Denis, el peruano que se quemó a lo bonzo tras discutir con su novia Irene: "Quería matarla"
- El hombre, de 48 años, provocó un gran incendio que calcinó la mayor parte del edificio. Una mujer de 38 que había alquilado una habitación en la vivienda pudo escapar arrojándose al vacío: ha sido ingresada en el Hospital 12 de Octubre por una lesión medular grave.
- Un vecino relata que las discusiones de la pareja eran constantes, aunque no constan denuncias previas por malos tratos.
- Un hombre se quema a lo bonzo en Madrid tras discutir con su pareja
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Denis Mendoza, de 48 años, e Irene Jesús de la Cruz llevaban apenas tres meses viviendo en su piso de Villaverde Alto, uno de los distritos madrileños más castigados por la crisis. Están de alquiler y, a pesar de que ambos trabaja, tienen que realquilar varias habitaciones de la casa para poder llegar a fin de mes. Al margen de esto, eran personas discretas y nunca llamaron la atención, más allá de las continuas discusiones que relatan algunos vecinos.
Hasta que el pasado domingo por la noche, tras una discusión entre ambos, Denis se quemó a lo ‘bonzo’ , provocándose quemaduras en el 40% de su cuerpo y se arrojó por la ventana, al igual que su compañera de piso, para huir del fuego. Ambos han tenido que ser ingresados en hospitales de la capital. Su novia Irene pudo escapar por las escaleras, ilesa. Debido a la potencia de las llamas, las plantas superiores del edificio han quedado completamente calcinadas. “Él quería matarla. (...) Esto es violencia de género”, comentan indignados los vecinos mientras contemplan la fachada calcinada.
Denis e Irene son naturales de Perú y han emigrado a España buscando un empleo. Lo consiguieron, pero el salario que obtienen de ello no es suficiente para correr con todos sus gastos. Él trabaja en la construcción y se deja ver por el barrio portando sus ropas de trabajo. Los vecinos no se ponen de acuerdo acerca de la ocupación de ella, pero todos la ven salir de su casa cada día, “arreglada” con polo y vaqueros para acudir a su puesto.
La pareja se saca un dinero extra realquilando las habitaciones que no utilizan en su hogar. “A veces había mucho trasiego, gente con maletas entrando y saliendo de ese piso”, explica Angelines, propietaria de la peluquería Estilistas Ange, en el bajo del edificio incendiado. En el momento del suceso sólo había una inquilina: una mujer de nacionalidad brasileña de 38 años cuya identidad no ha trascendido.
"Los gritos y las discusiones eran habituales"
Cuando Denis e Irene se mudaron a la vivienda, en el número 7 de la calle Gómez Acebo, se presentaron a sus nuevos vecinos con gran simpatía. “Si necesitáis cualquier cosa, estamos en la segunda planta”, dijeron. Solían hacer su compra semanal en los comercios próximos a su casa.
Aunque están a casi 10.000 kilómetros de su país de origen, mantienen con firmeza sus costumbres gastronómicas. Así, el plátano verde y los tubérculos como la yuca -muy utilizados en la cocina iberoamericana- no faltan nunca en su despensa. Los vecinos cuentan que Denis solía encargarse de hacer la compra y salía de casa casi todos los días en busca de productos frescos.
A simple vista eran una pareja estable y normal, lo habitual en muchos casos de violencia de género: una idílica fachada que oculta una trágica realidad. David Caraballo, vecino ventana con ventana de los peruanos, desmiente esta imagen de relación ideal. “Los gritos y las discusiones eran habituales”, asegura a EL ESPAÑOL. A pesar de todo, no constan denuncias previas por malos tratos.
El origen del fuego, una pelea
El pasado domingo, una calurosa tarde de 12 de agosto, Irene y Denis se enzarzaron en una discusión: ella no quería continuar con la relación. Los gritos fueron subiendo de tono hasta que una voz femenina pidió socorro. Al poco tiempo, los vecinos conocieron lo que aterraba a Irene: su pareja se había rociado con líquido inflamable y se había prendido fuego.
Eran las diez de la noche. Ante las primeras llamas, Irene echó a correr y pudo abandonar el edificio con el resto de los residentes, por la puerta principal. La inquilina que en aquel momento tenía una habitación alquilada en casa de la pareja salió al balcón de la vivienda para pedir ayuda. Pudo hablar con un vecino, que se adentró en el bloque incendiado.
Al ver que tardaba en volver a salir, la mujer brasileña se desesperó y decidió escapar saltando la barandilla. Su plan era aterrizar en el tejado del edificio contiguo, pero resbaló y cayó al vacío, lesionándose la columna de gravedad. Actualmente, se encuentra ingresada en el Hospital 12 de Octubre con una posible fractura vertebral.
Denis también saltó por el balcón. Los vecinos recuerdan la imagen con pavor: un hombre cayendo al suelo con llamas de fuego por la espalda y pidiendo ayuda a voces. Acabó con varios traumatismos y quemaduras de segundo grado en el 40% de su cuerpo. Los servicios de emergencia le intubaron y le trasladaron a la UCI del Hospital Universitario La Paz, donde permanece en estado muy grave.
"Esto es violencia de género"
El fuego se propagó con gran velocidad y fueron necesarias hasta cinco dotaciones de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid y 90 minutos para sofocarlo. Las llamas afectaron también a la vivienda inmediatamente superior, el tercer piso. Allí reside Vicente, el propietario del piso de la pareja. Por fortuna, él y su familia se encontraban de vacaciones en su pueblo la noche del suceso, con lo que no sufrieron ningún daño.
Los habitantes de la primera planta -un matrimonio con su hija de tres años- tampoco se vieron afectados por el incendio, aunque los tres tuvieron que ser atendidos por una psicóloga del Samur.
A la luz del día siguiente, la fachada del edificio de tres plantas ennegrecida por el fuego presidía la calle de Gómez Acebo. Los vecinos, congregados en la acera de enfrente, comentan el suceso con pavor e indignación. Su hipótesis sobre el acontecimiento es la misma: Denis quería acabar con la vida de Irene. Algunos afirman que ella fue agredida físicamente por su pareja antes de prenderse fuego, otros lo niegan. Pero todos están de acuerdo con las palabras de Angelines, la peluquera: “Esto es violencia de género”.