Ni coche diésel, ni híbrido, ni eléctrico: la revolución del hidrógeno, que se carga en 5 minutos
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Los coches con hidrógeno como combustible son el futuro. Así lo ha dejado ver hace unos días Hyundai en el Salón del Automóvil de París, la exposición de vehículos más longeva, con 120 años a cuestas. “La energía de hidrógeno es la clave para construir una sociedad más sostenible”, dice el Dr. Woong-Chul Yang, vicepresidente de la compañía surcoreana.
Atrás quedan el gasóleo y la gasolina; incluso los híbridos y los eléctricos, considerados los automóviles del mañana. Y es que “un beneficio adicional de los de pila de combustible es que filtran y purifican el aire allí por donde circulan”, según ha comunicado de Hyundai sobre el NEXO, el último modelo de la casa que revolucionó el Salón del Automóvil de París. “El NEXO reduce el equivalente a las partículas de polución producidas por dos coches diésel en un trayecto de la misma distancia”, continúa.
Cuando el aire circula a través del filtro del NEXO, el “99,9% de las partículas son purificadas”, cosa que también puede ver el conductor en una pantalla que le indica cómo el coche contribuye a limpiar el medioambiente. El hidrógeno es uno de los elementos más comunes del universo, es el más ligero y no es contaminante. “Como todos los combustibles, requiere de una manipulación adecuada. Pero no más allá del apropiado uso que se debe hacer de la gasolina, el diésel o el gas natural”, dicen desde Hyundai.
Cómo funcionan los vehículos a hidrógeno
Existen dos tipos de motores que emplean hidrógeno: los motores de combustión –que queman el gas en un motor de explosión- y los motores de conversión de pila de combustible, que utilizan el hidrógeno para producir electricidad.
En la combustión, “el hidrógeno se quema en un motor de explosión, de la misma forma que la gasolina”, explican desde el portal coches hidrógeno. Una vez que se ha obtenido el hidrógeno que se introducirá a las células, se lleva a cabo un proceso de electrólisis o descomposición. Los costes de este proceso son bastante elevados.
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Hyundai fue el primero en introducir la pila de combustible en 2013 con el modelo Tucson. La pila de combustible funciona a través de “un proceso electroquímico que se produce al mezclar hidrógeno con oxígeno y provocar la propulsión del vehículo”, explican desde la compañía surcoreana. Durante la mezcla de estos dos gases, se genera electricidad que pasa a unas baterías y de éstas al motor, “con la única emisión de vapor de agua y nitrógeno”.
A pesar de ser pionero, Hyundai no es la única empresa que está apostando por el hidrógeno. Grandes compañías como BMW, Audi, Fiat, General Motors, Ford, Mercedes Benz, Peugeot o Volkswagen cuentan con flotas de vehículos que funcionan con este gas. Estos son los principales modelos a hidrógeno.
Diferencias entre el coche eléctrico y el de hidrógeno
Aunque se pensaba que los vehículos eléctricos serían los que terminaran por conquistar el asfalto, este tipo de transportes no termina por convencer del todo a los conductores. Uno de los principales motivos es el tiempo de carga y que, aunque hay diversidad de puntos de recarga, todavía no son suficientes. “El principal beneficio del automóvil de hidrógeno es que no se recarga con enchufe. Tienen baterías para ello”, dice Mario Arnaldo, Presidente de Automovilistas Europeos Asociados. La diferencia entre uno y otro es abismal: mientras un coche eléctrico tarda aproximadamente 8 horas en cargarse, a uno de hidrógeno le toma 5 minutos.
Los coches eléctricos son más para el uso urbano a diferencia de los de hidrógeno que tienen una autonomía similar a los de gasóleo y gasolina. Es decir, pueden recorrer largas distancias. Por ejemplo, en 2014, el Hyundai ix35 consiguió recorrer la mayor distancia que un automóvil, hasta esa fecha, había hecho con un solo depósito de hidrógeno. Para ello dos eco-pilotos noruegos recorrieron 700km, a una velocidad media de 76km/h, de Noruega a Dinamarca, pasando por dos ciudades suecas.
El problema entre unos y otros también radica en el precio. Mientras un coche eléctrico oscila entre los 21.000 y los 38.000 euros, el nuevo modelo de Hyundai, NEXO, alcanza los 70.000 euros.
Futuro lejano para España
“El hidrógeno es algo muy residual en España”, dice Mario Arnaldo. Él estima que los vehículos con este tipo de combustible todavía no representan una competencia para los eléctricos en el país. “Los costes son tan elevados que no hay amortización”, dice. Pero sobre todo, España no cuenta aún con la infraestructura necesaria para la recarga de los vehículos de hidrógeno.
En un mapa elaborado por H2Stations, puede verse que España sólo cuenta con seis hidrogeneras. Una, de acceso público –el Centro Nacional de Hidrógeno en Castilla-La Mancha– tres, con cita previa en Zaragoza, Huesca y Sevilla y dos más, Albacete y Barbastro (Huesca) con acceso restringido y sólo 4 proyectos para futuras hidrogeneras. España se queda muy corto compitiendo contra los líderes: Japón, con 91 puntos de recarga de hidrógeno; le siguen, Alemania con 45 y EEUU con 40.
Otra alternativa para cuidar el ambiente y que reduce los costos de comprarse un auto nuevo, sería una reforma que permitiera a los conductores modificar los motores de sus vehículos, como explica Sebastián, mecánico. Hace tiempo se dio cuenta que el hidrógeno contaminaba menos el ambiente y quiso adaptar su vehículo para utilizar este gas como combustible. No es posible, necesita la homologación del fabricante.