Da la casualidad de que entré en la casa de Juan Echanove (Madrid, 1961) para hacerle esta entrevista cuando la Guardia Civil detenía a Ángel María Villar y a las pocas horas de aparecer el cadáver de Miguel Blesa. ¿De qué se puede hablar en un momento así con un hombre como éste, que llegó a interiorizar, más aún que a interpretar, el personaje de Francisco de Quevedo y Villegas? Lean y juzguen.
Al final con la que está cayendo ya no sabes si pensar que la realidad se parece más de lo que crees a una de esas tramas negras de ficción, o de ficción aparente, donde todos conspiran contra todos, y al final… De verdad que da mucho miedo lo que está cayendo, y eso que yo estoy convencido de que, de todo lo que puede llegar a caer, apenas está cayendo el sirimiri.
Me pregunta usted, señorita, qué opinaría Quevedo de la situación actual. Bueno, yo no tengo ninguna duda de que Quevedo estaría alineado con las líneas periodísticas y editoriales más incisivas, más críticas. Le veo dando caña, sí. Y no niego que a la vez en algún momento podría estar alineado con alguna que otra corriente reaccionaria, aprovechando todo este tirón para provocar. Porque Quevedo, aparte de ser un tipo enormemente valiente frente al poder, también es verdad que le gustaba agitar para provocar el caos alrededor.
Lo peor de Villar es que siga diciendo 'fúrgol' en vez de fútbol, sólo por eso ya se veía que tarde o temprano habría que detenerle
Y también le gustaba intrigar, subraya usted. Pues sí, él participó en todas las intrigas habidas y por haber. Hay una teoría, aunque yo no la he podido constatar al cien por cien, que dice que en un momento dado el tío escapa de Nápoles, cuando la conjura contra el duque de Osuna, su protector. Quevedo consigue escapar, y escapando de Nápoles consigue llegar hasta la corte de Madrid a pie, en burro, en carreta… Dicen que lo consiguió gracias a hablar todos los dialectos del camino que tuvo que recorrer. Todas las lenguas romances del arco que va de Nápoles a Madrid, él las dominaba. Qué lección para los tiempos modernos, ¿verdad? Por supuesto, él fue un príncipe del pensamiento y de la literatura. Mira que hay otros nombres, que si Calderón, que si Cervantes. Pero yo creo que por reducción, si un día sólo pudieran quedar dos nombres en representación de la literatura anglosajona y la española, serían Shakespeare y Quevedo. El tío, desde muy pequeño, desde muy niño, alcanza en sus textos una limpieza de sintaxis y de construcción y de elaboración dramática. No sólo la novela o sus grandísimos ensayos, ¡es que sus poemas son brutales, brutales, brutales!
Por lo demás, nunca se privó de ser un tío bien contradictorio. Misógino reconocido, fue a la vez un gran defensor de la presencia de la mujer en la sociedad. Un gran misógino haciéndose polvo enamorado, apunta usted, señorita. Pues sí. También era un personaje violento. Muy rápido de espada, sí. Bien es verdad que en la época la esperanza de vida malamente superaba los 35 años. Tuvo siempre una salud de mierda, vivió atenazado por el dolor físico desde que nació. Se levantaba por la mañana y le dolía todo a raíz de sus malformaciones congénitas, problemas en la piel, más, ya de su cosecha, la sífilis, los años de presidio en San Marcos de León… Esos inviernos de León, bajo cero y bajo todo, metido en esa mazmorra y en camisa… Le metieron allí para matarlo, pero el tío aguantó. Era una especie de jabalí... raro.
El poder político puede permitirse perder el respeto de la ciudadanía y volverlo a recuperar: el poder judicial no
La Guardia Civil detiene a Villar, encuentran muerto a Blesa y usted y yo aquí, hablando de Quevedo, para usted a tomar aire, señorita. Y a preguntar si usted y yo estamos ¿locos? Pues mire, lo notable, para los que vivimos en el mundo de la palabra, no es tanto que detengan a Villar, como que Villar, una vez detenido, siga diciendo fúrgol en vez de fútbol. Cuando el máximo representante del fútbol no es capaz de mentarlo correctamente, yo creo que se la estaba jugando desde el principio, que tarde o temprano habría que detenerle.
