínimamente invasiva llamada Uniportal VATS, que permite realizar intervenciones torácicas complejas realizando una sola incisión, lo que minimiza el impacto en el paciente, y acorta notablemente los tiempos de ingreso y recuperación. Hasta la fecha, ha operado y enseñado esta técnica en más de 120 países, lo que le ha aportado "una experiencia única".

El cirujano lleva a A Coruña por todo el mundo y asegura que la ciudad herculina es "la mejor para vivir", sin embargo, su trabajo le ha llevado muy lejos de su ciudad natal, y lleva 12 años recorriendo el mundo incansablemente para operar a pacientes mediante esta técnica mínimamente invasiva y entrar a otros médicos para que puedan realizarla en sus centros.

González Rivas lidera en la ciudad china de Shanghái el programa de cirugía mínimamente invasiva más grande del mundo. Se desarrolla en el Shanghái Pulmonary Hospital, donde realizan "150 cirugías al día", relata. En este hospital también recibe a numerosos especialistas deseosos de aprender su técnica.

Con todo, se considera un cirujano "nómada", ya que su trabajo lo realiza en continuo movimiento y hasta la fecha ha operado en más de 120 países. Un modo de vida que le ha llevado a enfrentarse a los casos "más difíciles", en situaciones y contextos muy diferentes, lo que "me da mucha más experiencia y me permite ver casos que nadie puede ver", asegura.

No en vano, esa palabra, "nómada", aparece en su nuevo libro, que saldrá al a venta en marzo de 2025 y que lleva por título Curando el mundo, diario de un cirujano nómada. El coruñés asegura que es "un libro muy personal", en el que cuenta "historias de sitios increíbles que nunca he contado". 

Asimismo, junto a la Fundación Diego González Rivas puso en marcha este año una unidad móvil para poder realizar estas intervenciones complejas en países con menos recursos. Parte de ese trabajo se puede ver en el documental Curando el mundo realizando en la TVG. Este verano operaron en Ghana y Costa de Marfil, y el año próximo quieren continuar operando en otros países del continente africano.

Diego González Rivas (dcha.) en una intervención.

Diego González Rivas (dcha.) en una intervención. Cedida

Lleva más de una década viajando por el mundo, operando a pacientes de distintos países y enseñando su técnica allá a donde va. ¿Cómo son para usted estas experiencias?

Es muy interesante porque conoces a un montón de gente, formas a un montón de cirujanos e implementas programas de cirugía mínimamente invasiva en países donde nunca se había hecho. Cuando estuvimos en Turkmenistán, o en Kirguistán, era la primera vez que se hacía cirugía mínimamente invasiva en esos países. Imagínate la satisfacción de poder hacer allí casos con Uniportal VATS, con una sola incisión.

Es una dosis de motivación para la gente. Ayudas a los pacientes porque son personas que de otra manera no se hubieran operado, o los hubieran derivado a otros centros. Al final, creas escuela, ayudas a los pacientes y pones tu granito de arena en la historia de ese país, en la cirugía mínimamente invasiva, y en cómo se puede desarrollar en países en los que parecía muy, muy, difícil. Sobre todo, en países de África, ya que si tú no vas allí a enseñarles, es difícil que ellos se puedan mover.

Desde la Fundación lograron este año el reto de poner en marcha una unidad móvil con la que ha estado operando en distintos países del continente africano. ¿Cómo fue el proceso? ¿Van a hacer más viajes?

Construir la unidad móvil y llevarla a los países más desfavorecidos ha sido el proyecto fundamental de la Fundación. Finalmente, la conseguimos poner en Ghana, donde hicimos la primera misión en agosto. Luego fuimos a Costa de Marfil y ahora la tenemos en Ghana y la vamos a seguir moviendo. Para febrero o marzo tenemos pensado ir a Costa de Marfil, a Angola y a Sierra Leona. Estamos ya con todos los trámites porque la logística es muy complicada. Paralelamente he hecho otras cosas con la Fundación en otros países. Estuve en México, en Azerbaiyán... y en fin de año voy a estar en Indonesia.

"Hacer la cirugía lo menos invasiva es más determinante en el tórax que en otra parte del cuerpo. Cambia mucho si a ti en vez de abrirte te hacen un corte pequeñito"

Diego González Rivas, cirujano

¿Cómo es la acogida por parte de los médicos a los que enseña su técnica? ¿Cómo lo viven ellos y ellas?

