¿Qué pasó en la casa en que asesinaron a Marta del Castillo? ¿Sólo Miguel Carcaño y ella estaban allí? ¿Nadie más, aparte de 'El Cuco', ayudó a Carcaño a deshacerse del cadáver de la menor sevillana? ¿Por qué contó 'El Cuco' en una confesión que nunca llegó a manos de la justicia que al llegar allí el hermanastro de Carcaño lo amenazó? ¿Quién era esa mujer que dijo ver en la casa pero que no reconoció, y que se le escucha decir en una grabación recogida por un infiltado?
10 años después, el caso Marta del Castillo sigue arrojando zonas de sombras. EL ESPAÑOL ha publicado durante esta última semana varias informaciones que subrayan las lagunas que sigue habiendo en torno a un caso que paralizó durante días a toda una ciudad, Sevilla, y que conmocionó al país.
Los hechos
El 24 de enero de 2009, Miguel Carcaño, de 21 años, mató a Marta del Castillo (17) en su casa del número 78 de la calle León XIII de Sevilla, muy cerca del Parlamento andaluz y a sólo unos minutos en coche o en moto del río Guadalquivir. Sucedió cerca de las nueve de la noche. Antes, Miguel había llevado en su scooter a Marta a ver a un amigo hasta el barrio de Triana. Aquel encuentro apenas duró cinco minutos.
Después del fallecimiento de su madre, Carcaño convivía en aquel inmueble con su hermanastro, Francisco Javier Delgado, aunque Miguel llevaba unos meses yendo y viniendo entre dicha residencia y la casa de la que era su pareja por ese entonces, una adolescente de Camas (Sevilla).
Desde entonces, y han pasado ya 10 años, el cadáver de Marta del Castillo sigue sin aparecer. “Yo sólo quiero saber ya dónde está mi hija y tener un sitio al que ponerle flores”, dice su padre, Antonio del Castillo. “Y no me dejan hacerlo”.
Durante los últimos días este periódico ha desvelado una serie de conversaciones grabadas por un hombre que se infiltró en el entorno de Francisco Javier Romero García, un chico de 15 años apodado ‘El Cuco’. El menor estuvo aquella noche en el piso de la calle León XIII, vio el cadáver de Marta y ayudó a Carcaño a deshacerse de él. Eso dicen dos sentencias.
600 horas de conversaciones
Esas grabaciones, que suman alrededor de 600 horas, nunca llegaron a manos de un juez. Se hicieron fuera de la ley. La Policía, años después, desacreditó en sede judicial al topo que las grabó. Dijo que sólo era un simple “delincuente” que decía “paparruchadas”.
Pero como adelantó este periódico este pasado viernes, el infiltrado era un viejo conocido de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) así como de otras unidades de la jefatura superior de la Policía Nacional de Sevilla.
Durante casi dos años y medio, Óscar, el topo, se aproximó tanto a la familia de ‘El Cuco’ que llegó a enamorar a la madre del menor, Rosalía García. Se metió en su casa, convivió con ella y estuvo presente durante numerosas reuniones de Rosalía y de su marido, Ángel Romero, con la Policía, con su hijo o con el abogado del propio adolescente. Fue tan cercano al chico que éste le llamaba “primo”.
En esas grabaciones se evidencia la presión con la que trabajó la Policía en su día, cómo la propia madre de ‘El Cuco’ pudo orquestar una estrategia para encubrir a su hijo o cómo el GRUME conocía que Rosalía García mentía y, sin embargo, nunca lo trasladó al juez.
En este reportaje, en base a las aportaciones de las grabaciones hechas por el infiltrado, hacemos un análisis del caso y explicamos las dudas que siguen existiendo en torno a cómo se produjo la muerte de Marta del Castillo.
1. “Debió hacerse cargo Homidicios”
El Grupo de Menores (GRUME) de la Policía Nacional en Sevilla asumió la investigación del caso por la desaparición y muerte de Marta del Castillo. En el momento que Miguel Carcaño confiesa que mató a la menor, la lógica policial indicaba que lo asumiera el Grupo de Homicidios de la Policía Judicial. Sin embargo, siguió en manos del GRUME.
Un funcionario policial de alto rango explica a EL ESPAÑOL que, una vez se produce la confesión de Carcaño, el cambio de grupo investigador debió realizarse. “Mi opinión es que se hubiera hecho cargo del tema Homicidios, e incluso Homicidios central”, dice, en referencia a los compañeros de Madrid.
