Más mentiras de Sira en la sala: el muerto se cayó solo y la amiga se deshizo del cuerpo
Sira, durante su declaración ante el jurado popular, ha negado que planificase el asesinato de Daniel. Según ella, fue fortuito.
2 julio, 2019 14:05Noticias relacionadas
Sira, la mujer que tiró el cadáver de su pareja Daniel al mar en un bidón en Las Palmas de Gran Canaria después de matarlo (presuntamente) en su domicilio familiar, ha negado en la primera sesión de su juicio que acabara con su vida premeditadamente, tal y como mantienen sus antiguos suegros. "Yo lo siento mucho, nunca quise hacerle daño a Daniel", ha expresado.
En la primera sesión de su juicio, que ha comenzado este lunes, ha achacado lo sucedido a un accidente tras una trifulca que habría iniciado el hombre, golpeándola a ella. Según esta mujer, solo quiso defender su integridad y la de un hijo suyo porque el fallecido les pegó primero. Frente a esta versión, las dos acusaciones (tanto del padre de Daniel como de la madre) y la fiscalía sostienen que urdió un plan para dar muerte a su pareja al temer que averiguara que vendió su coche a escondidas y que le mintió diciéndole que estaba embarazada de gemelos.
La venta del coche está fechada a 22 de febrero, mientras que la autopsia acotó más tarde que Daniel debió fallecer entre el 26 de febrero y el 4 de marzo.
"Le asestó varias puñaladas"
"Lo empujé, con la mala suerte de que se golpeó en la cabeza con un escalón" y se hizo una herida mortal, ha relatado la acusada este lunes en la Ciudad de la Justicia de Las Palmas de Gran Canaria.
Según el Fiscal, los hechos sucedieron en febrero de 2016 en una vivienda que ambos compartían en el municipio de Telde, después de que la mujer "decidió acabar con la vida" y, tras dirigirse al dormitorio común cuando el hombre estaba "adormecido o durmiendo", le asestó varias puñaladas. Luego se habría marchado dejándolo tendido en el suelo hasta que murió desangrado.
"Lo empujé y lo vi caer y, por el miedo, cogí a mi hijo y me marché", ha declarado. También ha añadido que solo cayó en que el hombre había muerto días más tarde, cuando regresó a la casa para hablar con él, según ha dicho, convencida de que "no le había pasado nada" y se encontró su cadáver.
Según los familiares del fallecido, Sira estuvo viviendo en Madrid desde febrero hasta que se encontró el cadáver de Daniel metido en un bidón y flotando en el mar. Durante ese tiempo y manteniendo la mentira sobre su embarazo, pidió dinero a los padres de su pareja utilizando el teléfono móvil del difunto, haciéndoles creer que seguía vivo y que sus supuestos nietos ya habían nacido. Estos hechos también ha sido negado por la joven de 33 años, quien ha explicado que la relación con sus familiares era casi inexistente.
La acusada ha expuesto que, al regresar al domicilio en el que vivían, se quedó "bloqueada" y llamó para pedir consejo a Vicenta -amiga de Sira que también está acusada por encubrimiento-. Esta le habría dicho, siempre según la versión de Sira, que no lo contara a nadie porque no la creerían y le dio instrucciones para hacerse con un bidón en que ocultar su cuerpo para tirarlo luego al mar, algo que finalmente hicieron más tarde.
Un perro en el bidón
Vicenta, por su parte, no ha declarado por el momento, aunque en declaraciones al medio Canarias7 aseguró que ella es una víctima más de las mentiras de Sira. "Me dijo que la iban a desahuciar y que había roto con Daniel. Me comentó que se tenía que marchar y tenía que llevarse un bidón en donde había metido un perro que el propio Daniel había matado hacía meses de un golpe en el hocico. Me dijo que tenía que sacar el bidón de la casa antes de que viniera el dueño a echarla", relató al medio canario.
A lo largo de esta semana declararán hasta una veintena de testigos. Entre ellos, los familiares de Daniel, amistades de Sira que también habrían colaborado en este crimen engañados por ella, y los agentes encargados de la investigación. Se espera que el jurado popular encargado de decidir si el crimen del bidón fue un homicidio o un asesinato concluya este mismo viernes. Dependiendo de la consideración, podría pasar entre 19 o 37 años en prisión, según las diferentes demandas.