Roberto, Raquel, Víctor y Ocho volvían el pasado fin de semana a su pueblo, Alba de Tormes (Salamanca), tras una noche de fiesta. Al volante, Pecho, y a su lado, Alfredo. En un momento dado, el Fiat Stylo se salió de la vía y chocó frontalmente contra un árbol. Ellos dos fueron los únicos que sobrevivieron al fatal accidente. Alfredo ya se encuentra fuera de peligro y ha podido abandonar el área de maxilofacial, en la que permanecía desde este pasado martes, tras pasar por la UCI.
Pecho, a quien también han dado el alta, se enfrenta a a cuatro delitos de homicidio imprudente. Una infracción que está penada en el Código Penal con una pena de prisión de entre uno a cuatro años. Es importante recalcar que se trataría de este tipo de castigo porque el sospechoso no tuvo intención de matar, sino que estos fallecimientos fueron consecuencia de su acción, pero sin premeditación.
Además, el conductor dio positivo en alcohol y drogas. En concreto, en la prueba de alcoholemia que le realizaron los agentes en el centro hospitalario, el conductor marcó 0,52 mg/l de alcohol en litro de aire respirado en la primera medición y 0,41 mg/l en la segunda. Esto supondría doblar la marca establecida por la DGT. En las pruebas de estupefacientes, el sospechoso dio positivo en cocaína y anfetaminas.
El lunes, los habitantes de Alba de Tormes despidieron a los cuatro jóvenes. Los vecinos se reunieron en el Pabellón de la localidad para darles el último adiós. Las familias de los jóvenes siguen destrozadas y recibiendo ayuda y apoyo de psicológos. Finalmente, tras las dudas por la falta de la autopsia del cuarto fallecido, el joven de 19 años que murió en el hospital tras los incansables intentos del personal sanitario por salvarle, se realizó un funeral conjunto con los cuatro féretros.