Es distinto cuando vas a un país más desarrollado, al que vas a aumentar el conocimiento que ya tenían previamente, a cuando vas por primera vez a un sitio donde nunca se ha hecho, y lo viven como un shock. Ellos se sienten siempre muy entusiasmados, con ganas de aprender. Les das motivación, les das moral, les haces ver que se puede hacer, porque si no lo ven, es muy difícil creerlo. Cuando tú no ves cómo funciona una técnica en directo no te haces una idea de lo que es, ni la dificultad que tiene.

Entonces, en los países que nunca se hizo, es una gran motivación para ellos y es el comienzo de lo que en un futuro será un programa allí establecido, porque al final estos cirujanos luego vienen a formarse. A veces vamos a un país en desarrollo y luego los cirujanos también vienen a mi curso de Shanghái, donde dirijo el programa de cirugía mínimamente invasiva en el Shanghái Pulmonary Hospital, que es el más grande del mundo. Allí hacemos 150 cirugías al día. Imagínate lo que podemos enseñar, el potencial que hay ahí.

Uniportal VATS permite realizar intervenciones torácicas con una sola incisión, ¿cómo se han venido realizando hasta ahora ese tipo de operaciones? ¿Por qué es tan revolucionario?

La cirugía clásica tradicional se realiza separando las costillas, lo que se llama una toracotomía, es decir, una incisión grande, se mete un separador... eso es muy traumático para el paciente porque es muy doloroso. La cirugía torácica es la cirugía que más duele, porque están los nervios intercostales. El tórax es más doloroso que el abdomen, por ejemplo. Por eso es tan importante minimizar la agresión. Y por ese motivo el Uniportal es tan relevante. Hacer la cirugía lo menos invasiva es más determinante en el tórax que en otra parte del cuerpo. Cambia mucho si a ti en vez de abrirte te hacen un corte pequeñito.

Hace unos días operé a una chica de 14 años, le extirpé el pulmón izquierdo con una sola incisión, y se fue de alta a las 48 horas. Normalmente, en una cirugía convencional el paciente está ingresado diez días. De siete días pasamos a dos días. Eso es un impacto bestial.

Reducir los tiempos de ingreso y recuperación es siempre algo deseable, y en algunos países imagino que debe resultar crucial.

Claro, es muy importante, aparte se ahorra mucho el gasto en el hospital. Hay países donde el gasto hospitalario es muy importante, donde el paciente tiene que pagar muchas cosas, tiene que pagarse la estancia... Entonces, claro, para un paciente, que le cueste todo la mitad, cambia muchísimo.

"Un paciente con un cáncer de pulmón tiene que operarse rápido. Eso es lo ideal, no estar en una lista de espera dos meses"

Diego González Rivas, cirujano

En alguna ocasión ha hablado sobre el sistema sanitario chino, que, decía, es mucho más rápido que en España. ¿Cómo funciona exactamente?

Es impresionante porque no es un sistema público como aquí. Es decir, los pacientes tienen un seguro en cada provincia donde viven que cubre el 80% o el 85%. Entonces, tienen que pagar una pequeña parte para ser operados, pero les compensa porque un paciente llega al hospital y le hacen todo al momento, el TAC, la broncoscopia... y en menos de 48 horas está operado. Es una pasada. Así es como tiene que ser, un paciente con un cáncer de pulmón tiene que operarse rápido. Eso es lo ideal, no estar en una lista de espera dos meses. Es un sistema que está muy bien. Los pacientes pagan un porcentaje pequeño, pero es mucho más rápido.

A lo largo de tantos años habrá vivido un sinfín de experiencias impactantes, ¿recuerda alguna en particular que le haya marcado?

He visto a muchos pacientes que tenían casos sorprendentes. Cuando voy por el mundo opero los casos más difíciles. Por eso tengo tanta experiencia en casos difíciles, porque prácticamente solo opero esos casos. Cuando estás en un hospital operas lo que te va llegando, a lo mejor te llegan 20 fáciles y uno difícil, que es lo normal. Pero como yo viajo por el mundo cada semana, y trabajo en tantos hospitales y en tantos sitios, allá donde voy me guardan los difíciles, porque los fáciles ya los hacen ellos. Entonces, yo solo opero cosas difíciles y complicadas. Eso me da mucha más experiencia para hacer los casos más complejos, y también me permite ver casos que nadie puede ver. Por eso he visto de todo lo que no te puedes ni imaginar.

A una chica del Congo le quité la llave que tenía desde hace dos años en el tórax, en el pulmón. Una chica en Tanzania, por ejemplo, tenía una costilla clavada desde hacía diez años, porque la habían maltratado, y le atravesaba el pulmón. Nunca fue al hospital ni nada y estuvo diez años con una costilla atravesándole el pulmón. Es una locura, no podía ni respirar. En Kuwait, una vez operé a un paciente que tenía un hueso de pollo en el pulmón desde hacía un año y medio. Lo tenía ahí y le estaba dando infecciones. O tumores muy complejos. Hace poco, en Bellvitge, operé a un paciente que nadie se atrevió a operar, lo habían desahuciado y era un tumor curable. Hay muchos casos en todo el mundo.

