Tres horas y media. Ese es el tiempo que C., la joven madrileña víctima de la violación múltiple de los pasados San Fermines, ha tenido que declarar ante el juez en la Audiencia Provincial de Navarra durante la mañana de este martes. Ha entrado por un garaje trasero en un furgón de la Policía Municipal, con el fin de evitar el contacto visual con los medios. Tampoco se ha visto con los cinco miembros de la Manada.
C. ha tenido que revivir, un año y medio después, todo lo ocurrido aquella madrugada del 7 de julio de 2016 en una entreplanta número 5 de la calle Paulino Caballero. La joven ha llegado desde Madrid acompañada por sus padres y una tía. Por la mañana, antes de que comenzase la vista, la defensa de uno de los acusados pidió que se exhibiera el vídeo de 96 segundos que La Manada grabó aquella noche. Finalmente, la joven madrileña no ha tenido que ver los vídeos del portal.
Son esas las imágenes según las cuales el juez, días después de los hechos, decidió enviar a prisión sin fianza a los cinco acusados “teniendo en cuenta la extrema gravedad de los hechos” que se observan en las imágenes, “los bienes personales en juego, la necesidad de protección de la víctima así como las elevadas posibilidades de eludir la acción de la justicia ante la gravedad de las penas que en su día pudieran imponerse”.
¿Cómo se prepara una víctima de una violación para revivir algo así? ¿Cuál es el protocolo que los abogados, los psicólogos y otros especialistas llevan a cabo para gestionar estos momentos tan complicados? Esta mañana han tenido lugar las 3 horas más dramáticas de la víctima, rememorando lo ocurrido en los San Fermines de 2016. Durante la vista, los abogados de 'La Manada' han enseñado a C. fotos de sus redes sociales de los últimos meses. En ellas la joven aparece en distintos actos lúdicos con sus amigos Los letrados, en esa línea de argumentación, le han dicho que si tanto trauma tiene cómo puede ser que cuelgue esas fotos en las redes. Ella ha respondido firme: son las fotos, dijo, de una chica de 20 años que está tratando de reconstruir su vida.
Según los expertos consultados por EL ESPAÑOL, este es un momento muy duro para las víctimas de agresiones sexuales. Lidia Mendieta es psicóloga forense especialista en violencia de género. “Cualquier estímulo que le recuerde al trauma original, en este caso, rememora lo ocurrido, va a revivir todos los síntomas, la pesadilla".
Las consecuencias de una violación
La víctima todavía no ha superado la supuesta violación de ‘La Manada’ en los San Fermines de 2016. Tristemente, es algo que suele ocurrir en estos casos. Un estudio de la Universidad del País Vasco titulado “El impacto psicológico en las víctimas de violación” detalla cómo las víctimas de este tipo de casos tienden a experimentar las secuelas incluso mucho después de 12 meses más tarde de los hechos. “Hay ciertos problemas que se mantienen inalterables incluso un año después de la violación. Uno de ellos es la conducta de ansiedad y otro las situaciones de miedo vinculadas a la violación, de las que las más persistentes son el estar sola, el despertarse por la noche y el salir con gente nueva”.
Efectivamente, C. tuvo que hablar y afrontar la “angustia” de revivir todo aquello. Durante el interrogatorio, ha tenido que volver a relatar todos los momentos de esa noche. Ha tenido que contar y rememorar, contestando a las preguntas de las partes, todo lo ocurrido. Algunos episodios concretos con mucho detalle. “En ese tipo de juicios, ella va a tener que hablar. De todas maneras cualquier estímulo que le recuerde a aquello, o directamente el hecho de contarlo, puede reactivar todo lo que tiene ahí”, detalla la especialista Mendieta.
Es el trauma. “Es como una emoción que se queda grabada a una intensidad que no debería estarlo. A unos niveles que no son normales. Se quedan así de grabados. Sólo con terapia y tratamiento es posible que esos niveles bajen. Es una experiencia muy fuerte que esos síntomas bajen a la primera y más aún en este caso al que se tiene que enfrentar”, explica Mendieta. De algún modo, quizá sea esto lo que ha experimentado la joven a lo largo de esta mañana.
C. comenzó a declarar a las diez. Estaba previsto que su testimonio durase hasta las 12:45. A esa hora estaban citados los primeros testigos. Pero la declaración se ha extendido durante un total de tres horas y media con un receso a las doce. Casi cuatro horas en las que ha revivido los quince minutos del horror.
¿Qué medidas se pueden tomar para proteger a la víctima en un proceso penal de estas características? ¿Cómo se puede reducir el daño psicológico que supone que esta joven tenga que relatar de nuevo algo que la ha marcado de por vida? Ruth Sala es abogada penalista especializada en violencia machista. Ha llevado múltiples casos relacionados con agresiones y abusos sexuales.
Sala cuenta a EL ESPAÑOL lo importante que resulta en estos casos el acompañamiento a la víctima durante el juicio. “En el período de espera antes de su declaración se les va acompañando con un psicólogo. Aquí, en Barcelona, tenemos la ventaja de que se ha abierto un servicio de atención a la víctima durante el delito. Te van haciendo el acompañamiento, incluso hasta la sala justo antes de la declaración. Nosotros incluso seguimos acompañando después del proceso. Seguir con el acompañamiento psicológico, terapéutico es clave en estas situaciones”.
La defensa de ‘La Manada’
Estos días, la sala 103 de la Audiencia Provincial es un auténtico búnker. Para proteger la identidad y la intimidad de la víctima, se están extremando al máximo las medidas para que no haya filtraciones ni tampoco imágenes de C.
Entretanto, la defensa de ‘La Manada’ estructurará la defensa en que los hechos fueron consentidos. Este extremo, sin embargo, tiene muchos elementos en contra. Primero, la declaración de la víctima. Segundo, el informe que realizaron los médicos del Instituto Forense de Medicina legal a partir del examen practicado a la chica dos horas después de lo ocurrido en el portal de la calle Paulino Caballero. En él se detallaba que la joven presentaba una lesión en su zona genital “compatible” con la agresión sexual relatada. Tercero, los vídeos, esos 96 segundos grabados por los miembros de ‘La Manada’. Cuarto, el robo del móvil: si el sexo fue consentido, ¿por qué hurtaron el teléfono de la joven de 18 años? Son solo algunos de los elementos que el juez ha valorado como hechos “de extrema gravedad” y por los cuales no les ha permitido salir de la cárcel en este último año y medio.
Por eso, con tantos elementos en contra, la defensa irá a por la joven.“Los abogados de la defensa irán a destrozarla. Irán a los detalles. Todo el mundo en este escenario prevé lo que va a pasar. Van a ir a cortarle la cabeza y a desestabilizarla. Como abogada, sé que la sala de vistas es un escenario tan estresante que dentro puede pasar cualquier cosa. Los testigos, tu forma de interrogar…”, relata la abogada Sala.
El juicio durará esta semana y la siguiente. Luego, en enero, se conocerá el veredicto. La tensión a la que la joven se va a ver sometida en las próximas semanas será brutal para ella, cuenta Ruth Sala. Va a tener que revivirlo todo, que contarlo todo de nuevo, que responder a las preguntas. Para eso va a necesitar toda la ayuda de los especialistas que la acompañen. Sin embargo, su vida nunca volverá a ser la misma. “Esta mujer está tocada de por vida. No se recupera. Sobrevivirá pero está dañada. Su esencia está dañada. No puedes estar normal nunca más”.