Paco Roig era muy querido en su tierra, Valencia. Allí había abierto una de las cadenas de pastelerías más importantes de la Comunidad y se había consagrado como un gran experto de la gastronomía valenciana. El hombre había trabajado con grandes nombres del panorama culinario, como los hermanos Adrià, de los que era proveedor o Quique da Costa. Hace un par de días, tuvo que ser ingresado debido a un fallo renal. El domingo 14 de julio murió en el hospital.
El pan de Paco y su familia era conocido en el barrio de Grao en Valencia. Allí, en su pastelería de toda la vida, realizaban pan de abuelo, artesano, con masa madre y cereales de primera calidad. Además, otra característica que hacía de su producto algo extraordinario era la no utilización de maquinaria. Todo a mano. Como en los comienzos, como siempre. Ponía todo su empeño y amor en cada uno de los cocinados. "Era una persona genial y extraordinaria, era grande en todos los sentidos", cuenta un amigo a EL ESPAÑOL.
Estudió para ser pastelero, pero se enamoró del pan
Pronto se alejó de la cocina más tradicional y comenzó a innovar. Se formó para ser innovador de pan, con un único propósito: aunar lo más tradicional de la masa, con los nuevos avances en técnicas. Siempre respetando la tradición y los productos naturales. Comenzó innovando con la masa madre, para continuar haciéndolo con fermentaciones en frío. "Lo hacemos todo de manera artesana. La única maquinaria que usamos es para amasar, porque no podríamos hacerlo a mano con la cantidad que producimos, y los hornos, que son eléctricos y no de leña", comentó en una entrevista para EFE. Una de sus mayores satisfacciones fue abrir un puesto en el Mercado Central: "Llevaba como tres o cuatro años, era muy querido", comentan en conversación telefónica con este diario.
Aunque estudió pastelería, decidió tomar el camino de la panadería. "Con la capacidad que tenía de imaginación y creatividad, desarrollaba productos innovadores", comenta uno de los pasteleros que trabajó con Roig. Además, en sus cocinados fusionaba distintas técnicas y donde primaba su "capacidad de imaginación y creatividad".
Recibió en 2015 el premio a la innovación
Roig recibió en el 2015 el premio a la innovación en el I Campeonato de España de Panadería Artesana, concedido por Confederación Española de Organizaciones de Panadería. Se trata de una de las mayores distinciones en el mundo de los panes. Un reconocimiento que engrosaba su lista de éxitos en el mundo gastronómico. Hace unos días, el hombre recibió una medalla de plata en Madrid Fusión, en el Desafío Pan Ibérico Carrasco.
El panadero conoció a los hermanos Adrià, con quien estableció una relación especial. Servía sus panes y ayudaba en los postres en su restaurante Tickets de Barcelona. También, a La Sucursal, Vuelve Carolina o Trencadish en Valencia. Además de ayudar en el negocio familiar, ubicado en el barrio de pescadores de la capital, era gerente y propietario de las empresas Meeting Cook S.L. y Gastronomía Paco Roig S.L.
El hombre acudió al hospital el 4 de julio, algo no iba bien. Llevaba ya unos años delicado. Era una persona grande y, a lo mejor, no se cuidaba lo suficiente. Tras diez días, murió debido a una insuficiencia renal el pasado domingo. Su fallecimiento ha conmocionado tanto a sus allegados como al gremio, que ha recibido la noticia de manera inesperada.