Susqueda, el Alcàsser catalán: 550 días del asesinato de la pareja y sólo hay sospechosos
El asesinato de Marc y Paula el 24 de agosto de 2017, cuando iban a una presa a hacer kayak, está lejos de resolverse. La lista de implicados en el suceso es larga y variopinta.
3 marzo, 2019 02:24Noticias relacionadas
El crimen de Susqueda lleva camino de convertirse en el Alcàsser catalán: un brutal asesinato múltiple de unos jóvenes cuyo error fue estar en el momento justo y el sitio equivocado. Y sin resolver. Reúne tantos elementos de guión cinematográfico, que ha hecho que incontables versiones del crimen se hayan desbocado ya por los foros. También porque todos coinciden en que ha habido varios errores de bulto en la investigación, como en el triple asesinato de las niñas. Pero, sobre todo, es singular por el elevado número de personas que hay implicadas de algún modo. Todas de perfiles muy variopintos y ninguna en la cárcel.
El caso sigue abierto, pero estancado y muy lejos de resolverse. Al contrario, cada día aparecen más elementos que lo embrollan: un exlegionario con problemas de convivencia, un francés con la mano rajada, dos navegantes barbudos de Calella, un ladrón búlgaro con un Audi A3, una fiesta electrónica con mucha droga, una comuna de belgas, un hombre huyendo con el torso desnudo o un coche alemán abandonado con varios rollos de cuerda dentro. Estos son algunos de los elementos que se suman al nombre de Jordi Magentí en un caso de película.
Los trágicos protagonistas son Marc Hernández y Paula Mas. Una ejemplar pareja de novios de 23 y 21 años del Maresme que desaparecieron el 24 de agosto de 2017. Iban a navegar en kayak por el pantano de Susqueda (Girona). Nunca los volvieron a ver con vida. Sus cadáveres tiroteados aparecieron flotando en la presa 32 días después. La policía detuvo por el crimen a un cazador de Anglés con antecedentes por asesinato. Pero esta vez lo han soltado por falta de pruebas.
¿Qué sucedió exactamente aquella trágica mañana de verano? ¿Quién mató a Marc y Paula y hundió sus cuerpos, metidos en una furgoneta, en el fondo del pantano? ¿Cuáles son las claves de este caso?
Clave 1: El entorno
“Als pobles de Girona
hi ha més màfia que a Barcelona”.
Aforismo
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En los pueblos de Girona hay más mafia que en Barcelona. Es una especie de aforismo catalán de nuevo cuño que nos canta el dueño del bar Font del Canyo de Anglès (Girona). Mitad refrán, mitad leyenda negra, señala a los pueblos de esta provincia como lugares clave para el delito. Lejos de los focos de la gran ciudad. Aislados entre montañas y lagos. Cerca de la frontera. El mejor sitio donde esconderse. Lugares donde nunca pasa nada. O donde sí que pasa, pero nunca se sabe.
“Este pantano es como el Bronx, por la delincuencia que hay”; le contaba un pescador de la zona a la periodista Tura Soler de El Punt. Los robos de coches son habituales en el área. Dibujan los lugareños un escenario similar al de los Ozarks norteamericanos: un precioso paraje con un lago que atrae a mucha gente de paso. Un idílico escenario en el que se ocultan plantaciones de droga, díscolos residentes y una incipiente vida nocturna clandestina. De hecho, el día de autos se estaba celebrando en la zona una rave en el bosque, un botellón en un puente y el festival de música Bioritmic.
Clave 2: Jordi Magentí (padre)
“Yo soy inocente. No he hecho nada. Eso lo juro por dios”.
Jordi Magentí (padre) llorando en su declaración ante el juez.
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Jordi Magentí estuvo en la lista desde el primer momento. Un 'malo' muy evidente para esta película. Un cazador y pescador de Anglés que mató a su mujer de tres tiros en 1997. Cumplió 12 años de prisión. Ahora se dedicaba a cuidar de la plantación de marihuana de su hijo. El día de autos estaba pescando en la zona en la que desparecieron Marc y Paula.
Los Mossos estudiaron llamadas, cámaras de vigilancia, cruzaron datos y detuvieron a Jordi, cuya segunda esposa acababa de largarse a su Colombia natal. Jordi Magentí padre entró en prisión defendiendo su inocencia a gritos ante los medios. Pero lo que parecía un caso resuelto con rapidez, se acabó torciendo. EL ADN que encontraron en su ropa no es de los asesinados. Magentí fue liberado por falta de pruebas.
Ahora, Magentí apenas sale de su casa. Vive con su madre recluído y sólo se deja ver el último día de cada mes, que es cuando tiene que acudir a firmar por su situación de libertad provisiona. No habla con los vecinos y toma el café en un bar chino, cuyo dueño desconoce su historia. EL ESPAÑOL ha intentado hablar con él pero guarda absoluto silencio.
Clave 2: Jordi Magentí (hijo)
“Sospechan algo de nosotros, ¿vale? Vienen de buen rollo, pero vas a ver cómo vienen y nos dan por culo”.
Jordi Magentí hijo, en conversación telefónica con su padre, hablando sobre la policía.
