En Baró de Viver no se celebró la Navidad. No con la alegría de otros años. En vísperas de las fiestas, el día de la lotería, tuvo lugar una tragedia en este barrio de Sant Andreu (Barcelona): uno de los vecinos más queridos fue acribillado a tiros en un parque. Lo mataron después de haber mantenido una pelea con un clan gitano tras la agresión a una mujer. Justo un mes después, el 22 de enero, algunos vecinos proponían brindar con cava. El motivo es que la policía había conseguido detener a los presuntos asesinos.
La familia de Edu todavía no sabe mucho más. Después de un mes esperando, los Mossos llamaron precisamente el día que los padres de Edu tenían el teléfono apagado. Tuvieron que ponerse en contacto con la familia de la viuda para comunicarle las novedades: los prófugos habían sido capturados. La huida de un mes se había acabado a más 800 kilómetros del barrio. En el municipio de Roquetas de Mar, Almería. Ahí se refugiaban los miembros del Clan de los Pistoleros. O los Pistolas. O “los renegados de Los Pelúos”, el clan de Can Tunis que ya los repudió. Muchos nombres para una sola familia que tenía amedrentado al vecindario de Baró de Viver desde que llegaron.
Olga y Pedro, los señalados por el barrio
Todavía no se tienen muchos más detalles de la operación: solamente la confirmación de que los dos arrestados por homicidio doloso han sido Pedro Santiago Muñoz, presunto autor material del crimen, y Olga Buendía, su mujer. Son las dos personas a las que los testigos del crimen señalan directamente. Las dos personas cuyos rostros fueron revelados por los vecinos mediante carteles, para intentar su localización.
En la operación policial, que se ha llevado de forma conjunta por los Mossos d’Esquadra y el Cuerpo Nacional de Policía, se han practicado otras tres detenciones en la misma vivienda de Roquetas de Mar: tres personas que forman parte del núcleo familiar, que no habrían participado directamente en el crimen, pero que serán juzgados por encubrimiento.
Olga estaba muy nerviosa
Los testigos cuentan que Olga era la más beligerante del clan, al menos el día de autos. Más todavía que su marido Pedro, que fue el que presuntamente descerrajó cuatro tiros a Edu. Alguna persona del entorno de la víctima habló con ella las horas antes del crimen y, según aseguran, "estaba muy nerviosa, como ida, sólo quería pillar a Edu". Y lo pillaron al filo de las diez de la noche.
Se trata de una familia que había llegado al barrio tras la demolición de Can Tunis y a los que no se le conocía oficio. Afirman en el barrio que vivían del narcotrafico de drogas duras. Son muchos los vecinos que citan episodios violentos protagonizados por Los Pistoleros, apodados así por su facilidad para sacar la pistola.
Recién salido de la cárcel
Pedro había cumplido condena recientemente por otro delito violento. No llevaba ni un año fuera de presidio. De hecho, la etapa de mayor tranquilidad en el barrio coincidió, según algunos vecinos, con la estancia del presunto homicida en la cárcel. Pero tras su puesta en libertad habían vuelto los choques con Edu, un exluchador de grecorromana muy implicado en las actividades del barrio y con fama de no intimidarse con facilidad.
Tras el asesinato, Olga, Pedro y otros miembros del clan se escondieron en una vivienda cerca de la playa de una zona costera de Almería, en un municipio en el que todavía conservan a familiares y en el que han conseguido vivir durante un mes sin que la policía los detenga.
Un largo historial de peleas
Finaliza así la primera parte de una historia que ha tenido en vilo a la familia Colmena durante 30 largos días. Esta pesadilla antes de navidad empezó la noche del 21 de diciembre. El exluchador de grecorromana Eduard Colmena tuvo una pelea con Pedro Santiago, líder del Clan de los Pistoleros. El motivo fue una presunta agresión a una mujer. Era este el culmen de un largo historial de conflictos entre ambos protagonistas. Eran muchas las veces en las que Edu y Pedro se habían visto las caras. Estos encontronazos acaban, por norma general, con Eduard haciendo valer su superioridad física y sometiendo a su adversario.
Pedro y su clan se tomaron la afrenta como una cuestión de vida o muerte. Amenazaron a Edu con quitarlo del medio. El exluchador, sabedor de las formas violentas del clan, se encerró en su casa durante todo el día 22. Quería evitar un encontronazo. Pero los miembros del clan loesperaron en la calle durante todo el día, apostados en esquinas. Cuando Edu tuvo la obligación de salir a la calle para pasear a Xena y Gabbana (sus perras), alguien lo abordó en el parque y lo mató de 4 tiros. Todo el clan huyó.
Un velatorio en La Mina que nunca existió
Desde entonces no ha vuelto a haber información fehaciente del paradero de los Pistoleros. 9 días después del crimen, circulaba por un aún conmocionado barrio de Baró de Viver un rumor: el más anciano de los Pistoleros había fallecido y la familia estaba velando su cadáver en el barrio de La Mina. Tras un par de días de incertidumbre, fueron los propios Mossos los que desmintieron tal información: no les constaba siquiera que ese hombre hubiera fallecido.
En realidad, la investigación iba por otra parte. Fueron muchos los ojos que presenciaron el asesinato. Para los presuntos autores no era seguro quedarse en el entorno de los hechos. Por eso pusieron pies en polvorosa. Se largaron en dos fases: la primera, el mismo sábado por la mañana, antes de que se cometiese el crimen. A sabiendas de que iban a cometer un delito grave, trataron de poner a salvo a la parte de la familia que no tenía nada que ver con el asunto.
El resto se largaron por la noche, después de la muerte de Edu. Una huida que les llevaría a Andalucía, donde tiene su origen este clan. Concretamente al municipio costero de Roquetas de Mar. Allí conservan familia y estaba lejos de la investigación de los Mossos.
Mossos desplazados a Almería
Al salir del territorio catalán, la policía autonómica catalana empezó una operación con la Policía Nacional y las brigadas de la policía judicial de Barcelona y Almería. Ha sido allí donde los han localizado, el día que se cumplía un mes del asesinato. Según fuentes próximas a la investigación, el propio Mossos d’Esquadra que inició la investigación se ha desplazado hasta esta localidad almeriense para estar presente durante la detención.
Ahora a esperar. La investigación sigue bajo secreto y la familia recibirá novedades en breve. Pero al menos tienen la certeza de que las personas que presuntamente mataron a Eduard ya se encuentran a punto de pasar a disposición judicial. No es navidad, pero en Baró de Viver tienen algo que celebrar, aunque sea amargamente.