Francisco, el preso que cuida a 'El Chicle' en la cárcel, mató a su mujer de cuatro puñaladas
El preso encargado de vigilar en prisión al autor confeso del crimen de Diana Quer cometió un asesinato machista hace 7 años. En 2011, mató con un cuchillo a su exmujer en su casa.
1 febrero, 2018 02:45Noticias relacionadas
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Francisco Rafael Álvarez Martínez perpetró uno de los crímenes más horribles que se recuerdan en Vigo en los últimos años. En 2011, a punta de cuchillo, abordó a su ex mujer a la puerta de su casa y la asesinó a puñaladas. Luego se entregó. Francisco Rafael, carpintero de profesión, cambió la talla y la elaboración de tableros y muebles por la prisión de A Lama, en Pontevedra. Allí dicen que su “buen comportamiento” le ha granjeado la confianza de los funcionarios. En las últimas semanas ha recibido un cometido muy importante en prisión: ser el preso-sombra de José Enrique Abuín Gey, alias El Chicle, el autor confeso del crimen de Diana Quer.
El preso-sombra de El Chicle, según ha podido saber EL ESPAÑOL, confesó el crimen para, años después, proponer que se anulase el juicio debido a que, según él, todo había sido producto de “un forcejeo”. Fue condenado a 14 años de prisión y 15 de destierro de su ciudad. No volverá a pisar Vigo en mucho tiempo.
La medida se aplica en función del protocolo antisuicidios. Abuín se encuentra encerrado en el módulo de enfermería de la prisión pontevedresa. Se trata del más seguro de toda la cárcel. Allí no tiene contacto con ningún otro recluso, pese a que él mismo solicitó salir libremente al patio con los presos comunes. Él estaba (y está) muy tranquilo. Positivo. Con ganas de hacer deporte como hace meses, cuando participaba en maratones locales. Como si no hubiera ocurrido nada.
Pero la solicitud de pasar al módulo con el resto de condenados le fue denegada por lo que allí le pudiera pasar. El resto de presos le increpan a cada momento. Le insultan como en la prisión de Teixeiro (A Coruña), de donde tuvieron que trasladarlo. Los dirigentes de la prisión, ante el clima que hay dentro del presidio para con El Chicle, habían pedido su traslado a una cárcel más alejada, incluso fuera de Galicia. Les ha sido denegada.
Entretanto, se toman todas las precauciones con el hombre que confesó haber matado a Diana Quer. Le han colocado al carpintero homicida a vigilarle en todo momento a través de una celda con las paredes de cristal. Para el que no conozca el procedimiento, los presos-sombra son condenados que están en prisión y que cuentan con la confianza de los funcionarios de prisiones y de los jefes de las respectivas cárceles debido a su buen comportamiento.
Son ellos quienes echan un cable a los nuevos y peligrosos reclusos que acceden a los centros penitenciarios. Les es asignada esa función, y así vigilan que sus compañeros no se autolesionen. Colaborar de este modo con los funcionarios les puede reportar ciertas recompensas: más visitas a la cárcel, una pequeña remuneración, etc. Eso sí, para llegar a ese estatus es preciso desarrollar una actitud ejemplar e impecable. Como parece que es el caso del carpintero vigués.
Los hechos
Ocurrió hace siete años en Vigo. El 11 de octubre de 2011, Cristina González Sacau salía por la puerta de su casa a eso de las nueve y media para llevar a sus dos hijos de ocho años al colegio público A Carrasqueira. Nunca volvió. Poco después de dejarles en el colegio, ya de vuelta en casa, se encontró allí a su ex marido. Francisco Rafael Álvarez Martínez trabajaba como carpintero en la zona y tenía 41 años en aquel entonces. En la finca de su vivienda tenía un pequeño alpendre, un cobertizo en el que guardaba sus herrramientas. Estaba situado en la parte trasera. Aprovechando que la mujer no estaba en la casa, y para no llamar la atención, accedió a la casa por ese lugar y esperó a que ella volviese.
Cuando regresó de llevar a sus hijos, Cristina se lo encontró dentro de la casa, pero no como otras veces. En esta ocasión blandía un cuchillo de 18 centímetros.
Una de las vecinas de Cristina, cuya casa estaba prácticamente pegada a la suya, escuchó esa mañana los gritos desgarradores de una mujer. Lo contó Faro de Vigo. “Eran gritos de dolor: decía ‘por favor’, ‘por favor’. No escuché la voz de ningún varón. No sabía de dónde venían los gritos y nunca pensé que pudiese ser algo semejante”.
Luego se hizo el silencio. Francisco Rafael acababa de matar a su mujer a cuchilladas. El golpe mortal fue directo al cuello de la víctima. La hoja le desgarró la yugular. Esa fue una de las cuatro cuchilladas que le asestó hasta causarle la muerte. Su cuerpo sin vida fue hallado en el pasillo de la casa en medio de un charco de sangre. Cristina González Sacau tenía 39 años.
La pareja se encontraba en plenos trámites de separación. Francisco Rafael vivía desde el verano de ese año en casa de una tía. En común tenían dos hijos. No constaban denuncias previas por malos tratos. Ambos se habían instalado en la parroquia de Coruxo años atrás. Se trata de un lugar tranquilo al lado de las mejores playas de Vigo. Una zona tradicional de pescadores. Ese fue el escenario del crimen.
La cárcel de Rosario Porto
Desde marzo del año pasado, Rosario Porto se encuentra en la cárcel de A Lama. La abogada fue condenada, junto a su marido Alfonso Basterra, por un jurado popular por el homicidio de su hija adoptiva. Aunque no coincidirá con El Chicle, la madre de Asunta Basterra ya hizo la misma ruta que ahora hace el asesino confeso de Diana Quer.
Ella también venía del centro de Teixeiro donde intentó suicidarse con la ingesta de abundantes medicamentos para evitar el traslado a otra cárcel. También ella pasó por ese módulo de enfermería de máxima seguridad en esta prisión gallega.
El primer condenado en España a prisión permanente revisable también pasó por A Lama. David Oubel Renedo cumple pena por el asesinato alevoso de sus hijas de 4 y 9 años. Fue un destino provisional, allí estuvo a la espera de que le mandaran a la cárcel en la que iba a cumplir su condena al completo.
Tras matar a su mujer, Francisco Rafael, ahora preso de confianza de El Chicle, fue juzgado varios años después y condenado a 14 años de prisión y a 15 de destierro de Vigo. Ahora es el preso de confianza de uno de los criminales más mediáticos de los últimos tiempos. El encargado de estar al loro para que el hombre que mató a Diana Quer no se suicide.