Sergio, de 45 años, dedicaba su tiempo libre al parapentismo. Contaba con casi una década de experiencia en este tipo de deporte y solía sobrevolar la costa de Asturias y, más concretamente, Gijón, donde residía. El martes 13 de julio decidió hacer una ruta, conocida como 'La laderona', desde donde se dirigió a la colina de El Cuervo.
En un momento dado, y al intentar aterrizar en la playa España, se quedó enganchado en un gran árbol. Sergio alertó a varios viandantes con sus gritos, que llamaron a los Servicios de Emergencias. Pero el imponente eucalipto no pudo resistir el peso del hombre y se precipitó casi más de 50 metros. Murió en el acto.
El gijonés era muy conocido en la capital asturiana debido a su afición por el parapentismo. Allí, pasó por varios clubes, donde lamentan su muerte: "Estamos consternados", afirman a EL ESPAÑOL. El cuerpo de Sergio fue rescatado antes de que subiera la marea y se tuvo que hacer tras un gran despliegue y una gran operación debido a las condiciones del terreno. El hombre fue izado por una grúa y llevado al aparcamiento de la playa. Allí llegó el forense y la jueza, para proceder al levantamiento del cadáver. Todavía nadie se puede creer la muerte de Sergio, en una ruta fácil, cómoda y a la que él estaba acostumbrado.
Sergio era herrero
A Sergio le conocían sus amigos como 'El Vikingo', debido a su apariencia nórdica y a una coleta que solía lucir. Trabajaba como herrero y era padre de una niña. A sus 45 años, Viki -como le llamaban cariñosamente- solía frecuentar diversos mercados de artesanía, donde exponía sus piezas únicas, que él mismo confeccionaba.
Su pasión por el parapentismo comenzó hace más de diez años. Según ha podido confirmar este diario, Sergio no contaba con licencia federativa, desde hace más de tres años, por lo que no podía competir de manera oficial. Por ello, el hombre había enfocado su pasión en una actividad de tiempo libre, no como una forma de competir al más alto nivel. "Dedicaba mucho tiempo al parapente y era un grandísimo volador. Cuando haces un deporte así te expones a este tipo de peligros. Le puede pasar a cualquiera. Una tormenta lo revuelve todo", afirman sus conocidos a El Comercio.
Un cambio de viento fatal
A primera hora de la tarde del martes 13 de julio, Sergio decidió realizar una ruta -junto a otro compañero-, que solía frecuentar. Ambos se dirigieron a Villaviciosa, a más de 25 kilómetros de Gijón. El recorrido, conocido como 'La laderoana', comenzó en la colina de El Cuervo y se dirigieron a la playa España. Un cambio de viento obligó a los parapentistas a forzar el aterrizaje en pleno arenal. Una operación, que aunque no conlleva gran complicación, sí que es más peligroso en los días con corrientes de sotavento. La aproximación es menos predecible.
De esta forma, una racha de viento habría empujado al fallecido contra los árboles. Sergio quedó enganchado con su parapente en uno de los eucaliptos que se encuentran presentes en el frondoso bosque. En un momento dado, la rama, donde se encontraba el hombre, venció debido al peso y este se precipitó al vacío. Según distintas fuentes, el impacto se produjo desde una altura de 50 metros. Aunque fuentes de Protección Civil afirman que fue a más de 100. Sergio impactó de lleno contra el pedrero de la playa y perdiendo la vida en el acto.
Los vecinos alertaron a los Servicios de Emergencia. El Grupo de Rescate de Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias rescató el cuerpo sin vida de un parapentista que se accidentó. Los restos mortales de la víctima fueron evacuados tras recibir la correspondiente autorización, desde el acantilado hasta el aparcamiento de la playa donde le esperaban los servicios fúnebres. Según ha informado el SEPA en nota de prensa, la Guardia Civil se hizo cargo de los trámites proceder al levantamiento del cadáver.
El Centro de Coordinación de Emergencias del 112-Asturias recibió el aviso a las 17.05 horas. En la llamada señalaban que un parapentista había caído en el acantilado. Tras llegar al lugar y localizar al parapentista, uno de los rescatadores y el médico-rescatador que accedieron hasta él solo pudieron confirmar su fallecimiento.
Malas condiciones de vuelo
A pesar de la pequeña tormenta que sacudió las horas anteriores la zona, los investigadores y los expertos en la materia no consideran que las previsiones representaran algún peligro para iniciar el vuelo. "Al final las previsiones son solo eso, previsiones. Nunca sabes a ciencia cierta con lo que te puedes encontrar. Sobre todo en cuestión de vientos, que es lo que de verdad te puede complicar un vuelo. La lluvia al final es un factor molesto, pero no afecta tanto", aclaran algunos compañeros de la víctima al citado medio. Todos ellos descartan que volar ayer supusiese una temeridad. "Quizás no eran las mejores condiciones del mundo, pero tampoco eran tan malas como para preocuparse", explican sobre un recorrido que, por la belleza del paraje, es uno de los habituales en época estival.