Corría el año 1994, en una de las clases del liceo La Providence, un colegio católico y privado en la ciudad de Amiens, al norte de Francia, un joven estudiante, el listillo de la clase, llamó la atención de Laurence Auzière, una adolescente de 17 años. “Hay un loco listillo en mi clase que sabe todo sobre todo”, confiaría por aquel entonces Laurence a su madre, según relatan Candice Nedelec y Caroline Derrien en el libro Les Macron. Aquel joven era, ni más ni menos, el actual presidente de la V República. Laurence Auzière, la hija de quien se convertiría en su esposa: Brigitte Macron.
Por aquella época, los padres de Emmanuel Macron pensaban que su hijo frecuentaba a su compañera de clase, la joven Laurence, ambos nacidos en 1977, según recoge la periodista Anne Fulda en la obra Emmanuel Macron, un jeune homme si parfait (Emmanuel Macron, un joven hombre tan perfecto). Sin embargo, descubrirían que Emmanuel, el sabelotodo de la clase, no tenía ningún interés por Laurence, sino por su madre Brigitte, veinticuatro años mayor que él, su profesora de literatura y de teatro.
Si bien Emmanuel Macron aventajaba al resto de sus compañeros, hasta convertirse en el alumno predilecto de los maestros, Brigitte Auzière, aún casada con André-Louis Auzière, tampoco pasaba desapercibida entre el profesorado. “Ella conseguía la unanimidad, todo el mundo la quería por su inteligencia, por sus ganas de despertarnos, también por su sentido del humor”, relata Martin, quien fuera uno de sus alumnos de literatura, a la revista francesa Gala.
"Estaba totalmente subyugada por su talento en la escritura"
Profesora de talento, inquieta por todos y cada uno de sus alumnos, escrupulosamente bien arreglada, cuidando cada detalle, desde su chaqueta de cuero a sus afilados tacones, una mujer elegante a fin de cuentas, Madame Trogneux -su apellido de soltera-, dejaría huella en el recuerdo de muchos de sus pupilos.
Sin embargo, sólo uno de ellos conseguiría conquistar a la popular maestra: Emmanuel Macron. “En clase, ella le citaba todo el tiempo (…) estaba totalmente subyugada por su talento de escritura, él siempre escribía poemas y ella les leía delante de todo el mundo”, recuerdan sus alumnos en un reportaje publicado por el diario Le Parisien.
Brigitte descubrió así al brillante alumno, al “loco de la clase” como lo habría descrito Laurence Auzière, ahora hijastra del presidente más joven de la historia de Francia. Es el origen de la construcción de una familia atípica, una historia de amor propia de un romance novelesco, la relación ilícita entre una profesora y un alumno que, contra viento y marea, terminó por convertirse en un tándem idílico.
La relación entre Emmanuel y Brigitte, consumada con su matrimonio en 2007, no siempre estuvo expuesta al público. “Nosotros lo sabíamos antes que todo el mundo. En el colegio, sabíamos que ella salía con un hombre joven, un antiguo alumno”, remarca uno de sus ex pupilos en un reportaje de Gala. Un rumor que terminó por expandirse como la pólvora, convirtiéndose en el centro de las conversaciones en el patio del liceo. Pero Brigitte, casada y madre de tres hijos, celosa de su vida privada, no alimenta los cuchicheos: “Ella conservaba su parte de misterio, nosotros sentíamos que le gustaba ese juego”.
El binomio, hoy en el Palacio del Elíseo, fue, en sus inicios, un tabú. La comidilla de una pequeña ciudad de provincia donde todo el mundo se conoce. Su relación rozaba incluso los límites de la ilegalidad -la ley del 23 de diciembre de 1980, estipula que un enseñante que mantiene relaciones sexuales con un alumno de menos de dieciocho años puede ser penado con hasta tres años de prisión-. Sin embargo, Brigitte, tirando de “valentía” y “determinación” -como explica el propio Emmanuel Macron en su ensayo titulado Révolution-, renunció a un matrimonio convencional, exponiéndose a las indudables críticas, “preocupándose constantemente por sus hijos (…) sin imponerles nada (…) pero haciéndoles entender (…) que lo impensable podía imponerse”.
Así, Sébastien -42 años-, Laurence -39 años-, y Tiphaine -32 años-, fruto del primer matrimonio de la actual primera dama francesa, aceptaron de buen grado “lo impensable”: un padrastro de su misma quinta, el listillo de la clase que pasa a convertirse en la pareja de la profesora. Así, los tres hijos de Brigitte y sus siete nietos, han pasado a formar parte de la familia del presidente de la V República, apoyándole públicamente a lo largo de la campaña presidencial, acompañándolo en la noche de su victoria, el pasado domingo 7 de mayo. Emmanuel Macron, apodado “Daddy” por los nietos de su esposa, ha conseguido establecer una relación idílica con sus hijastros: “Emmanuel siempre nos ha prestado mucha atención. Eligió a mamá con sus tres hijos. Somos su familia”, asegura Tiphaine, la más pequeña del séquito y ferviente apoyo de Macron y de su movimiento En Marche!, a la revista Paris Match.
Una familia atípica
La de Macron es una familia atípica, cuya imagen ha dado la vuelta al mundo, especialmente cuando el recién presidente electo les invitaba a subir al escenario, enmarcado por la pirámide del Museo del Louvre, donde celebraba su victoria.
Quien fuera su compañera de clase, Laurence Auzière, apareció por primera vez el 17 de abril en la tribuna VIP de Bercy, donde Emmanuel Macron celebraba su gran mitin de campaña. Junto a su madre y a su hermana pequeña, Laurence, cardióloga de profesión, sostenía entre sus manos una pancarta con las siglas de En Marche! (EM!).