En una de las grabaciones hechas por el infiltrado a la por entonces era jefa del GRUME se le escucha decir: “No me tengáis agobiada como me habéis tenido durante año y medio. Dadme un margen de tiempo. No me dejáis trabajar. Es que no nos han dejado trabajar. No se hacen las cosas como se debe”. En ese momento ya ha terminado la instrucción judicial del caso, pero la Policía sigue teniéndolo encima de la mesa.
2. El infiltrado: ¿colaborador o simple delincuente?
El topo que se infiltró en el entorno de ‘El Cuco’ no era un simple “delincuente” que decía “paparruchadas”, como explicó la Policía en sede judicial. Según un documento confidencial que este viernes desveló EL ESPAÑOL, Óscar -nombre falso; su identidad es otra- colaboró anteriormente con este cuerpo durante “varios años” y ayudó a esclarecer “diversos delitos”.
El infiltrado en el entorno de ‘El Cuco’ grabó 600 horas de conversaciones del menor, de sus padres, de su abogado y de todos ellos con la propia Policía durante los encuentros con los investigadores. En una de ellas se escucha a ‘El Cuco’ (condenado por encubrimiento) decir que quería cambiar su confesión, que ya no tenía miedo a Francisco Javier Delgado (absuelto), hermano del asesino confeso, Miguel Carcaño, y que él mismo limpió con una fregona la escena del crimen. “Le pegué dos pasás y me fui”, se le escucha decir.
Pese a la intención de los investigadores por desligarse de Óscar, éste sí guardaba una estrecha relación con la Policía. Así se refleja en un documento fechado el 23 de mayo de 2008, ocho meses antes del asesinato de Marta del Castillo en un piso de la calle León XIII de Sevilla.
En él, el inspector jefe de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Sevilla admite que Óscar, “desde hace varios años y de forma totalmente desinteresada, viene colaborando con esta unidad”. Añade que ha colaborado con otras unidades de la Policía y que, gracias a su labor, ha ayudado al esclarecimiento de varios casos.
Pero un miembro del Grupo de Menores (GRUME) de la Policía Nacional en Sevilla, equipo que llevó a cabo las investigaciones por la muerte de la joven sevillana, dijo en sede judicial que Óscar era un simple “delincuente” que, como otros, se acercó con informaciones que no eran más que “paparruchadas".
Esa aseveración acerca de Óscar la realizó un inspector del GRUME ante un juez el 8 de enero de 2016. Esa fecha, el agente comparecía en el juicio que se estaba celebrando en el Juzgado de lo Penal 10 de Sevilla contra los padres del entonces menor -condenado en marzo de 2011 por encubrimiento del asesino confeso, Miguel Carcaño- y contra el propio infiltrado. Se les juzgaba por quebrantar una orden de alejamiento que se le había impuesto a ‘El Cuco’ sobre los padres de Marta del Castillo.
Aquel día, Francisco Javier García sobrepasó el límite de poder acercarse a la casa de la menor asesinada a menos de 50 kilómetros. Esto sucedió el 14 de noviembre de 2010 en la autopista AP-4 que une Cádiz con Sevilla, durante una salida de ‘El Cuco’ del centro de menores en el que estaba. El coche en el que viajaba lo conducía el infiltrado. Aquel día, domingo, Francisco Javier García tenía permiso para abandonar dicho centro durante unas horas.
3. ¿Permitió la Policía mentir a Rosalía García?
La semana pasada, el magistrado titular del juzgado de Instrucción número dos de Sevilla, Carlos Mahón, procesó por un delito de falso testimonio a Francisco Javier García, ‘El Cuco’, y a su madre, Rosalía García. Podrían ser condenados a tres años de prisión.
Mahón asegura en su auto de procesamiento que “no es cierto que sobre las 23.30 horas del referido día se encontraran” 'El Cuco' y su padrastro en las inmediaciones de su domicilio “cuando éste iba a tirar la basura”. “Y de otra parte”, el magistrado instructor asegura que Rosalía y su marido estuvieron fuera de su casa “hasta las 4.30 o 5 horas del día 25 de enero de 2009”.
El GRUME de la Policía Nacional, en cambio, sabía que Rosalía García mentía ya mucho antes del juicio. Esa información, según varias grabaciones que realizó el infiltrado, se le expuso a la propia madre de ‘El Cuco’ para presionarla, pero nunca se le trasladó al juez que instruyó el caso.