No, mire. Yo creo que en, el fondo, el poder judicial tiene que hacerse valer frente a la ciudadanía de una manera que no siempre lo hace el poder político. El poder político puede permitirse a veces perder el respeto de la ciudadanía y luego volverlo a recuperar. Pero los jueces no pueden hacer eso. La judicatura, independientemente de que algunos puntos puedan ser más oscuros que otros, es responsable de aplicar las leyes. Y tarde o temprano esas leyes se van aplicando. Yo creo que la ciudadanía observa esto como un factor tranquilizante, frente a otros momentos en que se ha podido pensar, bah, ¿cómo va a ir un Pujol a la cárcel? ¿O Urdangarin?
Por ejemplo, ¿qué pasará con el PP, que está todo él, el partido en sí, imputado por corrupción? A mí la reflexión que me suscita todo esto es que lo primero es que los delincuentes paguen sus crímenes. Pero, sobre todo, que devuelvan lo que han robado. Ay, amigo, aquí suspira agudamente escéptica usted. Pues es que esto a mí me parece fundamental. Y para aquellos que no devuelvan lo que han robado, el endurecimiento de las penas tiene que ser tal, que no vuelvan a pisar la calle en la vida. Es que lo peor que nos puede ocurrir, lo que a mí más me preocupa, es que todo esto, todo este robo a esta escala, tan colosal, pueda ocurrir de nuevo otra vez. ¿En quién podríamos confiar entonces?
Me pregunta usted, señorita, si yo personalmente me arrepiento de haber confiado en alguien. Y, para que me quede claro por dónde va, acota: que si hay muchos artistas aquí que se han significado políticamente, pero pocos lo han hecho hasta el extremo que lo he hecho yo. Pues mire, ya que lo pregunta, sí: yo me siento absolutamente defraudado.
Lo fundamental es que los que han robado devuelvan el dinero, y si no lo devuelven, hay que endurecer las leyes para que no vuelvan a pisar la calle en la vida
Pero absolutamente, oiga. Pero es que yo ya me empecé a sentir absolutamente defraudado con el tamayazo. ¿Se acuerda? Es que hay que ver el momento en que uno empieza a decir: pero es que esto no es normal. Uno pone la tele y ve que dos personas entregan el gobierno regional de Madrid a un partido que no ha ganado las elecciones. Bueno, pues con eso se va a la mierda todo. Y parece como que no pasa nada. Se aprende a convivir con todo eso.
Yo estoy harto de ir por auditorios de la Comunidad de Madrid y de toda España, auditorios a los que ya no puedo ir, ni yo ni nadie, porque sólo encender la calefacción cuesta más que toda la programación cultural de esa Comunidad o ese Ayuntamiento. Auditorios regalados además a esa Comunidad o ese Ayuntamiento a cambio de autovías. Tú decías, pero esto no es normal, y en cuanto lo decías ya te criticaban, que si siempre estabas con lo mismo. Pues sí, yo sí. Tan defraudado estoy que sigo pensando en votar, pero lo decidiré en el último momento. A lo mejor voto en blanco, más que nada por no tirar la toalla. Quiero permanecer alerta. Pero no hay ningún partido que me dé tranquilidad y seguridad emocional. Y yo ya no volveré a votar por fidelidad ideológica. Votaré a los que en cada momento crea que son más aptos para gobernar. ¿Que si puede ser cualquiera? Pues sí, puede ser cualquiera... aunque ya le garantizo que no será el PP, este PP por lo menos. Yo ahora sólo me voy a fijar en el programa.
Hurga usted en la herida, señorita, afirmando que yo siempre he sido un hombre del PSOE, que si yo celebré la victoria de Zapatero allí con ellos. No, oiga, yo celebré la victoria de Zapatero sólo por el anuncio que él había hecho de que iba a retirar nuestras tropas de Irak, por nada más que eso. Bueno, y porque yo tenía una relación personal con él, entre otras cosas porque él era un enamorado de la obra de Borges, yo también, y a través de amigos comunes nos reuníamos para hablar de Borges con María Kodama, con tal y con pascual… ¿Qué tal Zapatero hablando de Borges, visto en perspectiva? Pues maravillas, sabía muchísimo. De las personas que conozco yo que más sabe de un autor que es infinito. Pero, volviendo al 'no' a la guerra, déjeme decirle que los que estábamos ahí éramos un movimiento como después sería el 15-M, no nos debíamos a ningún partido, no teníamos relación con nada.
