El camionero que impactó de frente este pasado jueves el vehículo que conducía contra una furgoneta en la que viajaban cinco trabajadores, los cuales perdieron la vida, dio negativo en el test de alcoholemia y drogas al que fue sometido, según confirman fuentes conocedoras del caso.
El choque mortal se produjo en la carretera A-394, entre las localidades sevillanas de Arahal y Utrera. Sucedió sobre las 06.35 horas de ayer. La furgoneta impactó de frente contra un camión que llevaba láminas de cobre en el interior del contenedor que cargaba en su remolque.
Los cinco trabajadores, empleados de la empresa Monferra, dedicada a la instalación de montajes ferroviarios, murieron en el acto. Volvían de Loja (Granada), donde habían estado trabajando en el acondicionamiento de las vías del AVE desde principios de la semana pasada. Iba y volvían cada día. Cada jornada salían a la seis de la tarde y retornaba al día siguiente sobre las siete de la mañana.
"Se ha quedado dormido"
El camionero resultó herido grave a causa de numerosas contusiones en distintas zonas del cuerpo, aunque su pronóstico es favorable. Ingresó en el Hospital Virgen de Valme en Sevilla, donde dio negativo en la prueba de alcoholemia y drogas al que se le sometió. Si se confirma el despiste o que se quedó dormido podría ser acusado de homicidio imprudente.
La Guardia Civil investiga las circunstancias exactas del accidente. Los primeros indicios apuntan a que el camionero habría invadido el carril contrario hasta chocar de frente con la furgoneta. La investigación dictaminará si el conductor se durmió, cometió una imprudencia al volante o si se encontraba realizando un adelantamiento.
Diario de Sevilla cita a Concepción Rodríguez, hermana de una de las cinco víctimas. "Ha sido culpa del camionero, que se ha quedado dormido, nos lo ha dicho la Guardia Civil. Pero si mi hermano no hubiera estado en la carretera no habría muerto. Es mucha distancia la que hay".
Familiares de varios de los fallecidos se quejaron de que los cinco hombres que murieron recorrían cada día alrededor de 210 kilómetros en cada trayecto. Las víctimas tenían entre 19 y 48 años. El de mayor de edad era Miguel Montenegro Guisado. El menor, Antonio Cortés Santos. Los otros tres se llamaban Manuel Rodríguez Barrera, José María Pérez Marchena y Juan Bornes Gómez.