En los tiempos más duros del terrorismo en el País Vasco se acuñó el termino 'kale borroka', que se traduce como 'pelea en la calle' y define a los episodios de violencia callejera que llevaban a cabo los cachorros de ETA, como quema de cajeros, contenedores o autobuses. Estas acciones se están reeditando, con diferencias, en varios puntos de España. Esta vez tienen su origen en Cataluña y los responsables son Arran, los cachorros de las CUP. Una asociación juvenil con más de medio millar de integrantes repartidos por Cataluña, Valencia y Baleares, que han optado por la violencia callejera como metodo de protesta. Arran ha llevado a cabo diversas acciones violentas contra el turismo en Barcelona. La ocupación de la sede del PP, el ataque contra un bus turístico o pinchar las ruedas de las bicicletas que alquilan los turistas han sido sus ataques más sonados. Pero… ¿donde se gestan estos atentados?
En el corazón de Gràcia, uno de los barrios más populares y batalladores de Barcelona, se ubica La Barraqueta. Es el local de las CUP y se ha convertido en el espacio de referencia del independentismo catalán más radical, del anticapitalismo y del activismo callejero contra el turismo de Barcelona. Una pelea que ha derivado en serios conflictos en los últimos días.
La Barraqueta es una de las principales bases de operaciones de Arran. De hecho, este colectivo violento tiene su propio espacio dentro de la página web de La Barraqueta. Allí se reúnen y allí idean los ataques que han derivado en los recientes incidentes contra los turistas. El más sonado fue el ataque a un autobús turístico al que pincharon las ruedas y llenaron de pintadas. Lo hicieron para protestar contra la elitización de la ciudad y contra el tipo de visitantes que llenan Barcelona. Esta especie de 'kale borroka' renacida ha trascendido los límites de Cataluña y se ha extendido por Valencia, Baleares (los otros puntos geográficos donde Arran tiene presencia) y hasta el País Vasco.
CONTRA LA HETEROSEXUALIDAD OBLIGATORIA
La Barraqueta, situada en la calle Tordera, abrió hace 4 años. Antes era un restaurante llamado Resolís, muy popular en el barrio de Gràcia. En 2013, el restaurante estaba cerrado. Con motivo de la verbena de San Juan, los anticapitalistas lo reabrieron, lo reacondicionaron y finalmente se quedaron. Ahora va mucho más allá. Los actuales gestores siguen manteniendo el espacio de comidas, pero ahora es un lugar de reunión y activismo social radical.
La Barraqueta se presenta en su página web como un 'Ateneo independentista de la villa de Gràcia” y se define como “un espacio político que (…) trabaja por la construcción de unos países catalanes unidos, independientes, socialmente justos y feministas”. Entre otros principios, la web menciona que “combate la dominación patriarcal y la heterosexualidad obligatoria”.
Las CUP, que han defendido públicamente los últimos ataques de Arran, se reúnen en La Barraqueta los martes por la tarde, de 18h a 20h. Es ahí donde se gestan muchas de las acciones, políticas y de activismo callejero que se están llevando a cabo en los últimos tiempos.
A pesar de que la filosofía de La Barraqueta es anticapitalista, en la página web invitan a los visitantes a hacerse socios (o socias, tal y como figura en la web) del ateneo, por el módico precio de 10 euros al mes.
UN HOSPITAL DE BATALLA
La importancia de La Barraqueta como epicentro del independentismo y anticapitalismo más radical no es nueva. El barrio de Gràcia es uno de los más turísticos de Barcelona y a la vez es el que tiene el movimiento asociativo de protesta más potente contra el turismo en la capital catalana. Este barrio ha sido escenario en los últimos años de ocupaciones sonadas y enfrentamientos contra la policía. Es el caso del famoso Banco Expropiado; un banco situado en el barrio de Gràcia, que en mayo de 2016 fue okupado y posteriormente desalojado por las fuerzas de seguridad.
Aquel episodio derivó en dos noches de enfrentamientos contra la policía. En aquellos enfrentamientos, los movimientos asociativos del barrio denunciaron que las fuerzas de seguridad habían provocado al menos 70 heridos. Entre las víctimas se empezó a repartir el número de teléfono de La Barraqueta para que los heridos pudiesen acudir allí para que los curasen. La Barraqueta se convirtió así en una especie de hospital de campaña en mitad de una guerra.
CONTRA HIPSTERS Y GUIRIS
Es también en La Barraqueta desde donde parten las iniciativas de protesta contra el turismo en la ciudad condal. En el carnaval pasado se organizó un desfile, al más puro estilo 'Moros y cristianos' al que titularon 'Guiris contra hipsters'. La gente se disfrazaba de alguno de estos dos grupos que son, según estas facciones radicales, los culpables de la elitización de la zona y la causa de los auténticos problemas que azotan a Barcelona.
Uno de los personajes importantes en este ámbito es Eloi Badia, el teniente alcalde del distrito de Gràcia, y uno de los hombres fuertes del Consistorio catalán. Perteneciente a Barcelona en Comú (la facción barcelonesa de Podemos) y es uno de los hombres de confianza de Ada Colau. Sin pertenecer a las CUP ni a Arran, es un conocido activista anticapitalista que simpatiza con este tipo de movimientos asociativos contrarios al turismo y los apoya.
La opinión de los vecinos de Gràcia respecto a Arran y sus atentados está dividida. Algunos consideran que lo único que provocan es daño a la ciudad. “Se lo van a cargaar todo”, se queja un vecino de Gràcia. Otros valoran positivamente estas acciones: “Al final nos echarán de nuestros pisos para poder alojar a turistas, que pagan más. Hay que parar esta locura cuanto antes, y si pintando autobuses se consigue, adelante”, comenta otro.
Entretanto, desde Arran siguen practicando la violencia callejera. Aseguran que van a continuar con las acciones violentas hasta que se lleve a cabo el referéndum en Cataluña e interpretan sus acciones violentas, no como atentados, sino como “una forma de autodefensa” contra el estado español. Los cachorros de las CUP se muestran satisfechos con los resultados y la repercusión lograda por las últimas acciones y amenazan con seguir “hasta que consigamos una república independiente, libre, socialista y feminista”.