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Un personaje clave en esta historia. Tiene 26 años y se dedica a plantar marihuana. Algunos vecinos confesaron al programa de Ana Rosa (Telecinco) que es un tipo violento que había amenazado a alguno de los jóvenes del pueblo por deberle 100 euros de droga.
El pequeño de los Magentí es hijo de Toñi, aquella mujer asesinada por Magentí padre en 1997. Sorprende que el chico no le guarde ningún rencor a su primogénito por aquello. Lejos de eso, el padre le cuida la plantación de hierba al hijo.
Magentí hijo llamó a su padre días después del asesinato de Marc y Paul para decirle que la policía sospechaba de ellos. Su padre, muy contrariado, le ordenó que no hablase de esos temas por teléfono. Los Mossos lo detuvieron, Magentí hijo se negó a declarar y fue puesto en libertad. Las familias de Marc y Paula no entienden que, si no tiene nada que ver con el suceso, opte por no declarar.
Clave 3: El exlegionario conflictivo
“Esta noche le he robado sacos de dormir y comida a dos”.
Publicación en sus redes sociales la mañana de autos de este exmilitar.
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Hay una figura en esta historia cuyo papel es una incógnita. Un exlegionario de larga y canosa melena. Un tipo que malvive por la zona y que ha mantenido varios conflictos con algunos vecinos del área. Una persona con serios problemas para sociabilizar. Un tipo con mal carácter y buen manejo de las armas de fuego.
Este sujeto presumió en sus redes sociales de haber robado comida y sacos de dormir a dos personas durante la noche previa al asesinato, refiriéndose además a las víctimas con mucho desprecio. La policía descartó que se tratase del presunto asesino, por lo que no lo retuvo. Ahora, tras varios giros en la investigación, ha sido requerido, pero se encuentra en paradero desconocido.
Clave 4: El francés ensangrentado
“Tengo sangre en la mano porque me he caído y me he hecho una herida”.
Victor Pierre Veyrier, en declaraciones a los Mossos.
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La misteriosa comuna belga que residía en el entorno del pantano es otro de los núcleos a investigar en este turbulento caso. Tres ciudadanos belgas (Laurent, Gi y Olivier) y un francés (Victor) vivían en la finca Mas Llomar. En el momento del asesinato, dos de los belgas estaban durmiendo y el otro se encontraba en otro punto del bosque realizando tareas. Sólo el francés, Victor Veyrier, estaba solo y por la zona en la que desaparecieron los cuerpos de Marc y Paula.
Victor fue preguntado por los Mossos d’Esquadra, ya que tenía sangre en la mano. Las explicaciones del galo no fueron muy contundentes y se refirió a una presunta cañida que había tenido en el bosque. La policía autonómica consideró que era suficiente y lo dejó marchar. Victor se largó de nuevo a Francia.
Ahora ha sido requerido por un juez de Santa Coloma de Farners (Girona) para que que vuelva a declarar. Sin embargo, el francés no ha comparecido. Se encuentra en paradero desconocido desde que abandonó España.
Clave 5: Los dos navegantes barbudos de Calella
"Vi una barca con motor eléctrico con dos individuos de negro con barba y que al verme marcharon rápidamente".
Testimonio de un vecino de la zona.
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Dos personajes han entrado tarde en esta historia. Se trata de dos jóvenes de nacionalidad española, ambos con barba como rasgo físico característico. Al parecer habían acampado en el entorno de la presa durante varios días. Le habían explicado a algunos lugareños que procedían de Calella (El Maresme, el mismo lugar del que procedían Marc y Paula). Esos dos chicos habrían ido a Susqueda a navegar
La relevancia de sus declaraciones se debe a que aseguran que, la mañana de autos, vieron a un francés salir corriendo de la zona del crimen. Un sujeto que vestía pantalones militares y el torso desnudo. Al parecer llegó gritando por la ribera, se montó en una barca y empezó a sonreir, ante la atenta mirada de los dos barbudos.
El motivo por el que tiene importancia la presencia de esta pareja de varones, barbudos y vestidos de negro, en el lugar de los hechos es que, según fuentes próximas al caso, algunas personas que rondaban por la zona aquella mañana aseguran haber visto a estos chicos discutir en términos duros con otra pareja sin identificar, poco antes del asesinato. También, que cuando estos dos barbudos vieron llegar a un vecino a la zona, se marcharon en su barco a toda velocidad. Tampoco han sido localizados.
Clave 6: Ivo, un ladrón búlgaro en un A3
"En esta zona hay muy mala gente. Grupos de rusos y marroquíes que se dedican a robar".
Pescador del entorno de Susqueda.
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Dentro de la ola de robos y delitos que se vienen cometiendo en la zona, hay un personaje especialmente conocido. Se trata de un búlgaro, de nombre de pila Ivo, que se desplaza en un Audi A3. Según cuentan residentes de la zona, vive de desvalijar coches. Su vehículo fue divisado por la zona durante los días previos al asesinato.
