Tiene tres esposas, tres mujeres con las que comparte su vida. Dice que quiere siete. Y que las tendrá antes de que se asome el Apocalipsis por el cercano horizonte. De hecho, según fuentes cercanas a la investigación del caso de Patricia, está tratando de captar a otra joven española. Es el príncipe Gurdjieff, también conocido como Félix Steven Manrique, un ciudadano peruano erigido a sí mismo como una suerte de nigromante. Apodado a sí mismo con el exótico nombre de Príncipe Gurdjieff, él es el captor de Patricia Aguilar. La joven ilicitana, que según cumplió en diciembre los 18 cogió un avión destino a Perú, convive con otras dos chicas, también ‘esposas’ del líder de la secta de magia negra.
“Ella siempre tenía en su cuarto una estrella de cinco puntas. Una pegada a la pared y la otra en la puerta del cuarto. Yo le preguntaba y ella me decía que era por protección. En realidad, no sabía a qué se refería. Luego, él le ha inducido a que ella crea en el fin del mundo y todas esas cosas. Aparte de eso, ella siempre tenía bajo la almohada una espada de madera y un collar con unas bolas grandes de color marrón. Todo esto me parecía bastante raro. A veces se ponía a escuchar audios que yo en realidad no entendía sobre la protección y el fin del mundo y todas esas cosas, pues”.
Son palabras desesperadas, los sentimientos de quienes rebuscan en los días pasados tratando de desentrañar por qué los suyos, aquellos que más querían, se fueron a una secta. Con el tiempo, sus respectivas familias se han aliado entre ellas para poder resolver la situación, para encontrar amparo legal y para encontrar consuelo las unas en las otras. Prueba de esa colaboración que ya están desarrollando entre sí es este texto. Las palabras del párrafo anterior son parte de un mensaje de voz que una de las familiares le envía a Noelia, la prima de Patricia Aguilar. Ella está investigando el caso hasta la saciedad para que la familia recupere a su hija perdida. Lo hace tras contactar con ella para compartir sus casos. Al conocerse, ahora comparten sus experiencias. En el texto superior, una nota de voz que una de las familias le manda a la prima de Patricia, se cuenta cómo era una de las jóvenes antes de irse a vivir con el líder sectario. Ya en la casa mostraba extraños comportamientos. Por ejemplo, las estrellas de cinco puntas en su habitación.
Se escuchan, se comprenden y se ayudan. Y ahora más todavía. Las familias de las otras dos chicas captadas por el sectario príncipe Gurdjieff ya han denunciado los hechos. Así es el harén del líder de la secta que ha captado a Patricia Aguilar.
Manipulación de tres mujeres
El líder de Gnosis ha logrado juntar a tres mujeres en una misma casa y que se lleven a sus hijos con ellas. Una de ellas es Paola, que tiene 42 años y un hijo de nueve en común con el príncipe Gurdjieff. La segunda se llama Mayita, es bastante más joven que Paola y es su esposa oficial. Con ella tiene tres hijos. Luego llegó Patricia, que no bien alcanzaba la mayoría de edad se marchó a la secta en Perú, a convivir con los delirios de su captor.
De ese modo, y desde que ella llegó, viven todos juntos en la misma casa. También con los pequeños. Se trata, según datos recabados por la familia de Patricia Aguilar, de una vivienda en el centro de Lima. “Él siempre hablaba de que tenía que conseguir siete esposas. Eso se lo decía a otra chica que se salió de la secta y con la que yo he contactado para seguir investigando” relata Noelia, la prima de Patricia. Ha hecho todo lo imaginable para tratar de resctar a Patricia: se ha infiltrado en sectas como la de Patricia para aprender cómo funcionan, ha conocido a los padres de las otras chicas, ha dado con ex adeptos… Todo para que Patricia vuelva algún día a casa.
