"No somos conductores vestidos de comunión, sino profesionales": los taxistas acampan en La Castellana
- Ciudades de toda España se han sumado a la protesta por un "acuerdo en que se beneficie al taxi".
- Los trabajadores de Uber y Cabify han denunciado la violencia de las manifestaciones.
- Bilbao ya ha comenzado a multar a los taxistas en huelga.
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El madrileño Paseo de la Castellana permanece teñido de blanco por segundo día consecutivo. Las temperaturas sobrepasan los 30ºC y el asfalto arde bajo las ruedas de miles de taxis detenidos y sin conductor. El calor no ha minado el ánimo de los taxistas que han sacado las tiendas de campaña y han bloqueado una de las principales vías de la capital. Además, arremeten contra los conductores de VTC: "No somos conductores vestidos de comunión, sino profesionales". Se espera que las protestas continúen por lo menos hasta el miércoles a las 18:30.
Alberto ya lleva cinco días sin trabajar y se puede “tirar lo que haga falta” haciendo huelga. Se queja ante EL ESPAÑOL de que está “harto de promesas” y quiere hechos, en concreto, “un acuerdo en el que se beneficie al taxi”.
Los taxistas de Madrid y Barcelona llevan en huelga indefinida desde el pasado viernes para protestar contra la “competencia desleal” que ejercen sobre ellos los VTC -los coches de las empresas Cabify y Uber-. Conforme ha avanzado el tiempo se han sumado manifestantes en casi todas las ciudades españolas.
Críticas a los VTC
José, uno de los manifestantes, aclara que “no es una guerra del taxi contra Uber”, aunque no duda en arremeter contra ellos: “Uber y Cabify están estafando a sus clientes”. Un compañero suyo que le protege del sol con una sombrilla también tiene críticas para los VTC. “Son multinacionales que se llevan la pasta y provocan a los taxistas”, asevera.
Las protestas han interrumpido casi el 100% del tráfico en Paseo de la Castellana. Los autobuses de la Comunidad de Madrid se las arreglan para continuar con sus recorridos habituales, que pasan por la zona. Lo consiguen, pero ante los silbidos de los taxistas. “Que no les dejen pasar, a tomar por culo”, se enfada uno de los acampados.
Rubén Herrero lleva conduciendo un taxi toda su vida y se ha sumado a la huelga porque quiere que los VTC “respeten las leyes”. El principal objetivo es que se cumpla el ratio 1/30 -un coche VTC por cada 30 taxis-. Para ello piden que el Ministerio de Fomento cambie la Ley y elabore un Real Decreto que permita crear una licencia municipal para este tipo de vehículos.
El ratio 1/30 y las licencias municipales fueron aprobados por el Ayuntamiento de Barcelona, capitaneado por Ada Colau, a finales del mes de febrero. Sin embargo, los recursos del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y del propio ministro de Fomento, José Luis Ábalos, acabaron por frustrar las medidas de Colau. Un Ayuntamiento no tiene competencia para llevar a cabo este tipo de políticas.
El apoyo de Podemos
Ante esto, los taxistas decidieron ejercer presión directamente contra el Ministerio y ya llevan dos días de acampada frente a su sede en Nuevos Ministerios (Madrid). Los trabajadores no están solos: familias enteras, hijos incluidos, hacen noche en pequeñas tiendas de campaña en las zonas ajardinadas de la avenida, entre el Gregorio Marañón y el estadio Santiago Bernabéu.
También están acompañados por varios colectivos de lucha contra la precariedad, como Stop Desahucios, la Marea K, la Marea Roja, los Eventuales de Correos e incluso los Bomberos de Madrid y varios taxistas de Portugal, que han aparcado sus coches negros en primera línea.
Además, las medidas frustradas de Colau cuentan con apoyos en el Congreso de los Diputados: el grupo de Unidos Podemos ha manifestado su solidaridad con las protestas en una asamblea celebrada el sábado en Barajas, a través de su diputado Rafa Mayoral. Los políticos acompañarán a los taxistas en el movimiento de Barcelona, junto con las dos asociaciones mayoritarias del gremio: Federación Profesional de Taxi y Fedetaxi.
Pero las autoridades también han movido ficha: en Bilbao, la Ertzaintza multará a los taxistas que hagan marcha lenta entre la ciudad y el aeropuerto. En caso de ser sancionados, los huelguistas deberán abonar hasta 500 euros y perderán seis puntos del carnet de conducir.
Violencia y botellas de agua
Sin embargo, varios conductores de VTC han denunciado haber sufrido ataques violentos por parte de los taxistas en protesta. Un ejemplo de estas prácticas es el de Armand Baquero, que recibió un balazo en la ventanilla trasera de su vehículo de Cabify. Este comportamiento ha generado un efecto llamada que, unido a la falta de taxis por la huelga, han llevado a las aplicaciones Uber y Cabify a ser las más descargadas del momento.
La sociedad española está dividida entre los que apoyan al taxi y los que defienden que Uber y Cabify puedan operar como lo han estado haciendo hasta ahora. El periodista barcelonés Sergi Maraña escribió en un tuit que “menos #TaxiEnLucha y más #PonerseLasPilas”. El reportero elaboró una lista de servicios que ofrecen las VTC y que muchos de los taxis convencionales no incluyen, como la red wifi, las botellas de agua y el pago por distancia y no por tiempo.
Servicios que los taxistas deben mejorar:
— Sergi Maraña🎗 (@SergiMaranya) 25 de julio de 2018
- Wifi y agua en el taxi.
- Que el cliente decida sobre si quiere escuchar o no radio y la emisora.
- Pagar por distancia, no por tiempo.
- No realquilar taxis de madrugada a NO profesionales.
Menos #TaxiEnLucha y más #PonerseLasPilas
Agustín, un taxista joven, rebate las palabras de Maraña: “ellos dan agua pero nosotros pagamos nuestros impuestos en España”. En el sector del taxi se sienten optimistas, y ven “la profesionalidad del taxista” como el “valor añadido” que les diferencia de las VTC.
Alberto, al que sus compañeros llaman en tono jocoso “el encargado de la prensa”, no cree que Uber o Cabify puedan hacerle sombra. “Si la gente quiere un conductor que vaya vestido de Primera Comunión, con corbata, pues que cojan un VTC”, sonríe. “Nosotros somos los profesionales”, asegura y deja claro que “un conductor de Uber no me va a enseñar lo que es mi trabajo, mi forma de vida”.
Por el momento, todo apunta a que la huelga y las manifestaciones seguirán adelante. Los protestantes están cansados pero tienen muy presentes las razones que les han llevado a salir a la calle. Carlos, que lleva acampando desde el lunes a las 10 de la mañana, es tajante: “Si el Gobierno no ha transferido la regulación de este tipo de vehículos a las Comunidades Autónomas en septiembre, mi taxi volverá a estar aquí; y si lo hace pero el señor Sardinero (Director General de Transportes de Madrid) no nos hace caso, mi taxi irá a la calle Orense”, donde se encuentra la Consejería de Transportes, Vivienda e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid. “Esa gente no va a acabar conmigo”, asegura.