Salva, el esclavo para todo de Maje, la viuda negra: recadero, amante y asesino
La viuda negra de Novelda (I): Maje se casó con el ingeniero Antonio Navarro, pero tenía varias relaciones extramaritales. Entre ellas, una con Salva, su compañero de trabajo, al que sedujo mandándole cartas. Le convenció para matar a su marido. La Policía les detuvo tras tenderles una trampa. Estas son algunas de sus cartas y conversaciones.
2 febrero, 2018 02:10Noticias relacionadas
- Me pongo presumida cuando viene, coqueta, me gusta que sepa que estoy allí, no tengo ni idea de lo que siente, quizás ni me vea como una mujer para él, pero a mí me anima que venga a planta y verlo… y pasar a su lado. “Está el gotero de Ringer vacío” me dice. Y yo pienso… “Ufff, pues llénamelo tú”.
Ella escribía estos textos como si fuesen un diario íntimo, pero en realidad eran cartas que luego le entregaba en mano a su destinatario, a su compañero de trabajo. Así, pidiéndole que le "llenase el gotero de Ringer", logró seducir Maje a Salva. La enfermera al celador. La joven al maduro. La viuda negra a su esclavo.
Son escritos de septiembre de 2015, cuando esta extraña pareja se conoció trabajando en el Hospital de La Salud de Valencia. Él es Salvador Rodrigo, de 47 años, un auxiliar de enfermería sumiso, infantil y soñador. Padre de una chica de 19 años y casado desde hace 22 con otra trabajadora del hospital. Pero en septiembre de 2015 aparece en su vida María Jesús (Maje) Moreno. Una enfermera de 27 años atractiva, dulce, cariñosa… y que se enamora de él desde el primer momento.
Eso es, al menos, lo que ella le escribe en las cartas. La realidad es bien distinta. Maje es una persona fría y calculadora que alterna varias relaciones sexuales a la vez con otros chicos de su edad, todos atléticos y musculados. También seduce a Salva. ¿Por que, si físicamente es tan distinto? Porque ve en él al 'pagafantas' perfecto. A una persona a la que, con darle muy poco, se lo va a entregar todo. A alguien capaz de matar por ella, como finalmente sucedió.
EL ESPAÑOL ha accedido al sumario del caso del crimen de Antonio Navarro, el ingeniero de Novelda. En él, la Policía, tras haber estudiado las grabaciones telefónicas, concluye que Salva "emplea un tono ilusionado, entusiasta y jovial, rozando en ocasiones el ridículo, especialmente cuando habla de hacer planes juntos o cuando Maje le hace caso y le regala una camisa". Ella, en cambio, "emplea un tono emocionalmente plano, como si realmente (que es lo que realmente ocurre) no tuviese ningún tipo de afecto hacia Salva.
Durante la surrealista relación entre Maje y Salva, ella consigue que su compañero de trabajo se someta tanto, que incluso le da igual que tenga otros novios y se vaya con otros hombres. Salva llega a matar el 16 de agosto de 2017 a Antonio Navarro, el marido de Maje. Lo hace porque se ilusiona con empezar una vida en común con ella. Pero una vez Salva ha perpetrado el crimen, Maje decide irse a vivir con José, otro chico al que ha conocido. Salva se pone triste, pero luego asume esa decisión y le dice que “si esa relación no te sale bien, me tienes por aquí”. Incluso, cuando ella le dice que se va a ir a pasar el Año Nuevo 2018 a Italia con su nuevo novio, él se ofrece a llevarla al aeropuerto.
Un niño grande
Salva es un tipo que, con 47 años, tiene comportamientos infantiles. Es un soñador, amante de la naturaleza, de la fotografía y de su ciudad. Tiene una especie de blog en el que cuelga fotos de los rincones más emblemáticos de Valencia. Los videojuegos son otra de sus aficiones, y pasa horas jugando. Además de su trabajo como celador, tiene una tienda de artículos de buceo con su socio, un médico del hospital. Personas de su entorno lo definen como “un tonto útil”. Maje enseguida cala su carácter y se aprovecha de él.
