Varias generaciones de británicos aún recuerdan el "Breaks Special", una llave que consistía en retorcer por la espalda el brazo de su rival casi hasta la axila opuesta. James Breaks (1940, Bradford, Inglaterra) deleitaba con ella a las masas en las décadas de los años 60, 70 y 80 del siglo pasado. Más conocido como Cry Baby -el llorón- por sus pataletas sobre el ring de lo que más tarde se convertiría en Pressing Catch, Jimmy Breaks, quien fuera una estrella de la televisión, una leyenda viva del British Wrestling, pasó este viernes a engrosar las listas de la leyenda negra de la violencia machista. El luchador, ya octogenario y retirado en Gran Canaria, mató a golpes a Donna Cowley, su pareja, también inglesa y de 47 años.
La Policía Local de Mogán se personó de inmediato en la urbanización Bahía Azul tras recibir un aviso telefónico a las 00.45 horas del viernes. Cuando accedieron al apartamento 608 encontraron a Donna Cowley, consciente, dentro de la bañera del domicilio y sangrando abundantemente por la gran cantidad de heridas que presentaba por todo el cuerpo.
En la habitación contigua, James Breaks, con su aspecto de abuelo apacible después de una vida de violencia teatralizada entre las 16 cuerdas del ring, observaba la televisión sentado en su sofá.
Breaks dio sus primeros pasos en la lucha libre profesional cuando conquistó el Northern Featherweight Championship (peso pluma), lo que le abrió las puertas del gimnasio de Bernard Murray, ya entonces un profesional de reconocido prestigio que accedió a entrenarle. A partir de ese momento su carrera se lanzó al estrellato con un título nacional de los pesos ligeros en 1963 que no soltaría hasta 1967 -llegó a poseer brevemente el título continental-, aunque su relación con el cinturón de campeón no se acabaría hasta su última derrota, ya el 22 de marzo de 1984.
Aquel hombre, el mismo que acaparó carteles y combates en la televisión británica durante 28 años -el portal especializado thewretlinginsomniac.com le considera la figura más longeva del British Wrestling-, el modelo de tantos niños de entonces, no sólo se negó a ser detenido. Se enfrentó a la Policía Local de Mogán primero y después a la Guardia Civil, e incluso intentó agredir a uno de los agentes del Instituto Armado, por lo que se le acusa de "resistencia activa" a la autoridad. Mientras, Donna Cowley agonizaba.
La mujer, también británica y residente en Gran Canaria desde hacía una década -aún no se conoce la relación con Breaks y mientras algunos medios británicos la identifican como su pareja, otros indican que sería la expareja del exluchador-, fue primero trasladada al Centro Médico de Arguineguín, donde de inmediato contemplaron la brutalidad de la paliza que había recibido y comprendieron el alcance de sus heridas. Casi de inmediato fue trasladada al Hospital Insular de Las Palmas, donde falleció de un paro cardíaco cuando le iban a realizar una prueba de rayos X.
El Llorón, al que el público lanzaba chupetes durante sus discusiones con los árbitros en las peleas en las que participaba, ya ha pasado a disposición judicial y en la mañana del domingo ha prestado declaración en el Juzgado de Violencia de Género de San Bartolomé de Tirajana. Por ahora, Breaks, sobre el que tampoco hay un consenso respecto a su edad -según medios británicos tendría 77 años; según fuentes de la Guardia Civil, 88- se encuentra en prisión provisional, comunicada y sin fianza a la espera de que la investigación iniciada por la Unidad Orgánica de la Policía Judicial y por la Policía Judicial de la Guardia Civil determine las causas de la muerte de Donna Cowley.
Las reacciones por su asesinato no se han hecho esperar entre los organismos oficiales tanto españoles como británicos, así como en las redes sociales, donde varios amigos y conocidos de la mujer asesinada han manifestado su más absoluta repulsa por los hechos y su solidaridad con la familia de la fallecida.
Donna Cowley, de 47 años, es la trigésimo cuarta mujer asesinada por un hombre desde que comenzó el año. En España, en 2017, también han sido asesinadas Matilde de Castro, de 44 años; una mujer de 25 años cuyo nombre se desconoce; Blanca Esther Marqués, de 48; Toñi García Abad, de 33 años; María de los Ángeles, de 77 años; Virginia Ferradás, de 55 años; Cristina Martín Tesorero, de 38 años; Ana Belén y Ana, madre e hija de 46 y 18 años; Carmen González Ropero, de 79 años; J.D.L.M., de 40 años (solo se conocen las iniciales); Laura Nieto Navajas, de 26 años; María José Mateo García, de 51 años; Leidy Yuliana Díaz Alvarado, de 34 años; Margaret Stenning, de 79; una mujer de 91 años cuyo nombre se desconoce; Mariló Correa Pérez, de 47 años; Gloria Amparo Vásquez, de 48 años; Erika Lorena Bonilla Almendárez, de 32 años; Yurena López Henríquez, de 23 años; María Victoria Zanardi Maffiotte, de 44; Ana María Rosado, de 42 años; Andra Violeta Nitu, de 24 años; Raquel López, de 45; María del Rosario Luna, de 39 años; Eliana González Ortiz, de 27 años; Ana Hilda Linares Báez, de 55 años; Susana Galindo Moreno, de 55; Beatriz Ros García, de 30 años; Valentina Chirac, de 37; Encarnación Barrero Marín, de 39; Encarnación García Machado, de 57 años; así como Fadwa Talssi, de 29 años.
En total, la serie 'La vida de las víctimas' contabiliza 34 mujeres asesinadas. EL ESPAÑOL está relatando la vida de cada una de estas víctimas de un problema sistémico que entre 2003 y 2016 ya cuenta con 872 asesinadas por sus parejas o exparejas.
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