No hay lugar para los muertos en Granada: la gripe y el invierno saturan el tanatorio
Esta ciudad sólo dispone de un velatorio, enclavado en el cementerio de San José. Las colas rozan las 24 horas. Su ampliación es difícil por pertenecer al paisaje de la Alhambra. Granada declaró la epidemia de gripe la semana pasada.
4 enero, 2018 02:52Noticias relacionadas
Granada capital tiene 230.000 habitantes y un solo tanatorio, enclavado en el cementerio de San José. La semana pasada, esta ciudad declaró la epidemia de gripe, casi quince días antes que el año pasado. El virus, peligroso para los ancianos, los enfermos crónicos y los aquejados por infecciones respiratorias, supone un incremento de las defunciones, que ha generado colas de hasta veinticuatro horas para obtener una sala velatoria.
En el tiempo que transcurre entre el fallecimiento del difunto y la exposición del cadáver, la familia no dispone de un lugar para velar y recibir a familiares o amigos.
En España, el último dato menciona 70 enfermos de gripe por cada 100.000 personas y Salud es consciente de que estas cifras no han alcanzado su punto álgido. Un empleado de Funerarias Romero, en conversación con este periódico, reconoce el colapso: "El invierno suele traer más defunciones y el brote de la gripe se está notando".
Espacio "minúsculo" y sin apenas aparcamiento
Las esculturas hacen del camposanto de San José uno de los más prestigiosos de Europa. Ofrece visitas turísticas durante todo el año. Uno de sus guías, Diego Quesada, cuenta que el espacio es "minúsculo", y no sólo el de las salas, sino también "su parking". "Muchos acaban aparcando en el arcén y los coches se los lleva la grúa. Imagínate, salir del velatorio y encontrarte una multa. Otra opción son las plazas de la Alhambra, pero salen muy caras".
Las funerarias ya ofrecen acomodo en los pequeños tanatorios que rodean la ciudad, pero esto supone una dificultad logística en la mayoría de los casos: luego habría que trasladar el cadáver a San José, lugar de culto para una gran cantidad de granadinos.
Unas obras difíciles de aprobar
San José forma parte de la Alhambra y eso le blinda respecto a cualquier hipotética ampliación. La prensa local arroja un debate que lleva sobre la mesa varios años: ¿por qué no reformar el tanatorio? "Para eso hace falta que lo apruebe el Patronato, conformado por el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y el ministerio competente. No es nada fácil", apostilla Quesada. En 2017, un informe de este órgano rechazó las obras.
El único tanatorio de la ciudad dispone de diez salas y también de cámaras frigoríficas para seis cuerpos en frío y dos en congelación. La funeraria granadina de San José es de composición mixta: el 49% corresponde a un socio privado y el 51% restante al Consistorio.
Antes de la última variación, San José no ofrecía directamente el velatorio, era gestionado a través de empresas privadas. "Por eso ahora las salas son, en realidad, ocho", cuenta un trabajador de la Funeraria Armilla Fermín Criado. "Como es lógico, se guardan dos para ellos". De ahí que esta corporación haya iniciado la ampliación de un pequeño tanatorio del que dispone en una localidad a menos de cinco kilómetros de Granada. "Intentaremos dar cobertura a esa necesidad".
"Nos hemos resignado"
En Funerarias Romero, al caer la tarde, ironizan: "Nos hemos resignado. Los granadinos tenemos buen instinto para el fatalismo y lo sobrellevamos. Sucede algo parecido todos los inviernos. Ayer, la lista de espera estuvo entre las quince y las veinte horas". Este diario se ha puesto en contacto con Emucesa, la gestora de San José, pero no ha obtenido una respuesta.
Otro trabajador de Fermín Criado aporta un elemento más al debate: "Hemos detectado que el número de incineraciones está creciendo considerablemente. El crematorio de San José, por tanto, tiene más trabajo y eso hace que la espera de los cadáveres en el tanatorio sea mayor".
Según ha sabido EL ESPAÑOL, San José ya trabaja para reordenar su espacio interior y garantizar más habitaciones en el tanatorio independientemente de que el Patronato apruebe una ampliación del terreno.
El cementerio de Granada, con el nombre de "Las Barreras", se levantó en 1805 ante la urgencia generada por la fiebre amarilla. Dos siglos después, el invierno y otra fiebre, la gripe, podrían poner la picota a una nueva remodelación.