Se conocen en septiembre de 2015 y ahí empiezan una tórrida relación… epistolar. Ella finge que se ha enamorado y le empieza a escribir cartas de amor. Él le corresponde. Se entregan las cartas en mano cuando se cruzan en el hospital, como dos adolescentes enamorados. Una relación que ambos tratan de ocultar a sus compañeros de trabajo. Ella porque no quiere que nadie la relacione con el auxiliar. Él, porque está casado y su esposa, Inmaculada, también trabaja en el centro como supervisora.
Sólo sexo oral
Salva claudica. Pierde por completo la noción de la realidad. Se obsesiona con Maje. Le compra regalos, la lleva en su moto a todos lados, le hace los recados. A pesar de esta entrega, ella reconoce después a la policía que Salva no le atrae y que sus relaciones sexuales eran esporádicas y se limitaban al sexo oral.
Durante la relación, Maje tampoco parece preocuparse mucho por corresponderle físicamente. En una de sus cartas le dice cosas como que “el mejor regalo no es algo físico, eso ya vendrá”. O que el amor no es solamente una cuestión física: “Voy a cuidarte y mimarte, nunca vas a estar solo, nunca, pues yo estaré ahí… a veces físicamente… a veces espiritualmente”. Sobre todo espiritualmente, porque aunque ella mantiene varias relaciones extramaritales, la que tiene con Salva es más de cartas que de otra cosa. Pero a él no le hace falta más.
"El momento más doloroso de mi vida"
A todo esto, Maje tiene novio. Se llama Antonio Navarro y es un ingeniero de 36 años. Maje le oculta a Salva que se va a casar en septiembre de 2016. Cuando finalmente ella se lo confiesa, Salva le manda una carta en la que le reconoce el dolor tan grande que le supone, pero acaba comprendiendo que tenga que entregarse a otra persona:
“Es el momento más doloroso de mi vida (…) pero ahora tienes que entregarte a otra persona. (…) a mí me vas a tener ahí, a tu lado, siempre que me necesites, ayudándote, apoyándote, escuchándote”.
Se despide de ella haciendo un dibujito infantil y una cita entregada:
“Siempre tuyo, tu brujo, tu petardo, simplemente Salva”.
Maje, sin embargo, no lo ve claro. No quiere perder a un esclavo, por lo que le propone seguir siendo amigos “con derecho”. Con derecho a roce, se entiende. Y a nada más que a roce, a tenor de la ausencia de relaciones sexuales que ella misma ha confesado después a la policía. Maje se lo propone en una carta que, por cierto, despide con una frase inquietante:
“Venga pollo, ánimo con esa cesárea, saca al crío tú rajando”.
Una broma entre personal sanitario que, con la perspectiva del tiempo, es de un cinismo terrible, porque al final Salva mató al marido de Maje rajándolo.
Maje se casa, se echa un novio... y recurre a Salva
Maje se casa con Antonio Navarro el 3 de septiembre de 2016. Una boda que peligró por las numerosas infidelidades de Maje. Infidelidades que ella no le contó a Salva.
A principios de 2017, Maje no llevaba ni medio año casada, pero conoció a un publicista llamado José. Se enamoró y empezó una relación extramatrimonial con él. Paralelamente, su matrimonio con el ingeniero empezó a ir mal. En alguna conversación de Whatsapp del matrimonio, su marido Antonio le viene a decir que no le vuelva a poner la mano encima. Al parecer, Maje le ha pegado tras una discusión. Ella vuelve a echarse en los brazos de Salva, su esclavo sumiso, para quejarse de presuntos malos tratos de su marido.
"Qué pena que mi marido no se haya muerto"
A principios de verano de 2017, un desafortunado incidente se convierte en el detonante de la gran tragedia. El marido de Maje trabaja como ingeniero en una constructora. En su empresa se registra un accidente laboral con fallecidos. Salva y Maje leen la noticia y la comentan en el trabajo. Ella piensa en voz alta: “Qué pena que no haya sido mi marido el que haya estado ahí dentro”.