Laurence no sólo compartía aula con el joven Macron. También participó en la obra de teatro escrita a cuatro manos: las de su madre y su futuro esposo. Por aquel entonces estudiante, Laurence fue testigo de los rumores que circulaban en su colegio sobre la relación entre su madre y su compañero de clase. “(…) ‘Parece que Emmanuel se acuesta con la madre de Auzière’, comentaban algunos alumnos. Los amigos de Laurence no se atrevían a preguntarla. ‘Durante mucho tiempo la situación no era clara (…) ¿ella sabía que su madre mantenía una relación con un chico de su misma edad’?”, relatan Caroline Derrien y Candice Nedelec en Les Macrons.
Fuera como fuese, Laurence parece mantener una relación idílica con su padrastro, acompañando a su madre durante los mítines del ahora presidente. Incluso su marido, radiólogo en la comunidad de Meaux, puso su granito de arena en una campaña presidencial inédita, colgando los carteles de En Marche! en la sala de espera de su consulta y repartiendo el programa de Macron en los mercadillos locales.
Sin embargo, quien realmente se ha involucrado desde el primer minuto en la campaña de su padrastro, es Tiphaine, la más pequeña de la corte. Abogada de profesión y madre de dos niños, se unió a la aventura de En Marche! por “convicción personal”, por la “confianza” que tiene en Emmanuel Macron, llegando a crear un comité de apoyo en Saint-Josse, en la región de Pas-de-Calais.
El ahora presidente de la Re¡pública desembarcó en la vida de Tiphaine cuando ésta no era más que una niña. Lo recordaba por ser el compañero de clase de su hermana, y lo conoció cuando pasó a ser la pareja de su madre. “Emmanuel asumió su lugar en la familia de una manera natural, sin precipitarse. Cuando salía hasta muy tarde me regañaba con gentileza: ‘Se cool, tu mamá se preocupa’. A mis amigas les parecía guapo, pero él era insensible a los comentarios. Brigitte y él están soldados como una misma persona”, confiesa la benjamina de la familia a la revista Vanity Fair.
Acusaciones de nepotismo
Ahora Tiphaine Auzière aparece en la lista de los candidatos de En Marche! a las elecciones legislativas, como suplente, en la 4° circunscripción de Pas-de-Calais. Una decisión que no ha tardado en levantar críticas que señalan el “nepotismo” de las prácticas del nuevo presidente. El equipo local del movimiento no ha tardado en responder: “es un tándem que encarna la juventud, el dinamismo, la esperanza (…) De todo modos, siempre habrá gente disputa a criticar”.
Pero Tiphaine no es la única que juega un rol importante en el equipo de su padrastro. Sébastian, padre de dos hijos, es el más discreto de la familia y el tercer hijo de Brigitte. Ingeniero especializado en estadística, ha sido el encargado de gestionar las redes sociales del movimiento político que ha llevado a Emmanuel Macron hasta la jefatura de Estado.
Así, Emmanuel, Manu, como lo apodan en la familia, renunció a ser padre. El pasado mes de marzo, preguntado por varios niños sobre el tema de la paternidad, en la emisión Au tableau!, el entonces candidato respondió: “Es una decisión que tomé. Brigitte, mi mujer, tenía ya tres hijos. Nos hicimos la pregunta y yo consideré que lo más importante era que educáramos bien a los niños, que les quisiéramos”. Asegurando, además, que tiene siete nietos, los de su esposa: “Nuestra familia es mi base, mi roca”.
El mismo día de su enlace, Emmanuel agradecía su apoyo a aquellos que ahora conforman un pilar esencial en su vida: “Me gustaría dar las gracias a los hijos de Brigitte porque si para alguien esto no ha sido simple ha sido para ellos. Y es, gracias a ellos, que –la relación- tomó la fuerza de una evidencia”.
Una familia insólita en la que André-Louis Auzière, padre biológico del séquito, parece no tener cabida. En 1974, con veintiún años, él y Brigitte Trogneux contrajeron matrimonio. Con el tiempo tuvieron tres hijos juntos. En los 32 años de matrimonio, la pareja vivió en varias ocasiones en Estrasburgo, para regresar a su ciudad de origen, Amiens, en 1993. Según el diario británico The Daily Mail, en aquella época “Auzière estaba acostumbrado a que los estudiantes vinieran a cenar trayendo flores de regalo y botellas de champán”. Quizás, según el mismo rotativo, uno de ellos fuera el joven Emmanuel Macron.
Tras darse a conocer la relación entre la profesora y el alumno, humillado y herido, André-Louis Auzière abandonó el hogar familiar. Según el diario inglés, el ex marido de Brigitte, totalmente desaparecido del escenario mediático, tendría tanto miedo de reencontrarse que con Brigitte, “Bibi” para los amigos, que no habría acudido al funeral de su propia madre ante la posibilidad de que su ex esposa acudiese al entierro.
La pareja se divorció en 2006, un año antes del enlace entre Emmanuel y Brigitte. Según relatan fuentes cercanas al ex marido, recopiladas por la misma publicación, la ruptura significó “un auténtico shock para él, especialmente que le dejara por alguien tan joven”.
Una historia con un final feliz para el tándem “Manu y Bibi”, actual presidente y primera dama de Francia, a la cabeza de una familia aparentemente bien avenida. Una historia inédita, el resumen, quizás, del perfeccionismo y el énfasis que caracterizan a Emmanuel Macron en su vida privada y pública.