El último rescatador de Julen: "He pensado en mi familia y en la de mis compañeros"

Nicolás Rando vivió en primera persona los últimos momentos del fatal desenlace que ponía fin, por este orden, a 13 días de esperanza, miedo,desesperación y tragedia. El cuerpo sin vida de Julen yacía en el fondo de un pozo ilegal en las entrañas de la montaña de Totalán. 71 metros más arriba reinaba el silencio. Muchos lo esperaban, pero pocos habían pensado en lo que ocurriría llegado ese momento.

"Han sido momentos de tristeza, cada uno se ha sumido en sus pensamientos. Piensas en tu familia, en la de los compañeros y en la de todos los que hemos trabajado como un equipo único" explica Rando, agente del Equipo de Rescate Especial de Intervención en Montaña de la Guardia Civil (Ereim), visiblemente emocionado. 

Igual de abatido, el sargento del grupo de actividades subacuáticas de la Guardia Civil Alfredo González, resume la experiencia vivida en la superficie: "Cuando vimos salir a los compañeros con el cuerpo del pobre Julen, nos vinimos todos abajo porque teníamos la esperanza, aunque mínima, de poder encontrarlo con un poquito de vida. Ha sido muy doloroso y muy duro. Son momentos que están grabados en la memoria y que va a ser muy difícil de olvidar".

Durante la tarde del sábado, mientras los últimos mineros y compañeros del equipo de rescate recogían sus pertenencias del hotel Rinconsón, donde han estado alojados estos días, el jefe de la Brigada de Salvamento Minero desplazada desde Asturias, Sergio Tuñón, ha querido trasladar el pésame a la familia de Julen: "No tuvimos la oportunidad de trasladar el pésame a la familia ayer, porque dadas las horas y cómo acabó todo no pudimos", ha afirmado Tuñón en una breve comparecencia ante los periodistas en el hotel de Rincón de la Victoria (Málaga) donde se aloja la brigada.