A Salva se le abre ahí un nuevo horizonte. Imagina a Maje viuda, a él divorciándose de Inma, su esposa. Una vida en común con Maje. Entonces se lo propone. Se ofrece para asesinar a Antonio. Él lo hace por amor. Ella, movida por la posibilidad de verse libre y dueña de la herencia, empieza a tramar el crimen. Deciden que Salva lo matará en el garaje donde Antonio encierra el coche, porque ahí no hay cámaras. Y que lo harán en agosto, cuando menos gente hay.
Lo planifican durante los meses de verano. Salva decide matar a Antonio el 16 de agosto. Maje le facilita las llaves del garaje, para que Salva asesine allí a su marido por la mañana. Con una frialdad que espanta, Maje decide tomarse esa noche libre en el trabajo. Y, sabiendo que van a matar a su marido al día siguiente, decide pasar la noche con José, su amante real. A su marido le dice que esa noche tiene guardia en el hospital.
Salva mata a Antonio
Salva mata a Antonio Navarro el 16 de agosto en torno a las diez de la mañana. Lleva allí desde las 7:30 esperando. Puede hacerlo, porque él sigue de vacaciones, pero su esposa Inmaculada ya ha empezado a trabajar ese día. Antonio aparece para coger su Peugeot 208 blanco. Entonces aparece Salva, lo asalta por la espalda y le pega ocho navajazos. Lo mata en el acto y huye del parking por la rampa. Luego llama a Maje, que ha pasado la noche con su amante, para quedar a las tres de la tarde en persona. Cuando se ven, le informa de que ya está hecho. Que ha matado a Antonio. Ella se empieza a sentir mal y se marcha.
A partir de ahí no se vuelven a ver en varias semanas. Entierran a Antonio y ella se muestra muy compungida en el funeral. Incluso lee una emotiva carta de despedida. A Salva no se vuelve a dirigir, aunque él le manda un Whatsapp a ella el 6 de septiembre para felicitarla por su cumpleaños. Ella ni siquiera le contesta.
La Policía investiga el asesinato y, sabedora de que Maje tiene una relación extramatrimonial con el publicista José, lo toma como primer sospechoso. Pinchan los teléfonos de Maje y se enteran, escuchando las conversaciones con su amiga Rocío, que Maje se siente feliz, liberada y eufórica. Que planea irse a vivir con José en poco tiempo y tener un hijo en menos de dos años.
Conversación del 8 de noviembre
Pero el 8 de noviembre cambia todo. La policía averigua que un tal Salvador Rodrigo Lapiedra ha estado ha estado llamando a Maje en varias ocasiones. Y en una de estas, escuchan la conversación. Hay una frase que le convierte automáticamente en sospechoso. Maje y Salvador habían coincidido esa mañana en el trabajo y el le había confesado a ella que no estaba bien. Que le había dado un bajón muy grande. Pero que ya hablarían tranquilamente. Maje se poner nerviosa y le telefonea para que le explique qué pasa. Antes de entrar en materia, por cierto, ella le pregunta si ya le ha enviado un paquete, tal y como ella le ha encargado. Ella lo sigue teniendo de recadero. Él, obediente, le dice que sí. Y le confiesa:
Salva: “Me ha venido a la cabeza que es verdad, que tu madre tiene razón, que tendrás que desconectar de tu casa (…) y en cierta medida también tendrás que desconectar de mí porque yo te lo voy a recordar cada día que me veas. (...) Me ha dado un bajón bestial (…) y el otro día llamé a la Policía”.
Maje empieza a gritar como loca, pensando que él ha confesado.
Maje: “¡Qué dices! ¡Salva por Dios no hagas locuras eh!”
Salva la tranquiliza diciéndole que no, que ha contactado con un amigo policía para saber cómo están las investigaciones. Y que ha sido ahí cuando se ha enterado de que ella tiene un novio que se llama José y que se van a ir juntos a Italia.
Salva: Hay otra persona que no sé quién es, un tal José Antonio (…)
Maje: Sí, sí, el publicista. También te hablé de él. ¿Te acuerdas del publicista?
S: Sí… y me ha dicho que te vas con él a Italia.
M: …
S: Sí (sollozos)
M: Sí, pero con más gente.