Pero a Ivo no se le ha vuelto a ver por la zona. Revela el sumario que los cuerpos de Marc y Paula estaban desnudos. Les habían robado los móviles y unos drones. Sin embargo, el móvil del robo es de los que menos se sostiene, puesto que el asesino no les robó el coche; lo hundió en el pantano. En el cadáver de Paula todavía había brazaletes que el asesino no se llevó. Además de Ivo, los vecinos se quejan de que hay grupos de rusos y marroquíes que se dedican a robar en la zona, amparados por la inmensidad de la zona y el montón de lugares para esconderse.
Clave 7: Un Citroen abandonado y lleno de cuerdas
"El dueño del Citröen C5 abandonado es un ciudadano alemán nacido cerca de Dusseldorf".
Fuentes de la investigación del caso.
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Otro de los detalles que ha llamado la atención es que hay un coche abandonado en la zona desde los días en los que mataron a Marc y a Paula. El vehículo ya ha sido desvalijado, pero en su origen tenía matrícula alemana. Se encontraba en el mismo camino que presuntamente hicieron Marc y Paula, pero en sentido contrario. Curiosamente, en el interior del automóvil se encontraron varios rollos de cuerda para atar, como la que se usó para atar ambos cadáveres antes de hundirlos con piedras y objetos contundentes en la mochila.
El titular del vehículo es un ciudadano alemán de 28 años nacido cerca de la localidad de Dusseldorf, pero cuya última residencia conocida estaba ubicada en Neu Bamberg. Se desconoce el motivo por el que el propietario tiene ese coche tan lejos de su casa y nunca ha ido a recuperarle.
Clave 8: Simona Benkova
"La actitud de los chicos era normal. Me preguntaron cómo llegar al pantano".
Simona Beskova, camarera del Restaurante La Parada.
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Hay una persona que asegura ser la última que vio con vida (sin contar al asesino) a Marc y a Paula. Se trata de Simona Benkova, camarera del Restaurante La Parada. EN el parking de ese establecimiento durmieronlos fallecidos la noche de antes de su muerte, acndicionando la Opel Zafira azul que llevaban, colocando un palet y un colchón hinchable encima.
Benkova asegura que la pareja entró al bar al día siguiente, pidieron agua e instrucciones para llegar al pantano de Susqueda. Ella les dio cuatro pistas y se marcharon. SIn embargo, la policía desestimó el testimonio de esa mujer. Aseguran los investigadores que incurrió en numerosas contradicciones. La mayor, asegurar que el coche de los finaods llevaba el kayak en el techo, cuando en realidad iba dentro y desinflado, porque era hinchable. Los Mossos, por tanto, descartaron sus declaraciones. Se desconoce por qué incurrió en esas contradicciones.
Clave 9: El anacoreta que vive en una cabaña
"No me iré de aquí hasta que se resuelva el caso"
Bartomeu Soler, residente en una cabaña del pantano.
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Uno de los personajes más curiosos de esta historia es Bartomeu Soler. Un carpintero y ebanista nacido en Santa Coloma de Farners. Un buen día decidió dejar de vivir en sociedad y se marchó a una cabaña en el pantano de Susqueda, a vivir en contacto con la naturaleza.
Bartomeu ha sido víctima de varios robos desde que está viviendo en la zona. El día de autos estaba en el pantano, pero en un punto lejos de donde creen los Mossos que murieron los chicos. Bartomeu asegura que no escuchó los disparos, pero que si los hubiera oído tampoco le hubiera prestado atención proque aquella zona es de cazadores y los disparos son habituales. Aunque aseguraba que no se marcharía de la presa hasta que se hubiera resuelto el caso, fuentes de la zona apuntan a que ya ha agilizado los trámites para largarse.
Clave 10: Errores en la investigación
"Los Mossos se han preocupado de demostrar que Magentí es un monstruo".
Benet Salelles, abogado.
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Son muchos los que apuntan errores durante la investigación. El letrado de Magentí criticó que la policía autonómica catalana se había dedicado más a buscar aspectos turbios de la vida de su cliente, que descuidaron otros importantes. Por ejemplo, identificar y tomar declaraciones a muchas de las personas que ese día estuvieron en el entorno del parque. La mayoría de ellos ya son ilocalizables.
Todo ello se suma a que Google ofrece datos sobre los teléfonos que sugieren que los asesinados realizaron un recorrido distinto al que creen los investigadores. O a que tomaron declaración a testimonios clave y los dejaron marchar. O que en el cadáver de Marc encontraron restos de pelos para analizar, pero esa muestra podría haber desaparecido en las idas y venidas de Cataluña a Madrid.
Conclusiones
Hoy se cumplen 555 días del brutal asesinato de Marc y Paula, poco más tarde de las once de la mañana del 24 de agosto del 17. En lugar de haber avanzado, el caso se ha ido dificultando hasta el punto que algunos en la zona creen que ya tiene difícil resolución.
Ni las familias ni los respectivos abogados quieren hablar más del tema. El caso está estancado. En paralelo, decenas de internautas ávidos de información sobre el caso especulan sobre lo que ocurrió aquella tragica mañana de verano en Susqueda. ¿Qué sucedió para que una pareja ejemplar y sin enemigos acabase muerta a tiros y en el fondo del pantano? La solución cada vez está más lejos.