Desde hace semanas una preocupación acucia a los vecinos de la calle Arzobispo Morcillo, situada en el Distrito de Fuencarral-El Pardo, a los pies del Hospital Universitario de La Paz. Ocurrió en la segunda quincena de abril. Un hombre, a punta de pistola, secuestró, en dos momentos diferentes, a dos mujeres en las calles próximas al completo hospitalario. Posteriormente, las llevó a otro lugar y las violó. Hay ya, al menos, dos denuncias interpuestas, y la Jefatura Superior de Policía ha confirmado a EL ESPAÑOL que ha abierto una investigación. Las autoridades están tratando de localizarlo.
El hombre obró, al parecer, de manera similar con las dos mujeres que interpusieron la denuncia. Ambas violaciones tuvieron lugar, según ha podido saber EL ESPAÑOL, en los últimos quince días. Esto es, en el período comprendido entre la Semana Santa y el puente de principios de mayo. Entre la primera y la segunda de las violaciones hubo, según parece, una semana de distancia, aunque en este sentido los datos son confusos.
Nada de lo ocurrido tuvo lugar en el interior o en los edificios del complejo sanitario. Esa zona del distrito de Fuencarral-El Pardo, conocida como La Paz, fue el lugar donde ocurrieron los hechos. Durante el día, las calles aledañas al complejo hospitalario son un trasiego de gentío que va y que viene al centro sanitario. Quizá por eso, en ambas ocasiones, el hombre actuó entre las nueve y las diez de la noche, cuando la afluencia de gente en la zona es menor. Se trata de un suceso que todavía no había trascendido a los medios pero que mantiene atemorizado al barrio.
El procedimiento del violador
La calle Arzobispo Morcillo desemboca en los principales edificios del completo sanitario de La Paz. Discurre perpendicular a la Avenida de la Constitución. A un lado, deja el campus de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid. Al otro, un pequeño y elevado parque plagado de árboles.
El procedimiento seguido por el violador es el mismo en los dos casos de los que se tiene constancia hasta el momento. El hombre, cuando ve a la víctima, se baja del coche con la cara tapada y sigue a la mujer, andando por la acera del lado del parque. Ella escapa, creyendo que se trata de un ladrón. En un momento dado, saca una pistola, le apunta y le dice que se meta en el coche. Acto seguido, le tapa los ojos y se la lleva lejos de la zona. La mujer no sabe dónde está. Al menos así fue como ocurrió con la primera de las víctimas. Durante dos o tres horas la tuvo secuestrada. Después de violarla, la soltó en otro punto de la ciudad.
El segundo de los casos, según ha podido saber EL ESPAÑOL, pudo suceder en otro lugar cercano: concretamente, en la zona del puente del Ramón y Cajal, que cruza la carretera M-607. Las dos localizaciones están situadas a pocos minutos la una de la otra.
Una violación cada ocho horas
Según datos del Ministerio del Interior, más de mil mujeres son violadas al año en España. La estadística comenzó en 2009. Desde aquel momento, Interior ha recogido al menos 8.200 agresiones sexuales con penetración, una media de tres al día. O lo que es lo mismo: una mujer es violada en España cada ocho horas.
Los datos han ido variando en los últimos años, pero siempre se han mantenido por encima de los mil casos cada doce meses. En 2009 se registraron 1.304 violaciones, en 2010; 1.177; en 2011 subieron a 1.513. De los últimos ocho años, en este la cifra fue la más elevada.
Al año siguiente, en 2012, se contaron 1.280 agresiones sexuales con penetración. En 2013 la cifra volvió a aumentar hasta las 1.298; 1.239 violaciones fueron perpetradas en el año 2014 y 1227 en el año 2015, el dato más bajo de toda la serie.
Las cifras fueron adelantadas hace poco más de un año por el entonces ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz. Lo que no cuentan todas estas estadísticas son los casos de aquellas mujeres que no han querido o no han podido, por miedo, denunciar a los agresores.
En los últimos tiempos en España, y en concreto en Madrid, ha habido casos de violación que se han convertido en mediáticos por la extrema gravedad de los hechos. El más sonado de todos ellos ocurrió hace tres años y quien los perpetró está ya entre rejas. Antonio Ángel Ortiz Martínez, de 44 años, conocido como el pederasta de Ciudad Lineal, entró en la cárcel a finales del pasado mes de febrero condenado a 70 años y seis meses de prisión por agredir sexualmente a cuatro menores entre el 24 de septiembre del 2013 y el 22 de agosto de 2014.
Otro de los casos mediáticos recientes en España es el de la violación múltiples del pasado verano en Pamplona, cometida presuntamente por Jose Ángel Prenda Martínez, “El Prenda”, y su grupo autodenominado como “La Manada” sobre una joven madrileña durante los últimos Sanfermines. Este jueves la Fiscalía ha pedido 22 años y 10 meses de cárcel para cada uno de los cinco implicados: 18 años por el delito de agresión sexual, dos años y 10 meses por un delito contra la intimidad de la joven y dos años por un delito de robo con intimidación.
No es el único caso en el que El Prenda y su manada se han visto involucrados. Dos meses antes, en mayo de 2016, presuntamente cometieron otra violación sobre una joven en Pozoblanco (Córdoba).
Nadie sabía nada en el Hospital
La mañana del jueves transcurría como otra cualquiera en el Hospital de La Paz. Sanitarios, enfermeros, médicos, especialistas y pacientes transitaban con tranquilidad por la zona. Ante la pregunta sobre el suceso a algunos de los profesionales del centro, la mayoría torcían el ceño, extrañados por la noticia. “¿Una violación? ¿Aquí?”, respondía una enfermera, extrañada. “No me suena de nada, no tenía ni idea” fue la respuesta más recurrente.
En el complejo sanitario, cuya extensión abarca 235.000 metros cuadrados, trabajan más de 6.500 empleados. Nadie en la entrada del Hospital Materno-Infantil, ni tampoco en la zona de Urgencias ni en los Laboratorios tenía constancia de los hechos. Ninguno de los empleados del hospital o de los pacientes sabían, en una mañana ajetreada, lo que había ocurrido durante las dos semanas anteriores, cuando un hombre encañonó a punta de pistola a dos mujeres para, posteriormente, violarlas.
Sin embargo, una situación muy distinta se vive en la zona residencial de la calle Arzobispo Morcillo, donde algunos vecinos han tenido ya noticias de lo ocurrido. La intranquilidad se ha instalado en su día a día al conocer los dos casos de violación. Los vecinos comentan el silencio policial y la nula repercusión que ha tenido el tema hasta el momento y el miedo que se tiene a que el hombre vuelva a actuar. De momento, las autoridades iniciaron la persecución a raíz de las (al menos) dos denuncias interpuestas.
El hombre en cuestión, que con la cara tapada ha asaltado de noche a, según parece, dos personas para después violarlas, continúa en paradero desconocido. Mientras le dan caza, en el barrio continúa instalado el temor.