Es un año negro para las mujeres. Récord histórico negativo de la última década: 2017 ha comenzado como como uno de los peores de la historia reciente si tomamos las cifras para evaluar la situación. En menos de 48 horas, tres mujeres han sido acuchilladas (dos de ellas en Madrid ciudad, y una en Madrid comunidad).
Erika Lorena Bonilla Almendárez tenía 32 años y fue degollada por su marido la mañana del miércoles 1 de marzo. Después, el agresor provocó una explosión en la vivienda en la que ambos residían (en Vicálvaro, Madrid) para intentar suicidarse. No murió en el momento. La Policía le detuvo y fue trasladado al hospital, donde fallecía al día siguiente.
Mari Paz Fernández García, de 45 años, fue encontrada degollada en la mañana del jueves 2 de marzo, en su casa de Alcobendas. Al parecer, ejercía la prostitución, por lo que las primeras investigaciones policiales apuntan que el agresor pudo ser un cliente.
Horas más tarde de ese mismo día, una mujer de 24 años (su nombre todavía se desconoce) recibía cuatro puñaladas por parte de su pareja. Después cayó del balcón de la vivienda (en Usera, Madrid), y todavía se esclarece si pudo caerse ella misma al tratar de huir de su agresor o fue él quien la arrojó. Está hospitalizada en estado muy grave aunque las últimas informaciones por parte del Samur apuntan a que podría recuperarse.
En total, serían 21 mujeres víctimas de la violencia machista en apenas dos meses, de las cuales, 20 de ellas serían mortales. Cabe esperar a que se confirme el agresor de la mujer de Alcobendas. También habría que esperar a saber más de la evolución de la mujer de 24 años de Usera. Si falleciese, serían 21 mujeres asesinadas en menos de nueve semanas. Es decir, más de dos mujeres por semana. Las cifras oficiales, sin embargo, contabilizan 16 mujeres asesinadas y un caso, el de Redondela, en investigación (estas cifras no incluyen, por ejemplo, a Ana, la hija de Ana Belén, asesinada junto a su madre por la pareja de esta; ni tampoco a Ángeles, la mujer enferma de azlhéimer que murió a manos de su marido).
Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento de Madrid, considera "nefasto" cualquier año en el que haya una sola víctima mortal, pero celebra el hecho de que el debate sobre violencia machista haya fagocitado, por fin, la atención: "Hay una percepción generalizada de que estamos ante una alerta social, el nivel de conciencia ciudadana ha aumentado mucho y eso es positivo. Que se hable tanto de este tema es necesario. Me alegro de que haya consenso entre los diferentes grupos políticos y también entre la sociedad civil y la opinión pública".
Maestre incide en que "los asesinatos a mujeres suponen la expresión más grave de la violencia machista pero detrás de eso hay una gran escalada, una pirámide de agresiones cotidianas que se producen en el ámbito público, en el espacio público, en las familias, en los colegios... Ahí es donde empieza el trabajo. El asesinato es la manifestación más extrema, pero antes de eso hay maltrato físico o psicológico, hay agresiones por las calles, acoso callejero...".
¿Cómo atajar a corto plazo la violencia machista?
Cómo atajar a corto plazo los crímenes por violencia machista es un tema central que la política trata de abordar. Ya se ha constituido una subcomisión en el Congreso de los Diputados cuyo resultado sería un pacto de estado. ¿Qué significa esto? Es un intento por parte de los principales partidos políticos de conferir un carácter prioritario y de urgencia a un tema, que en este caso es el de la violencia machista.
¿Qué cuestiones se pueden atajar ya? Sofía Castañón, secretaria de Igualdad en la ejecutiva de Podemos, apunta que una de las claves sería dotar de recursos a las instituciones: "Que las UFAM [Unidad de Atención a la Familia y Mujer] solo estén abiertas de lunes a viernes en horario laboral no se comprende. Eso significa que quienes van a denunciar fuera de ese horario y de esos días laborales tienen que ir directamente a espacios donde también denuncias que te han robado la cartera".
Carla Vall, abogada experta en violencia machista, defiende que se realice un seguimiento de los casos a largo plazo: la necesidad de difundir las sentencias a las que se enfrentan los agresores. "Actualmente se desconocen estas condenas, y las hay ejemplares y novedosas. Sería pedagógico y reduciría la sensación de impunidad".
También es relevante ampliar el concepto de violencia de género a violencia machista. ¿Por qué? El término violencia de género está clausurado, ya que solo comprende aquello que sucede en el marco de una relación sentimental: es decir, lo que acontece en una relación entre una mujer y un hombre (ya sea pareja o expareja). A día de hoy, si no ha habido un lazo íntimo entre ambos, no se realiza un análisis de género. Sin embargo, el término violencia machista comprende muchas más situaciones: acoso sexual, agresiones a mujeres por parte de sus cuidadores (aunque no haya habido una relación de maltrato anterior), tráfico de mujeres, mutilación genital femenina o daños en el entorno relacional (por ejemplo, hijos que son asesinados o maltratados).
Sofía Castañón lo define así: "Violencia machista, además de colocar el foco en el origen del problema (el machismo, el patriarcado), amplía la mirada en el sentido de que se habla de las diferentes violencias que se ejercen hacia las mujeres". Es decir, por ley, si Mari Paz, la mujer de Alcobendas que ejercía la prostitución, hubiese sido asesinada por un cliente —aunque este sea hombre— no se consideraría violencia de género porque no había una relación entre ambos.
Rita Maestre, desde el ámbito político, insta a realizar campañas que conciencien no solo de forma unidireccional. "Se incide mucho en el derecho de las mujeres a elegir cuándo quieren o no tener relaciones, cuándo quieren o no ser piropeadas... Y eso es genial. Pero el foco no se debe poner solo ahí, no debe estar dirigido a la mujer, a la víctima. Le piden que se empodere, que sea valiente, que denuncie, que dé un paso al frente, colocándole a ella la responsabilidad. También hay que poner el foco en la otra parte, en que agrede de forma consciente o inconsciente, y dirigir campañas hacia ellos".
Las víctimas se acumulan y pasan a ser un número más del recuento total de feminicidios. Por ello, en EL ESPAÑOL tratamos de poner nombres y apellidos a cada una de ellas. Puedes leer la serie 'La vida de las víctimas' aquí.