S: Ya. Entonces nada, porque me ha dado un bajón terrible (suspiros).
Salva está devastado porque se acaba de enterar de que, aunque ha matado al marido de Maje para poder estar juntos, ella se ha echado un novio nuevo y se va a ir con él de viaje. Él le pide comprensión, pero él esta destrozado. Maje, no obstante, parecen importarle muy poco los sentimientos de Salva y le pregunta:
M: Pero escúchame, entonces ¿me están investigando a mí?
S: A ti o a él (José) porque él… lo saben.
M: Hostia
Tras unos titubeos, Salva vuelve a la carga con resignación:
S: Si no te hago feliz, dímelo
Y se pone a llorar. No por haber matado a un hombre, si no por saber que Maje está con otro chico. Pero a Maje eso no le importa. Ya sólo piensa en que la están investigando y lo cita presencialmente:
M: Madre mía. Pero ¿podemos vernos o no?
S: (llorando) ya pero… deja que… tú eres libre y puedes hacer lo que quieras.
M: Pero si eso ya se habló
S: Ya… pero por lo menos saberlo. Por lo menos decir… mira.
Él le achaca (llorando) que no le haya dicho que tiene novio. Ella le contesta:
M: Igual que tú tienes una familia, o sea… y te jodes, pues… me jodo. Pues ya está. O sea, es así, no voy a estar sola esperándote. Es así.
S: Ya… pues por eso, quería saber qué.
M: Eso no quita que me hagas feliz o no, que igual que tienes una familia y disfrutas de tu hija, yo no puedo estar esperando a que… sabes.
Salva tiene el corazón partido. Ha matado a un hombre para estar con esa chica, pero ella se ha ido con otro y no le ha dicho nada. A pesar de la traición, es incapaz de enfadarse con ella:
S: No te lo estoy criticando. O sea, que quiero que me entiendas (…) ya te digo, siempre te he dicho que tú puedes hacer absolutamente lo que crea conveniente, absolutamente, siempre, siempre, porque no hay nadie dueña de ti. Pero es que… (suspiros).
Ahí Salva se arma de valor y le pregunta:
S: (…) ¿dónde me quieres exactamente en esta historia”.
M: Madre mía. Yo bastante tengo, ¿sabes? Como para estar preocupándome por eso.
Maje no quiere hablar más porque le da miedo tener el teléfono intervenido. Quedan en un local de Valencia y Salva le consigue a ella otro teléfono. Una línea que no esté pinchada, sólo para hablar entre ellos con seguridad. Evidentemente, el teléfono lo paga él.
Conversación del 7 de diciembre
La policía, que ha escuchado esta llamada, consigue que un juez autorice el pinchazo de este teléfono de seguridad, por lo que también escucha conversaciones como las que mantienen el 7 de diciembre. Ahí, Salva ya ha asumido que Maje se va a ir a vivir con José, pero le pide que le deje una puerta abierta por si las cosas no le van bien:
S: Yo te voy a apoyar con lo que hagas, y si tu decides irte a vivir con José, pues te vas a vivir con él. Pero que te vaya bien o te vaya mal, que no estés nunca en ningún sitio obligada a estar.
Maje entonces le confiesa que José y ella se van a ir a vivir juntos en enero, mucho antes de lo que Salva pensaba.
S: ¡¡¡En enero!!!
M: Sí
S: Ajá (se percibe que no le sienta bien)
M: Porque en mi casa es que, entre los papeleos y que se va a tomar una decisión en diciembre [sobre la herencia de Antonio], pues en enero o febrero me iré. Porque yo en casa pues eso, con los vecinos preguntando, no puedo hacer nada. No estoy.
S: No, no estás.
M: Y es una lástima, porque me encanta mi casa.
S: Ya.
M: Pero aún la ropa de él, es que no se la van a llevar nunca. Me han dicho que no la tire. O sea… ¡Haced algo, pero no me la dejéis ahí!
S: No, si tienes muchos recuerdos.
Salva le plantea entonces la posibilidad de que las cosas con José no salgan bien:
S: Esto ya sé que es muy delicado y si quieres contestar me contestas, y si no ya hablaremos (…) que yo quiero que tú seas feliz y te vaya bien. Pero si no te fuera bien con Jose, ¿qué tienes pensado hacer?
