Trini, la madre que ‘operó’ a su hijo en Urgencias: “Los médicos se negaron”
La mujer, natural de Gijón, colocó un botón gástrico a su hijo Cristian, de 13 años, con parálisis cerebral: "Lo hice con una sonda y mis propias manos".
22 agosto, 2017 03:21Noticias relacionadas
- Sancionado un juez que cerró sin razonar el caso de la muerte de una niña
- Rocío murió decapitada por el ascensor del hospital justo después de dar a luz
- Muere una mujer al atraparle la cabeza el ascensor del hospital tras dar a luz
- Baleares exige el catalán a los sanitarios españoles y exime a los extranjeros
A buen seguro que Trini Cañete recordará por mucho tiempo sus vacaciones de este año en el municipio de Bande, un enclave idílico ubicado al sureste de Ourense, junto a sus hijos Cristian y Luis Miguel García, mellizos de 13 años. Cristian tiene una parálisis cerebral fruto de unas complicaciones en el parto. No llega a los 20 kilos. Se alimenta en buena medida a través de un botón gástrico que el pasado domingo, 13 de agosto, convirtió aquellos días en pesadilla: “Cristian estaba en la hamaca cuando se le cayó el botón”, explica Trini, la madre del chaval. “Le había pasado otras veces y siempre le llevábamos al hospital de Gijón -de donde es natural la familia- y ahí se lo colocan. Pero ese día el hospital más cercano era el de Ourense. ¡Allí no le atendió ningún médico especialista y el agujero se le iba cerrando a mi hijo a cada segundo que pasaba!”. Trini respira agitada y revela el desenlace de su angustia hospitalaria: “¡Fui yo quien le puso el botón gástrico ante la pasividad de los médicos”.
La madre de Cristian relata a EL ESPAÑOL aquella carrera contrarreloj, adelantada por La Nueva España. Habla con pasión de sus hijos mellizos. De Luis Miguel dice que “no puede ser mejor niño”; de Cristian, protagonista de esta historia, dice que “es muy fuerte”.
Cristian se alimenta por sí mismo, pero por las noches sus padres le suministran un batido alimenticio a través de un botón gástrico, una sonda unida directamente a su estómago: “Para él son como una superhamburguesa de 1.500 calorías”, explica Trini. “Así recibe una carga más de comida que no puede masticar por sí mismo, los batidos son fundamentales”.
El 13 de agosto, Trini y su amiga Carmen habían decidido llevar a los niños de excursión a las termas de Bande, donde hay un importante yacimiento arqueológico romano. El lugar es uno de los principales focos turísticos de la región. Cristian estaba descansando en una hamaca. Al acercarse, Trini advirtió que a su hijo se le había caído el botón gástrico, la sonda por la que habitualmente le suministra los batidos alimenticios. “Es una zona con mucha tierra y por la que pasan perros -explica la madre-. El botón estaba sucio y no quedaba más remedio que llevarle al hospital a que le pusieran uno nuevo”.
Aquella intervención, que no requiere pasar por el quirófano, se ha convertido en una rutina para Cristian: “No era la primera vez que nos pasaba algo así, pero siempre le llevábamos al hospital de Oviedo, que es el que nos pilla más cerca. Allí, un médico le pone el botón gástrico sin problemas y en unos pocos minutos”. Pero en esta ocasión decidieron llevar al chaval al Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), el que les pillaba más a mano. Trini creía que el procedimiento sería idéntico al que estaban acostumbrados a ver en Oviedo.
“Expliqué en la recepción de Urgencias lo que nos ocurría y nos dijeron que pasáramos adelante. Una enfermera nos llevó a un box [espacio individual para la atención de clientes]. El primer médico que nos atendió fue encantador y se fue a buscar un botón gástrico del mismo tamaño del que ya llevaba Cristian. Encontró uno de 1,5 centímetros, mientras que el de mi hijo era de 1,2. Pero a partir de ahí todo se torció”.
Trini explica el rosario de peticiones médicas que nunca llegaron a cumplirse en el CHUO: “Avisaron a un cirujano y pronto nos dijeron que no iba a venir ninguno porque era domingo. Después avisaron al radiólogo intervencionista, que tampoco vino. Al especialista digestivo, y lo mismo. Ya había pasado una hora y 50 minutos desde que a Cristian se le había caído el botón gástrico y el agujero se le estaba haciendo cada vez más pequeño”.
-¿Qué sentía en ese momento?
-Mucha impotencia. No me parece normal que no bajara. Les pregunté si podía llevar a mi hijo a otro lugar y me dijeron que a Vigo, que estaba a una hora. ¡Eso era muchísimo tiempo, el agujero se le iba a cerrar!
“Se lo pongo yo”
Entonces Trini tomó la iniciativa: “Dadme el botón, que se lo pongo yo”.
En la sala había un pediatra y tres enfermeras, pero fue Carmen, la amiga de Trini, la que le asistió en su labor: “Con una sonda muy fina con vaselina fui agrandando el orificio mientras Carmen le limpiaba la sangre. Así, poco a poco, poco a poco, y viendo cómo lo habían hecho otras veces en Oviedo… conseguí ponérselo”.
-¿Y Cristian? ¿Qué hacía?
-Es muy bueno y no se queja, un bendito. Se portó fenomenal. No lloró ni nada.
Según explica Trini Cañete, su malestar no fue tanto por que los médicos no le colocaran el botón gástrico a su hijo: “Es que ni siquiera bajaron a verle”.
El informe del hospital de Ourense describe una situación similar a la narrada por la madre de Cristian: “Se realiza IC a Cirugía General, que recomienda llamada a Radiología Intervencionista dado que nuestro Hospital este procedimiento es llevado a cabo por este Servicio. Se comenta el caso con Radiología Intervencionista que recomienda colocación de sonda de Foley para que no se obstruya el orifico y nueva valoración mañana para petición de sondas del tamaño indicado. Se comenta el caso con Digestivo, que indica que no manejan sondas de este tamaño. La madre del paciente se hace cargo de la recolocación del botón”.
Denuncia ante el juzgado
La madre de Cristian trató de presentar una queja a la ventanilla de atención al paciente del CHUO, pero estaba cerrada por ser domingo. Así, optó por presentar una denuncia por lo civil en el juzgado de Gijón.
Un portavoz del hospital de Ourense lamenta en conversación con EL ESPAÑOL el “malentendido” que tuvo lugar en su centro: “En cada lugar hay un procedimiento y el que tenemos en Ourense puede ser diferente al de Oviedo. Lamentamos que la madre del paciente no sintiera que se le diera la atención que ella esperaba”. El portavoz también revela que se está llevando a cabo una investigación interna: “Estamos preguntando a los médicos y enfermeras para saber qué ocurrió exactamente”.
Trinidad ya ha recibido la llamada del departamento de Sanidad de la Xunta de Galicia. También del CHUO: “Me han pedido disculpas”.
Cristian, mientras, permanece ajeno a todo el problema burocrático en el que ha derivado su intervención en Urgencias: “Se encuentra bien, sólo tiene irritada la piel alrededor del botón gástrico”, asegura su madre. Y con voz quebrada, pero orgullosa, repite: “Es un bendito, este chico es un bendito”.