Rubén, El Vaca, el malagueño que mató a la joven María Esther ha salido de prisión este jueves tras ocho años. En 2011, María Esther, de 13 años, salió de su casa de Arriate (Málaga) a última hora de la tarde. La joven se dirigió hacia una caseta, situada en la piscina municipal de su localidad, y esperó. Minutos más tarde, apareció Rubén, más conocido como El Vaca, un chico conflictivo que pasaba su tiempo libre haciendo gamberradas. Por alguna razón, el joven cubrió con una bolsa la cabeza de María Esther y comenzó a golpearla con una piedra de gran tamaño. La primera, le desfiguró la cara. La segunda y la tercera, le destrozaron por completo. El cuerpo de la joven apareció al día siguiente. Nadie sabía que le había sucedido María Esther.
Gracias a la ardua investigación, El Vaca fue condenado -y juzgado por la ley del menor- a 8 años de prisión. Ahora, la cuenta atrás ha llegado a su fin. El Vaca ya ha salido en libertad. La familia -que se mudó de Arriate tras el asesinato- piensa que Rubén no podrá reinsertarse en la sociedad, debido a la brutalidad de los actos que cometió. Sus dos hermanas y sus padres siguen sin encontrar consuelo ante la atroz muerte de la joven María Esther y la puesta en libertad de su asesino.
La carta de El Vaca, íntegra
Tras 4 años en un centro de menores y otros cuatro en prisión, Rubén está en libertad. Ahora, Espejo Público ha compartido la carta de El Vaca tras su salida la prisión. Aquí, la transcribimos al completo:
Me arrepiento de lo que hice. Me tenían que haber condenado a 25 años, y no a 8, pero la ley es la ley. Ocurrió lo que ocurrió porque yo iba muy puesto. Cuando me di cuenta que estaba muerta, me entró miedo. Soy consciente de que acabé con la vida de una niña y que ha destrozado dos familias, la suya y la mía. Lo he pensado todo mil veces. Ahora me voy a vivir a Málaga. He alquilado allí un piso. Voy a trabajar como peluquero en un negocio familiar, con mi hermana.
En sus palabras, El Vaca muestra arrepentimiento ante el crimen que cometió en 2011. Además, justifica sus hechos afirmando que había consumido drogas antes de acabar con la vida de María Esther. También, explica cuáles son sus planes de futuro. El joven, que ha estudiado un grado en prisión, quiere seguir con su formación y se empleará como peluquero en el negocio de su hermana, en Málaga.