M: Si no me fuera bien con Jose, me iría a casa de mi hermana hasta encontrar algo.
Otro chasco. Tras una breve conversación acerca de pisos y alquileres, Salva le confiesa que la echa de menos, porque, al parecer, ella lo ve en el hospital pero no le hace ni caso.
S: (Risa nerviosa) Es que no me lo quito de la cabeza. Qué pesado soy, se me hacen las semanas eternas (…) de pensar que no te veo hasta… ¿cuándo?
M: Ya es que mira
S: Pufff… se me hace…
M: Eso es imposible.
S: El martes (…) yo pasaba por teléfono [al parecer coincidieron] y digo ¡Hostia! Sí que disimula la cabrona, sí. (se ríe). ¿Me viste en la moto o no? ¿Me viste? ¿No me viste?
M: ¿Al salir?
S: Al salir, sí
M: Sí te dije hasta luego, ¿no?
S: Ah sí, vale, vale. Es que no te oí.
M: Si te levanté la mano.
S: Ah bueno, vale, sí, sí (ríe)
M: ¿Qué quieres? ¿Que te dé un abrazo?
S: Noooo, no, que va, que va, que no (se ríe)
M: Ah vale, digo… no sé qué pretende.
Él entonces se viene arriba y le propone quedar el viernes. Ella decide dejarle las miguitas y le dice que vale.
S: ¿Vale? Y hacemos lo que te apetezca (…)
M: Vale, guay. Yo creo que para salir y comemos en casa. Hacemos una (pizza) calzone en plan así de marisco como la que dijiste
S: ¡Vale! (Con entusiasmo)
M: Vemos una peli y ya está
S: Vale, vale.
Salva tiene más que suficiente con verla un ratito y que Maje le permita cocinar para ella.
La emboscada del 28 de diciembre
El 28 de diciembre, Día de los Inocentes, la policía y Vicente Navarro, el hermano del asesinado, tienden una trampa a la extraña pareja. Maje y Salva ya son los principales sospechosos, pero los investigadores necesitan una confesión telefónica. La estrategia es la siguiente: Vicente queda con Maje por un asunto de la herencia y le revela que la policía ya tiene identificado al asesino. Que la captura es cuestión de días. Maje se asusta y llama a Salva muy nerviosa. Él la calma y le viene a decir que a él nadie le ha interrogado, que probablemente vayan a detener a una persona que en realidad no es la autora.
M: Entonces la justicia, ¿qué? ¿Es una mierda?
S: No, estás temiendo por mí. No temas, ya te lo digo yo, ¿vale?
Él le da una serie de explicaciones tranquilizadoras para demostrarle que es imposible que él sea sospechoso y confiesa en varias ocasiones que ha sido él. Maje se lo cree y se calma:
M: Entonces, ¿respiro?
S: Sí, sí. Te digo yo que respires, ¿vale? Respira tranquila.
Pastillas para el mareo
Y después de respirar, hablan del viaje a Italia que se va a pegar Maje en Nochevieja con su novio José. Entonces Salva, con su amor incondicional, le ofrece incluso llevarla al aeropuerto, le desea buen viaje y le da varios consejos para que no se maree durante el viaje.
La policía ya tiene suficiente y los detiene a los dos la mañana del 10 de enero, después de que ella haya vuelto de viaje de Italia. Ambos prestan declaración y sus versiones son bien distintas. Ella reniega de él desde el primer momento, dice que Salva es un tipo que no le atrae y que se ha obsesionado con ella. Él, en cambio, lleva su amor hasta las últimas consecuencias y se achaca toda la responsabilidad de haber matado a Antonio Navarro. Fiel y leal hasta el final.
La policía registra la casa de Salva. Su mujer, Inmaculada, hace entrega a los agentes de una mochila propiedad de su marido. En el interior, guardadas como oro en paño, estaban las cartas que Maje le enviaba. Las mismas con las que le pedía que le llenase el gotero de Ringer y las mismas con las que lo embaucó hasta convertirlo en un asesino.