Pega usted un quiebro y me pregunta si, con todo el tema de la guerra de Irak, a José María Aznar no le faltó simplemente la picardía que había tenido Felipe González en 1991, cuando los cadáveres americanos en Irak eran repatriados vía Torrejón de Ardoz y aquí nadie se manifestaba ni nada. ¿Que si uno hizo a la chita callando lo mismo que el otro, pegando grandes voces? Mire, habría mucho que decir de los delirios de grandeza de Aznar, de las mentiras de Aznar, tanto sobre la guerra de Irak como sobre la autoría del 11-M, aquella barbaridad de pretender propagar internacionalmente que había sido ETA... Además, le perdió la precipitación, el no saberse esperar, en esto debió aprender de Rajoy a pisar el balón, que no levanta el pie hasta que está cien por cien seguro.¿Igual que en el tema de Cataluña?, saca punta usted. Pues sí (risas). Rajoy es el maestro de la inacción. Nadie consigue tantas cosas sin hacer nada. Nadie. En Cataluña se están preguntando y respondiendo entre ellos mismos lo que deberían estarse preguntando y respondiendo con el Estado.
Estoy harto de ver auditorios donde no se puede ir porque sólo encender la calefacción es más caro que todo el programa de Cultura de ese Ayuntamiento o Comunidad
Dicho esto, me pregunta usted si por decir lo que pienso me he llevado en la vida algún chasco, si, por ejemplo, pudo tener algo que ver con mi abrupta salida de la serie de televisión Cuéntame. Mire, déjeme citar a Sabina, que cita mucho a Quevedo: yo no puedo recitar hoy arriba en el escenario que hay que decir lo que se siente y que hay que sentir lo que se dice para a la mañana siguiente convertirme en un tío que nada y guarda la ropa. No me gustan esos niveles de incoherencia. Pero sí, soy consciente de que a veces mi posicionamiento político me ha podido perjudicar. Pero es que ser así es lo que me permite levantarme por las mañanas teniendo una buena idea de mí mismo que pueda transmitir a mi hijo.
En cuanto a la serie Cuéntame, no me acuerdo de nada, de verdad. ¿Amnesia total? Pues sí. Me ha pasado como con los discos duros de esos ordenadores de Génova, del PP, que se les han borrado todos. ¿Que si hay acuerdo de confidencialidad o qué? Que no, que no, que le juro que no me acuerdo de nada, yo ahora intento hacer memoria de algo de eso y no me sale. A duras penas me acuerdo un poquito de cómo era la sintonía de la serie.
¿Y los follones fiscales de los protagonistas y todo eso? Anna, le juro que no me acuerdo de nada... ¿Que si yo espero que la gente se va a creer eso? Pues se lo tendrán que creer, porque si no fuera así, les diría otra cosa. No sólo no me acuerdo de nada de nada, sino que, como no tengo nada grabado, no tengo nada que me permita recordar o demostrar que alguna vez trabajé en esa serie. Si usted me enseñara una grabación yo podría decirle, pues sí que se parece a mí, pero no soy yo. ¡Pero yo no soy ese, yo soy Quevedo! No, en serio lo digo: un día, después de que pasara todo lo que pasó, yo me levanté un día por la mañana y dije, esto de Cuéntame se ha acabado. Se ha acabado. No quiero saber nada. Entonces cogí, hice un bloque de toda mi memoria de doce años, hice clas y lo mandé como un iceberg al mar. No sé dónde está ni me importa.
Yo celebré con Zapatero su victoria sólo por el no a la guerra y porque quedábamos para hablar de Borges
¿Que si la televisión puede ser un veneno para un actor? No, oiga: el peor veneno para un actor es el paro. Ese sí que es el veneno de los venenos. La televisión es verdad que ha dado, da y dará trabajo a muchos actores y actrices de este país que necesitan trabajar. Pero no sólo lo necesitan para pagar sus facturas de la luz, como todos. Es que un músico, un violinista, puede tener su violín en casa, y a lo mejor está sin trabajo, pero saca su partitura, toca y se siente realizado, se siente músico. Pero un actor no puede ser actor si no le llaman para trabajar. Y si tú no trabajas como actor, si tu instrumento no lo cuidas, no lo afinas… al final es terrible.
Yo conozco actores y actrices acojonantes que llevan seis años sin trabajar nada de nada. No es mi caso, yo no he dejado de trabajar nunca, pero es porque yo hace mucho que soy productor de mi propio trabajo. Sobre todo en teatro, yo no espero a que me llamen para trabajar. Yo vengo produciendo desde 1993, buscando partners, cuando me di cuenta de que a lo mejor no me iban a ofrecer lo que a mí de verdad me interesaba hacer. Por eso a mí no me afecta como a otros la precariedad laboral. En nuestro país cada vez hacemos menos cine, la televisión da trabajo, pero trabajo estable sólo a los protagonistas de las series, y los teatros, qué le voy a contar. Si el IVA cultural, digan lo que digan, todavía nos lo han subido más, eso sí que es un castigo… Yo les diría, mire, castígueme a mí por enfrentarme o por lo que quiera, pero no castigue a todo el teatro, porque castigando al teatro se está castigando usted.