Unidad móvil de la Fundación Diego González Rivas

Unidad móvil de la Fundación Diego González Rivas

Todo ese bagaje le habrá dado mucho aprendizaje y satisfacciones...

Sí, también ha habido muchos momentos difíciles, porque enfrentarte a casos complejos, a veces sin material, a veces sin el equipo que te ayude... muchas veces estás solo ante el peligro. Es duro, pero te hace más fuerte, es lo bueno, te hace mejor cirujano. A lo largo de los años me he hecho mejor cirujano porque he estado en las situaciones más difíciles, más adversas. Eso te hace más fuerte y eres capaz de lidiar con cualquier cosa. Como un marinero, que se hace bueno en una tempestad, en un mar bravo. Esto es lo mismo: el hecho de operar casos tan difíciles en todo el mundo, y en condiciones tan adversas, me ha dado una experiencia que creo que es única.

Parte de esa experiencia es la que va a compartir en su nuevo libro Curando el mundo, diario de un cirujano nómada. ¿Qué vamos a encontrar?

El libro va a ser una pasada porque está contado en primera persona, es un libro muy personal que cuenta historias de sitios increíbles que nunca he contado. Hay historias en Libia, en Gaza, en el Kilimanjaro, en Ucrania, en Chernóbil... en sitios bestiales. Creo que es un libro muy, muy, muy intenso, y que a la gente le va a gustar.

"Muchas veces me han preguntado cómo veía mi futuro y yo siempre digo que para mí el sitio ideal para vivir es A Coruña"

Diego González Rivas, cirujano

¿Cómo es la vida de un cirujano nómada? ¿Echa de menos A Coruña?

Al principio me costaba más el estar fuera de casa, pero ahora, como llevo tanto tiempo fuera, ya estoy acostumbrado a esta vida. Además, como cada día de mi vida es diferente, no me aburro en ningún momento. Eso hace que mi vida sea cada día una aventura, y cada día descubro cosas nuevas. No me puedo cansar. No entro nunca en el aburrimiento, ni en la monotonía. Esa es la ventaja de mi vida.

Pero tiene cosas buenas y cosas malas. Entre las malas es que descanso menos, tengo menos tiempo para hacer surf, para estar con mis amigos, para relajarme. Pero lo compensa la intensidad con la que vivo, la adrenalina y la novedad. Yo creo que para el ser humano la novedad es algo que te mantiene vivo, te mantiene con la pasión, cuando cada día es nuevo estás ilusionado, todo el tiempo ahí arriba. A mí me hace feliz que cada día de mi vida sea diferente.

Cuando yo estaba en A Coruña, tenía una vida más estándar, y llega un momento que sí que es cierto que notaba cierta rutina y cierta monotonía, aunque yo intentaba que no fuera así, pero es inevitable, y notas que necesitas reinventarte, hacer cosas nuevas para sentir esa felicidad. Yo creo que ahora soy más feliz que nunca, y es por eso, porque cada día es nuevo. Cada día es un país distinto, un hotel distinto, gente distinta... eso me hace estar viviendo casi como un cuento, y disfrutando de lo que hago, es decir, operando todos los días, operando más que nunca, haciendo lo que más me gusta, que es operar y viajar. Creo que es maravilloso.

Aún así viene mucho por A Coruña, y siempre habla de la ciudad.

Sí, voy a menudo, para mí A Coruña es la ciudad más bonita del mundo. Eso lo diré en cualquier sitio. Muchas veces me han preguntado en entrevistas qué país elegiría o dónde o cómo veía mi futuro y yo siempre digo que para mí el sitio ideal para vivir es A Coruña. Porque allí tengo cirugía y un buen hospital, tengo amigos, tengo una calidad de vida increíble, una ciudad segura, tengo comida, tengo playa... o sea, es una ciudad tranquila para vivir.

Para trabajar de lo mío quizás no porque necesito volumen parar mejorar y estar a unos niveles altos de tecnología, también necesito estar en otros sitios para crecer más, para seguir con el proyecto de expansión por el mundo. Por eso necesito centros muy grandes, como el de Shanghái, que es el más top y donde hacemos más casos del mundo, por lo que ahí es donde tengo que estar a nivel profesional en estos momentos, pero sin dejar de lado A Coruña. Siempre vuelvo, de hecho, volví ahora en Navidad.