En uno de esos audios, el número dos en el escalafón del GRUME en Sevilla dice: “No vayamos a joder más las cosas. Que ya bastante jodida tiene la cosa. Lo tiene muy mal, porque aparte de esto hemos estamos hablando de cosas que son verdad, que yo lo sé porque las he vivido. [En referencia a Rosalía] Visitas que has tenido, dónde has estado, qué es lo que has hecho, dónde estuviste esa noche... Todavía, con todo y con eso, si algo he escuchado son todo mentiras”.
En otra grabación, a ese mismo agente se le escucha decir: “[El Cuco] Está asustado. Pero para eso está su madre. Para que coja el toro por los cuernos y diga, bueno, mi hijo tiene miedo, pero yo no tengo miedo y lo voy a decir. Eso es lo que hay. Aquí ya se plantea esto de otra manera. Aquí ya se plantea esto de otra manera. Ya no hay que hacer nada de nada. Aquí ya lo único que hay que hacer es trabajar con lo que tenemos, salvar a esta mujer de eso y otras cositas que tenemos, y al niño”.
4. "Unos niñatos se rieron de los policías"
En mayo de 2009, tres meses después de la muerte de Marta del Castillo, el magistrado titular del Juzgado de Instrucción 4 de Sevilla dio por concluida la investigación del caso tras escuchar a todas las partes implicadas en el mismo. Sí dejó abierta la posibilidad de seguir buscando el cadáver de la menor asesinada.
El padre de Marta, Antonio del Castillo, asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL que “la investigación” por la muerte y desaparición de su hija “no se hizo bien”. A su juicio, el grupo de Homicidios de la Policía “debió hacerse cargo del caso”.
Antonio del Castillo compara la celeridad con que se cerró la investigación del asesinato de su descendiente con “los dos años” que ha tardado en procesarse a Rosalía García y a su hijo, ‘El Cuco’, por un presunto delito de falso testimonio.
“Con mi hija no se hizo justicia. Unos niñatos se rieron de los policías, lo tengo muy claro”, dice en una conversación telefónica a mitad de semana.
5. Dos sentencias contradictorias
En enero de 2012, la Sección Séptima de la Audiencia provincial de Sevilla condenó a Miguel Carcaño por el asesinato de Marta a la pena de 20 años de cárcel. El Tribunal Supremo amplió luego en 15 meses dicha condena.
Los otros tres acusados, Francisco Javier Delgado, María García Mendaro y Samuel Benítez fueron absueltos por la debilidad de las pruebas de cargo presentadas en su contra por las acusaciones.
Con esta resolución, deliberada por tres magistrados de un tribunal, llegaron las primeras contradicciones con respecto a la sentencia de ‘El Cuco’, emitida en enero del año anterior, y ponía de manifiesto los peligros del doble enjuiciamiento por separado de unos mismos hechos.
Las dos sentencias discrepan en aspectos tan fundamentales como quiénes participaron en las labores para hacer desaparecer el cuerpo y los horarios en los que sacaron el cadáver del piso de León XIII.
El juez que condenó a ‘El Cuco’ señaló una posible participación en el encubrimiento del crimen de Samuel Benítez y de Javier Delgado, algo que la Audiencia descartó en su posterior resolución.
Ambas sentencias coincidían en que Miguel y Marta estaban solos en el piso cuando se produjo la muerte de la adolescente, pero a partir de ahí difieren sobre las personas que intervienen en los hechos.
El juez de Menores incluye a Samuel en las labores para ocultar el cuerpo y argumenta que se deshicieron del cuerpo “en una hora no determinada de la madrugada del 25 de enero de 2009”.
Pero la Audiencia rechazó esta tesis horaria, al afirmar que Marta fue asesinada entre las 21:00 y las 22:15 del 24 de enero, y que el cuerpo fue sacado en esta franja de tiempo por Miguel, ‘El Cuco’ y un "tercero desconocido".
¿Qué hubiera pasado si parte del contenido de esas grabaciones efectuadas por el topo hubieran llegado a manos del juez instructor? ¿Por qué la Policía, si no confiaba en el infiltrado, le permitió estar presente en numerosas reuniones con los padres de 'El Cuco? ¿Por qué, al escuchar de boca del menor que quería dar una nueva versión -algo que no hizo por presiones de su abogado- no actuó de oficio y dio trasladó al juzgado?
Son muchas las dudas que sigue despertando el caso. La única verdad es que hoy, una década después del asesinato de Marta del Castillo, el cadáver de la hija de Antonio y Eva Casanueva siguen aparecer y ellos todavía siguen sin poderle llevar flores a los restos de la mayor de sus tres hijas. La misma que "unos niñatos" quitaron de en medio.
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