Seguiré votando pero no sé a quién: nunca volveré a votar por fidelidad ideológica, sólo me fijaré en el programa
Pero nada, no lo comprenden. Y no lo comprenden porque, y eso es lo que me tiene a mí más jodido, llevamos muchos años diciéndole a la gente desde los estamentos del poder que la cultura no es un bien de primera necesidad. Que la cultura es una cosa de ricos y que se puede vivir sin cultura perfectamente. Y eso, en este país, donde no se hace una revolución cultural desde hace mucho tiempo.. Hay que remontarse a los años 30, a la II República, para hablar de un intento de revolución cultural. Bueno, pues ese mensaje del poder la gente lo ha comprado, la gente lo compra, porque todo lo que suponga falta de esfuerzo es fácil de comprar. Cosa que por ejemplo no ocurre en nuestros países vecinos. ¡Ni a Marine Le Pen se le ocurre legislar contra la cultura francesa! Luego matará a todos los inmigrantes del mundo y será una hija de puta de muchísimo cuidado, pero la cultura francesa, que no se la toquen.
Somos un país donde el 80 por ciento de los libros que se compran son para regalar. Y la inmensa mayoría de las personas que aseguran haberse leído el Quijote, con suerte creen habérselo leído, pero no es así. Lo peor que se ha inventado es el concepto de entretenimiento en lugar de cultura. Pero, vamos, mientras no seamos capaces en este país de ponernos de acuerdo sobre la necesidad de una ley educativa que soporte el paso de los gobiernos y de los años, una ley educativa donde de verdad se enseñe a los niños cosas que tengan que ver con su desarrollo…
¿Quién enseña a los niños a cuidar el medio ambiente, a cuidar de su cuerpo, a vigilar su alimentación? No se les enseña algo que va a condicionar su salud toda su vida. Música… ya no se enseña. Yo a mi hijo le mandé a estudiar cuatro años a Inglaterra. ¡Nos ha jodido! Yo, pudiéndome permitir pagarle una educación que vaya más allá. ¿Que ni queriendo ser muy de izquierdas se puede tener fe en la escuela pública?, zumba usted. Pues mire, yo la escuela pública la defenderé siempre con mi vida, si es preciso. Porque esa escuela pública está fundamentalmente para cubrir las necesidades de los que de ninguna manera pueden acceder a otra clase de educación, que no es el caso de mi hijo…
Yo a mi hijo quiero darle todo lo que pueda, todo lo mejor, por ejemplo, mis hábitos de trabajo: yo me levanto a las 6 de la mañana y no me acuesto a las 8 de la noche, trabajo todos los días del año, incluso ahora que se supone que nos vamos de vacaciones, pero es que tengo muchísimo que leer, series que ver, esto, lo otro.
Además, la vida familiar estable ayuda. Mire, yo no me considero un santo, pero un buen día me empezó a molestar llegar a casa de día. Me molestaba que me amaneciera en la cara. Estando dentro de casa, en cambio, me fascina ver amanecer. Yo estoy convencido de que el período más maravilloso de mi vida empezó hace dos años, cuando me casé con mi mujer. Yo me había pasado toda la vida en relaciones si es, no es, hasta que la conocí a ella en la presentación de un libro, y comprendí que por qué no, por qué no sentar cabeza.
¿Que si la televisión es veneno para un actor? No, oiga, el peor veneno para un actor es el paro
Me di cuenta de que nunca antes había tenido un verdadero compromiso, y me apetecía tenerlo, y no lo veía para nada aburrido. Lo divertido del amor es hacer juntos cosas que nos gustan. Si tú no eres capaz de hablar con la persona que quieres de cosas importantes, dando la razón a quien la tiene, el amor no deja de ser un espejismo. Pero a las edades que nosotros ya tenemos, el amor es una actitud respetuosa, solidaria, apasionada. ¿Con sexo? ¡Por supuesto! Llevamos tres años, dos de casados. Dicen que deberíamos estar al borde de la primera crisis, pero en habiendo amor, imaginación, inteligencia… Yo creo que la decadencia de la pasión empieza cuando los miembros de una pareja deciden que van a dormir separados. Totalmente de acuerdo, señorita, ¿verdad?