Bien porque se "ha perdido la sensibilidad" hacia este problema, bien porque la crisis ha priorizado otras cuestiones o bien porque la seguridad vial perdió interés social y "se cayó de la agenda", lo cierto es que el director de la DGT, Pere Navarro, se ha encontrado en su segunda etapa en la DGT con una situación que le llevó a exclamar: "Dios mío, ¿qué ha pasado?".
Y "como no podemos perder tiempo, porque no hay tiempo que perder", Navarro tiene sobre la mesa ya medidas "concretas, posibles, útiles y realizables", consciente de que ante lo que resta de legislatura, tiene que hacer en un año lo que normalmente se haría en cuatro.