Ventanales diáfanos, una enorme y alargada mesa en el centro para las reuniones, estanterías de un gris plata, repletas de libros alargados y estrechos. Muebles de color claro, un diseño moderno y rematado en una escalinata como de roca blanca, casi transparente, desde la que abandonar el lugar de trabajo para subir a la parte inferior, al garaje. Por ese lugar, por la puerta de servicio, se accede al lugar de trabajo, al estudio de arquitectura de la mansión. Está oculto bajo tierra. En las siguientes tres plantas se encuentra, propiamente dicha, la casa de Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio.

La exclusiva vivienda se encuentra en el barrio de Chamartín. Y en ella se encuentra el lugar de trabajo al que acudía la presidenta de Vox en Madrid antes de convertirse en uno de los nombres más relevantes de la política española. El inmueble se levanta sobre una parcela de 342 metros cuadrados. Se trata de una de las zonas más exclusivas de todo el centro de Madrid. La superficie es de 545 metros cuadrados construidos, repartidos en cuatro plantas. Posee ascensor, gimnasio, garaje y una piscina con solárium en la terraza. La casa lo tiene todo. Incluso un estudio que está a punto de ser precintado.

El Ayuntamiento de Madrid ha dado orden de clausurar y precintar parte de la casa de lujo en la que vive el dirigente de Vox con sus cuatro hijos y su mujer, la diputada del partido de extrema derecha en la Asamblea de Madrid. Es aparte de la casa no cumple con unos cuantos requisitos legales, según la sentencia a la que ha podido acceder EL ESPAÑOL. No tiene la licencia ocupación obligatoria para poder residir en ella. Tampoco tiene la de funcionamiento, que es la que hace falta para desempeñar allí actividades económicas. 

Hablando sobre España con Rocío Monasterio Carmen Suárez

De este modo, el consistorio ha decidido clausurar el sótano del lujoso edificio.  Ahí se ubica el estudio de la arquitecta y diputada. Su lugar de trabajo. De ese modo lograrán que el matrimonio no desempeñe en él ninguna actividad. 

El pasado mes de enero EL ESPAÑOL entrevistó a la dirigente de Vox en ese mismo sótano y pudo comprobar realmente la calidad de la factura de la estancia, así como de la vivienda. Dentro, unas mesas, un par de personas trabajando. Con una sala para reuniones y conferencias, con colores fríos y sencillos, con una gran intención de que la luz acceda al lugar, de que esta se convierta exclusivamente en la protagonista, en la herramienta principal de trabajo de los asociados de Monasterio. 

Una cocina gigantesca

Remata el lugar un ventanal gigantesco que cubre del suelo al mismo techo del espacio. La decoración está elaborada, en buena parte, con hormigón armado. Muchos tonos grises, mucho vidrio, mucho cristal. 

Exterior de la casa del matrimonio. B.C.

Como en el sótano, los vanos y los grandes espacios cristalinos resultan predominantes en el resto de la casa. La cocina, gigantesca, queda ampliada con otro ventanal enorme. Todos los colores del edificio ayudan a proporcionarle esa sensación de claridad y de transparencia. 

Rocío Monasterio realizó el proyecto, y se construyó en el año 2012. Espinosa de los Monteros utilizó una sociedad de la que era único accionista y adinistrador para construirla. Este mismo año se puso a la venta con un precio de tres millones de euros.

El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 14 de Madrid desestimó uno de los recursos del diputado de Vox en el año 2017. La orden de clausura se ha establecido para el próximo 8 de octubre a las 10 de la mañana.  

Deudas 

La casa, desde el exterior.

En los últimos años, la lujosa vivienda de la pareja de Vox no les ha proporcionado otra cosa que dolores de cabeza, al modo de Pablo Iglesias e Irene Montero con el chalé, la piscina, la tinaja y la finca de Galapagar. Sin embargo, los dirigentes del partido de extrema derecha han encontrado en su espléndida casa la horma de su zapato. No les ha dado más que problemas. Espinosa de los Monteros ya fue condenado por no pagar parte de las obras a una de las empresas que la construyó. La deuda ascendía a 63.184 euros. 

Era la primera vez, pero no sería la última. Aún le caería otra multa por la misma razón, una cantidad que ascendía a 18.954 euros por las obras de tan sugerente edificio. 

Ahora, el Ayuntamiento de la capital, con Martínez-Almeida al frente, el hombre que ostenta el bastón de mando, ha acordado precintar esa porción de la casa. Ni Espinosa de los Monteros ni Monasterio han tenido nunca licencia de ocupación ni tampoco de funcionamiento desde que terminaron de construirla hace cinco años. 

Desde el exterior se observan bien diferenciados los altos muros blancos que flanquean la casa, y los pisos bien diferenciados de abajo arriba. También se advierte una pequeña verja en la parte superior, donde el tejado, por el que se puede transitar. Ahí es donde disfrutan del agua de la piscina y de la zona de recreo para tomar el sol en verano.

Todo son problemas y misterios en torno a esta vivienda, todo son sentencias, una detrás de otra, y todo son nuevos e incomprensibles intentos por aferrarse a algo que ya prácticamente no tiene solución. Como decíamos, un misterio. Quizá por eso, a unos cuantos minutos andando de allí, uno se encuentra con la Gran Logia, la sede de los masones en España. Cosas veredes.

Monasterio, en su estudio de arquitectura. Carmen Suárez

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