Málaga, sábado de Carnaval. En la céntrica Plaza de la Constitución no cabe un alma. Son las 20:30 de la tarde y una multitud se agolpa bajo un ruido atronador de guitarras, coros y percusiones. Todos cantan chirigotas y bailan disfrazados al paso de las comparsas. Una madre juega con su hijo de tres años junto al escenario principal. Mientras, un familiar graba la escena con el móvil. La mujer se gira hacia el teléfono y empieza a danzar. Es el único instante en el que le da la espalda a su hijo

De repente, y aprovechando esos segundos de distracción, unas manos anónimas agarran al pequeño. Cuando la madre se gira, el niño ya no está. Alguien se lo ha llevado. La mujer empieza a chillar, pero el ruido de la muchedumbre ahoga sus gritos. El gentío le impide moverse con facilidad. Acaban de raptar a su hijo e intenta identificar al autor entre millares de personas que celebran y se apelotonan. Hay muchos niños y mucha gente enmascarada. El ambiente festivo contrasta con su desesperación. La multitud no le deja avanzar con fluidez y el ruido de la megafonía ahoga sus gritos.

PERSECUCIÓN ENTRE LAS FLORES

La mujer corre y grita desesperada sobre el suelo cubierto de pétalos. Se acababa de celebrar la llamada “Batalla de flores” en la calle Larios, en la que público y comparsas se lanzan flores. “¡Que se lleva a mi hijo!” grita. Mientras, los presentes interpretan lo que está pasando como una pelea de pareja. Una testigo presencial cuenta que “creímos que se trataba de una madre recriminando a un padre que se llevase a su hijo de allí. Algún problema de custodia o patria potestad. Nadie imaginó que se trataba de un intento de secuestro”.

En un momento dado, la mujer localiza a un sujeto que lleva a su hijo en brazos. Es un hombre de mediana edad que va vestido de negro. Está disfrazado del agente del FBI y lleva unas esposas de juguete. Ella le ordena a gritos que lo suelte, pero el hombre no se detiene. “Estoy segura de que me escuchó pero siguió andando”, declaró posteriormente la mujer. Su desesperación provoca que la gente se aparte a su paso. Ella empieza a perseguir al presunto secuestrador, que acelera el paso. Si ese hombre logra salir del recinto vallado, tendrá el camino despejado para huir del lugar.

La Plaza de la Constitución en Málaga el día de Carnaval.

Mientras, la fiesta sigue dentro de la plaza. La Comparsa de Andrés (Marbella) finaliza su recorrido y sus componentes se disponen a salir del recinto. Entre ellos está Juan Diego, un miembro de la agrupación que lleva varios años sin participar en los desfiles de Carnaval. “Un rato antes me había fijado en un hombre que no me cuadraba. Estaba solo, dando vueltas por una zona reservada en la que no pintaba nada porque estaba acotada para las comparsas. Me dio muy mala impresión”, recuerda.

Juan Diego oye los gritos e identifica a ese tipo que le había dado mala espina. Se percata de que ya no va solo. Ahora lleva a un niño pequeño en los brazos y avanza veloz. El miembro de la comparsa no se lo piensa y se dirige hacia ellos. Entretanto, se da cuenta de que una mujer corre detrás de ellos gritando.

Juan Diego y la madre consiguen dar alcance al hombre casi al mismo tiempo. De hecho, es ella la que llega primero y logra arrebatarle al pequeño de los brazos. Juan Diego, un hombre corpulento, relata que “cuando vi lo que presuntamente estaba pasando, lo cogí del brazo”. En ese momento, la madre le empieza a contar que aquel hombre disfrazado de policía había intentado llevarse a su hijo. “Lo agarré y le pregunté quién era y qué estaba haciendo con el niño, pero no me contestó. Se puso nervioso y empezó a mirar hacia todos lados. Me dio la sensación de que buscaba salir del vallado” explica Juan Diego. De hecho, cuando consiguen darle alcance al sospechoso, ya se encuentra a diez metros de la salida. Ha faltado muy poco para que el presunto secuestrador logre escapar con el niño en brazos, amparado en el anonimato de la multitud.



LLEGAN LOS REFUERZOS

Entretanto, varios miembros de la Comparsa del Pueblo ya se han percatado de lo que está sucediendo y se acercan al lugar de los hechos. Avisan a los guardias de seguridad y éstos a la Policía Local. Mientras, Juan Diego y otros miembros de la comparsa lo retienen tras un breve forcejeo.

Cuando llegan los agentes, el presunto secuestrador esgrime su coartada. Le cuenta a la policía que ha visto a un niño perdido y que lo quería llevar con su familia. También acusa a los miembros de la comparsa de haberle agredido. Sin embargo, la madre les da su versión y los agentes detienen al hombre y se lo llevan.

El rumor de que un hombre se ha colado en el recinto y ha intentado secuestrar a un niño corre como la pólvora. Paqui Prieto, responsable de la agrupación infantil “Sopla el viento”, cuenta que “cuando me dijeron lo que estaba pasando, decidí llevarme de allí a los 38 niños de mi comparsa porque no sabía lo que estaba pasando pero no me quedaba tranquila”.

LO INTENTÓ ANTES

El suceso aconteció el sábado por la noche, el detenido pasó a disposición judicial y el juez decretó prisión incondicional. Por lo visto, durante la tarde ya había intentado hacer un acercamiento a otro niño pequeño. El subdelegado de Gobierno en Málaga, Miguel Ángel Briones, explicó después en rueda de prensa que “no sólo intentó dicha acción con ese chico, sino con otro menor antes”. Y es que, según testigos presenciales, minutos antes de aquellos hechos ya había intentado acercarse a otro niño. “Le dijo a un hombre que le estaba gustando mucho la actuación del crío de la gorra verde y que quería acercarse a felicitarlo”. Al parecer, fue en ese momento cuando se coló dentro de la zona vallada.

Los motivos que llevaron al sujeto (de 47 años, nacionalidad española, vecino de Málaga y con antecedentes penales) a intentar llevarse al niño aún no está claros. El delegado de Gobierno, sin embargo, ha descartado que se trate de una venganza, porque es una persona que no tiene ningún tipo de vínculo anterior con la familia. Del mismo modo, tampoco se le da validez a la versión del detenido, que defendía que había encontrado al niño extraviado. La desmiente una prueba audiovisual: en el vídeo que estaba grabando la tía del niño en el momento de la desaparición, se ve cómo el sospechoso agarra al niño por las axilas.

UNA VERSIÓN DULCIFICADA

La familia aún tiene el susto en el cuerpo. Una vez tuvieron al niño de vuelta, tocó explicarle qué había sucedido. Entre todos decidieron explicarle una versión mucho más dulce de lo que realmente sucedió: un hombre se había confundido porque tenía un hijo que iba disfrazado igual que él y por eso lo cogió y se lo llevó. Para el niño, todo había sido un divertido malentendido. Cuenta el Diario Sur que el pequeño se creyó la versión y sólo hizo una pregunta. “¿De verdad llevaba el mismo disfraz que yo?”.

Por su parte, Juan Diego ha tenido que ir al juzgado varias veces a declarar como testigo. Ya está cansado del asunto y no le apetece hablar más de un tema tan desagradable. No imaginaba que su reaparición en el Carnaval tras varios años de ausencia acabase con él reteniendo a un presunto secuestrador. Sin esperarlo, se acabó convirtiendo en un héroe por accidente. Y su comparsa consiguió el quinto premio.

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