Todo son incógnitas por despejar en el caso de Roberto García, el hombre de 63 años que desapareció hace cinco meses en la localidad toledana de Casarrubios del Monte. ¿Por qué dejó su coche a siete kilómetros de su casa? ¿Por qué continúa su vecino de enfrente en prisión? ¿Fue un crimen orquestado por más de una persona? ¿Querían quedarse con el dinero de la venta de sus propiedades?
El móvil económico es una de las hipótesis que cobra más fuerza entre los investigadores. La Guardia Civil cree que a Roberto le asaltaron y le golpearon para que confesara las claves que dan acceso a su tarjeta bancaria. Y una vez comprobaron que el código era bueno, lo habrían asesinado y hecho desaparecer el cadáver.
Al parecer, había cierto interés en los bienes que tenía este hombre. Se había jubilado recientemente y había vendido unas propiedades por valor de 30.000 euros, según avanzó su familia, que este viernes ha convocado una concentración en su pueblo natal para recordar al desaparecido. Aunque todavía no hay pruebas concluyentes de lo que sucedió, todas las miradas apuntan a Juan José Valle, su vecino de enfrente, y se baraja que otra persona también podría haberle ayudado a perpetrar el asesinato.
Este hombre de 40 años, de origen sevillano y albañil de profesión, fue detenido el pasado 23 de mayo y posteriormente enviado a prisión por un delito de desaparición forzada y otro de estafa (por el momento). Desde un principio, Valle estuvo en el radar de los agentes como principal sospechoso.
Un inculpado y otro sospechoso
Pocos días después de que se perdiera el rastro de Roberto García, hasta en cuatro ocasiones —en Casarrubios y en El Álamo (Madrid)— alguien extrajo dinero de la tarjeta de crédito del desaparecido por valor de unos mil euros.
Una vez los investigadores se cercioraron de los movimientos bancarios, comprobaron en las grabaciones de las cámaras de seguridad de las sucursales quien era la persona que se había quedado con dichas cantidades. Juan José Valle, al parecer, habría acudido al cajero tapado con un pasamontañas.
A raíz de eso, la Guardia Civil lo detuvo como sospechoso de la desaparición forzosa" del hombre y enviado a prisión por orden de Carolina Hidalgo, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Illescas, que instruye el caso.
Valle, sin embargo, no ha querido colaborar con la Justicia y mantiene la versión de que se encontró las claves de la tarjeta en un papel que estaba en la calle y decidió robar este dinero, a pesar de que en la tarjeta estuviese el nombre de Roberto. Y no solo eso, sino que ya había publicado la alerta de su desaparición, su fotografía y sus datos en numerosos medios de comunicación.
Junto a Valle la Guardia Civil también detuvo a otro hombre porque aparecía en las imágenes de la sucursal bancaria justo detrás del detenido. Parecía estar esperando y los investigadores creen que necesitó ayuda para llevar el coche de Roberto a otro pueblo y, por ultimo, deshacerse del cuerpo.
En el todoterreno del desaparecido, que se encontró a 7 kilómetros de Casarrubios, se obtuvieron muestras biológicas que se están cotejando con otras halladas en la casa de Valle, según publica El Cierre Digital, para tratar de relacionar la presencia de Roberto en la casa del inculpado y la del sospechoso en el vehículo del desaparecido. Pero todavía no hay resultados de los laboratorios.
Nueva linea de investigación
Sobre la investigación, Manuel García, el hermano de Roberto, que ha organizado este viernes la concentración, asegura que "hay una nueva línea en la que están trabajando y en la que tienen confianza", según les han adelantado los investigadores.
Durante estos meses las autoridades policiales competentes, la familia y los grupos de protección civil han organizado batidas por el pueblo y los alrededores para tratar de encontrar el cuerpo de Roberto, pero por el momento ninguna búsqueda ha tenido éxito.
Roberto era una persona metódica que siempre avisaba a su familia en caso de cambiar alguno de los movimientos que formaban parte de su rutina. Por ello, siempre han descartado que se trate de una fuga voluntaria y que el desaparecido hubiera dejado su coche mal aparcado en un parking de El Álamo (Madrid), a tan solo siete kilómetros de Casarrubios del Monte.