Mientras, Gurdjieff está encantado con su harén, con su pequeña familia de adeptas. Lo cierto es que, le gustaría que aumentase. De hecho, está trabajando en ello. Noelia lo ha comprobado por ella misma. Ha dado con otra chica española con la que el líder sectario que captó a su prima está contactando ahora. Noelia ha hablado con ella. Es una joven menor de edad. El príncipe Gurdjieff, realmente llamada Félix Steven Manrique, utiliza así su procedimiento habitual: establecer contacto desde muy pronto. “Así lo hizo también con Patricia”, cuenta Noelia. El líder sectario les dice que se vayan con él a vivir, que estarán en paz y armonía, ellos y los que estén por llegar para unirse a su harén hasta que se avecine el apocalipsis.
Les dijo que se aislaran de los suyos y así lo hicieron las tres chicas. Ahora viven juntos en esa comunidad sectaria, pero hubo un momento en las chicas no sabían que Steven pretendía tener más esposas. Fue un familiar de una de ellas, de Paola, quien lo supo antes que nadie. “Me dijeron que él tenía otra pareja. Entonces le digo a Paola. ¿Tú sabes esto? Y ella me dio que sí, que lo sabía, y que inclusive la otra pareja también sabía que existía Paola. Las está manipulando muchísimo”.
Hace meses que las familias de Paola y Mayita no saben nada de ellas. “Tienen los teléfonos apagados. Cortaron la comunicación sin haber tenido problemas previos con su familia,los pequeños no están yendo al colegio, evitan que tengan contacto con otras personas”. A través de ellas, Noelia y la familia de Patricia Aguilar han sabido de las circunstancias en las que su pequeña se encuentra.
Algo que preocupa enormemente a las familias es el estado de los niños que están viviendo con el líder sectario y sus tres mujeres. Apenas salen de casa. Sus abuelos, los padres de las otras dos chicas captadas, no les han vuelto a ver. Tampoco están yendo al colegio.
Eso lo comprobaron cuando las familias de las adeptas fueron a los institutos de los pequeños. “Les llamaron desde el colegio porque no podían localizar a los padres. Decían que los niños no iban a clase desde hacía meses”. Al hablar con los profesores se dieron cuenta de lo que pasaba. Sus maestros no sabían tampoco dónde estaban los pequeños.Pidieron una nota certificada de que aquello estaba siendo así. Esa nota, a la que ha tenido acceso en exclusiva EL ESPAÑOL, dice así: “Se informa que la mencionada alumna no asiste a clases desde el mes de junio hasta la fecha y los familiares directos no informan sobre su destino. Se expide la presente constancia a petición de la interesada para los fines que crea conveniente”.
En esas circunstancias vive ahora Patricia Aguilar junto a su captor, las otras dos mujeres y sus hijos. Su familia en España, en contacto con las familias de las otras dos mujeres, no dejan de recibir información sobre el estado en que se encuentra su pequeña, la que voló hace unos meses desde Madrid para, aparentemente no volver jamás.
Cuentan desde Perú que la joven ilicitana no se encuentra en su mejor momento. “Patricia está muy delgada. La última vez que la vieron fue sobre el mes de junio”. Patricia, sin embargo, todavía no da el brazo a torcer. Uno de sus últimos mensajes en su cuenta de Twitter data del 19 de agosto. En él parecía realmente enojada. “Muchas gracias por el interés de la gente en mi vida personal, pero os podéis ir a la mierda o que os den por el c…”.
Ayahuasca al intentar salirse de la secta
El príncipe Gurdjieff predica en cuanto pueda la llegada del fin del mundo. Se erige a sí mismo como una suerte de salvador. “Va a acabar estar raza caduca”, proclama. “Todos los profetas, maestros e iniciados esperaron mi día y hablaron de mí, pues soy el Consolador anunciado por Jesús en los evangelios”. “El Reino de Dios está cerca, pero será precedido de un gran juicio, tercera y cuarta guerra mundial, caída de dos cuerpos celestes que cambiarán la geología planetaria...”. Estos son algunos de los delirios del Príncipe Gurdjieff.
