Al filo del mediodía, un señor de pelo cano y rostro arrugado da la brasa a tres alumnos sentados a la orilla del "Edificio Departamental" de la Rey Juan Carlos. "¡¿Departamental?! ¿Qué narices significa eso? ¡No entiendo para que lo ponen!". Los estudiantes, extranjeros, aciertan a explicar: "Departamental de departamento". El anciano, de paseo mañanero por el campus de Vicálvaro, no claudica: "Está mal explicado". Y alza la vista hacia el cartel con el que también tuvo que toparse Cristina Cifuentes el 2 de julio de 2012 si dijo la verdad.
Aquel día, la Selección española aterrizó a media tarde en el aeropuerto de Barajas con el trofeo de la Eurocopa. Habían goleado a los italianos en la final de Kiev. La actual presidenta de la Comunidad de Madrid era delegada del Gobierno, máxima responsable del dispositivo de seguridad que iba a blindar Madrid. Su agenda, además de este grueso compromiso, marcaba uno de carácter personal: la defensa del Trabajo Fin de Máster (TFM) en la URJC a las 15:45, el último paso antes de lograr el título en Derecho Autonómico y Local.
El lunes 2 de julio de 2012 debió de ser como este martes 17 de abril de 2018. Soleado, con la hierba recién cortada, y los alumnos almorzando sobre el césped. Quizá incluso merodeara este mismo anciano preguntando por el sentido del cartel: "Edificio Departamental". En todas sus comparecencias, Cifuentes ha reiterado que estuvo aquí, que franqueó la puerta y defendió su trabajo. Pero ya no existe ningún documento o testimonio que lo avale. El acta se ha demostrado reconstruida con firmas falsas y dos de las tres profesoras que supuestamente integraron el tribunal han cantado: no estuvieron allí.
La presidenta madrileña despeja balones muy lejos. En concreto, hasta el edificio de Rectorado, en Móstoles. Concibe que no tiene por qué recordar los nombres de quienes la examinaron hace seis años, eso es problema de la universidad. Javier Ramos, el rector, relató en rueda de prensa que, levantadas las alfombras, no halló ni una sola prueba que pusiera realidad a aquel 2 de julio de 2012.
Las cámaras del aparcamiento
Si la alumna Cristina Cifuentes Cuencas vino ese día, tuvo que acceder por la barrera del aparcamiento de profesores, vigilada por dos cámaras. La delegada del Gobierno iría con prisa. Debía defender el trabajo y luego supervisar los últimos detalles del dispositivo de seguridad.
"Calculo que esas cámaras llevan allí más de quince años. No esas en concreto porque se han renovado, pero sí ahí situadas. Toman una imagen panorámica y se guardan en un disco duro de la universidad", cuenta alguien que ha trabajado en la seguridad de la URJC durante casi dos décadas. ¿Y si la Fiscalía o el rector pide una revisión? "No es posible. La ley ordena que se vayan borrando cada cierto tiempo, como mucho un mes. ¿2012? Salvo sorpresa, imposible. Si vino, fue grabada, pero no creo que eso se pueda rescatar", resume.
El parking está hasta la bandera, pero la entrada al Edificio Departamental es tranquila. Aloja despachos y seminarios, pocas clases. "Si defendió el trabajo, tuvo que ser aquí", cuenta a EL ESPAÑOL una profesora muy cercana a Enrique Álvarez Conde, director del máster de Cifuentes. La dirigente popular sólo ha mencionado Vicálvaro, sin concretar la ubicación concreta.
En su ya famoso Periscope, Cifuentes ironizaba: "Aquí tengo un acta (...) Saqué notable, no está mal". Insistía en que no la iban a echar. Cuando dio explicaciones en sede parlamentaria y rueda de prensa, expresó: "Lo defendí de forma presencial en el campus de Vicálvaro. Duró poco porque había un tiempo limitado. Diez o quince minutos". Su "hay constancia documental de que mi trabajo fin de máster fue calificado con un 7,5" tardó poco en caer. Este martes, durante su última comparecencia, evitó dar más detalles acerca de la presunta defensa: "Me remito a todas las cosas que he dicho". ¿Y el trabajo? Cifuentes asegura que sigue buscando, abriendo cajas. Han sido muchas mudanzas. También ha autorizado a la URJC a publicarlo si lo encuentra, pero el rector también sabe despejar: "Ni rastro".
-¿Dónde se defienden los trabajos fin de máster?
-Casi siempre es aquí, en cualquiera de los seminarios.
El seminario de la discordia
Son aulas con capacidad para unas treinta o cuarenta personas, por lo menos los de la planta baja. Algunos más suntuosos que otros. La mesa del profesor, una pizarra y un proyector. Al fondo, el ventanal, tras el que los alumnos extranjeros siguen sin saber cómo despedirse del anciano: "Departamental de departamento". Este edificio, según ha contrastado este diario, no tiene cámaras en su interior. Sólo pudieron filmar a la actual presidenta las del aparcamiento.
Si Cifuentes vino, proyectaría un Powerpoint en la pantalla con el título El sistema de reparto competencial en materia de seguridad ciudadana. Un tema, según dijo, "particularmente interesante y particularmente sencillo" por estar relacionado con sus funciones como delegada del Gobierno.
Casillas, Xavi e Iniesta ya habrían pisado suelo español o estarían a punto de hacerlo. Estopa preparaba su concierto para los jugadores y la Policía seguía dirimiendo cómo organizar la caballería, las motos, los guías caninos, las unidades de subsuelo... Mala suerte la de Cifuentes, sellar el TFM en un día de tanto trabajo. Ella ha explicado que el dispositivo fue confeccionado en la Jefatura Superior de Policía y que se le iban trasladando los detalles para la supervisión.
A las cuatro menos cuarto, puntual, la delegada del Gobierno saluda a sus examinadores y da paso a la explicación. Describe pormenorizadamente qué cuerpo debe encargarse de cada cosa, las diferencias en función de los estatutos autonómicos... Termina, se despide y se va. Esta secuencia, la que ella todavía mantiene, ya ni siquiera la sostiene el que fuera director del máster, Enrique Álvarez Conde. En una entrevista con Onda Cero dijo estar aquel día en Aranjuez, a cincuenta kilómetros: "Estaba agendado, si se celebró o no deberá preguntárselo a mis discípulas". Y dijeron que no.
Una puntilla de 6,11 euros
El 6 de noviembre de 2012, cuatro meses después de, supuestamente, haber defendido el máster, una profesora envió un correo electrónico a los alumnos que no habían cumplido con este requisito. Les informaba de que deberían matricularse de nuevo en esta asignatura y de que no asumirían el coste total, sino un importe de 6,11 euros.
Cifuentes, según la Cadena Ser, abonó el pago el mismo día que leyó el correo electrónico. La presidenta arguyó que era por haber presentado el TFM un mes tarde, pero eso no consta en el reglamento.
Las paredes de este aula de butacas rojas tienen la respuesta. Quizá también el anciano que merodea por los alrededores y se queja con fruición del nombre del edificio.