Pero el supuesto poder del captor de Patricia Aguilar no solo se basa en sus palabras. También en los rituales que realiza. Hemos localizado a una exadepta de su círculo sectario, una mujer a la que lavó el cerebro pero que luego consiguió escapar. La joven relata lo posesivo que era, cómo se expresaba, lo que le dijo cuando ella decidió marcharse de su lado, seguir con su vida. Ella conoce mejor que nadie cómo lo está pasando Patricia Aguilar. “Cambié mi número de teléfono, me compré otro móvil, no se lo di a nadie de mi familia por temor a que XXXX lo obtuviera y se lo compartiera a él.Terminó sucediendo. Me salí del grupo”.
En su estancia durante años al lado de Steven Manrique, el líder sectario, esta joven ha asistido a todo tipo de rituales durante los últimos años. Entre ellos, el de la ayahuasca, bebida tradicional de los indígenas amazónicos elaborada a base de plantas y con la que se pueden experimentar alucinaciones. El príncipe Gurdjieff quería que permaneciese en el grupo.Ella misma nos lo cuenta con sus propias palabras.
“Él nos hacía consumir ayahuasca, y aquella vez en que yo quería dejar el grupo me volvieron a obligar. Yo terminé cediendo, porque ya estaba cansada de todo lo que ella tenía que hacer con tal de que yo consumiera ayahuasca. Decía que era mi oportunidad para ver las cosas en las que yo no creía, que ya finalmente iba a tener como visiones.
Terminé tomando la ayahuasca que es, de verdad, una experiencia terrible. Yo ya no la quería volver a repetir. Obviamente no vi nada. Él preguntaba y le decía a XXXX que ella me preguntara a mí de cuales eran mis mayores pecados, qué es lo que había hecho y finalmente terminé diciéndole que yo había conocido a otra persona, que quería iniciar algo con esta otra persona. Al final me pude ir".
Amenazas e insultos
No es el único modo que el príncipe Gurdjieff, Félix Steven Manrique, tiene de atormentar a sus víctimas. En un momento dado, una de las chicas que ahora vive con él se marcha de casa. Uno de los familiares le escribe correos electrónicos preocupada por ella y Steven responde así: "No me la molesten, voy a fumigar tanto insecto. Yo soy millones de veces más violento y efectivo, sea forma divina y humana".
Eso fue en un intercambio de palabras, a través de correo electrónico, con los familiares a principios de año. Hubo más: "Nunca me has servido, debo aguantar tus conspiraciones molestas. No puedes nada contra mí, nadie lo puede, así que decirte de tus pensamientos que puedo captar". Son los delirios de un hombre que se llama a sí mismo "El Maestro Profetizado en la Liturgia Gnóstica".
Mientras, lo de Patricia continúa parado. La joven no quiere volver a España, tan solo en una ocasión le dijo a sus padres que iría de visita. Sus padres y el resto de familiares están desesperados, pero creen que hay una luz al final del túnel: al aliarse con las otras familias afectadas, están haciendo frente común contra las locuras y el delirio de un líder sectario como el príncipe Gurdjieff, un tipo que asegura ser el heredero de la corona de España.
Patricia sigue sin dar señales de vida. Las denuncias y los documentos aportados por la familia se van acumulando en los juzgados. Esperan que, en algún momento, recapacite, deje el harén, la casa y a sus compañeras. Que vuelva a su casa de la que salió, hace meses, sin avisar a nadie. La familia quiere hacer un llamamiento. "Si alguien tiene alguna información que se pongan en contacto con nosotros, o con la Policía Nacional en Elche o con la Fiscalía de trata de Personas en Perú". Patricia sigue fuera. En diciembre acababa de cumplir 18 años.
*El correo electrónico de la familia es sospatriciasos@gmail.com.
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